Question 1

¿Es Angola un país seguro tras su pasado bélico?

Accepted Answer

Aunque la guerra civil fue larga y terminó en 2002, la realidad actual es la de un país en pleno renacer. Como comentaba en mis impresiones, ya hay una generación entera que sólo ha conocido la paz, y la sensación general es la de un lugar que se está reconstruyendo con esperanza, y que recibe al visitante con los brazos abiertos.

En la web del Ministerio de Asuntos Exteriores puedes consultar las recomendaciones de viaje para este país.

Un apunte: Luanda no es muy segura por la noche y conviene extremar las precauciones típicas, pero nada más. Ni siquiera en las otras ciudades hay un nivel de inseguridad alto.

Question 2

¿Se parece mucho el desierto del Namib angoleño al de Namibia?

Accepted Answer

Comparten la misma majestuosidad, pero el lado angoleño tiene una magia especial por su virginidad y puntos únicos como el Doodsakker, donde las dunas mueren directamente en el Atlántico, o la desembocadura del río Cunene. Es una versión más salvaje y solitaria.

Por otro lado, en el Namib angoleño ya no queda tanta fauna salvaje como en Namibia. En el país vecino es posible encontrarse hasta con jirafas en el Kaokoland, mientras que en su equivalente, el P.N. Iona, creo que no hay ni se las espera…

Question 3

¿Es difícil entenderse con la gente local si no hablo portugués?

Accepted Answer

Para nosotros los españoles es una gran ventaja. El portugués y el castellano tienen muchísimos puntos en común.

En Luanda es fácil encontrar a gente que chapurrea algo de español, pero incluso en las zonas más remotas del sur, con un poco de atención y buscando palabras compartidas, la comunicación puede ser fluida y gratificante. Para las tribus, no obstante, es mejor ir acompañado de un intérprete.

Question 4

¿Cómo es realmente la experiencia de fotografiar a las tribus?

Accepted Answer

Es un tema que suele generar dudas. En el sur de Angola, tribus como los Himba o los Muila están acostumbradas a cobrar por las fotos, pero la negociación suele ser más relajada que en otros países como Etiopía.

Lo mejor es empezar sin la cámara a la vista, hablar con ellos, interactuar, e invertir algo de tiempo en ello. Después, hay que acordar una sesión y precio grupal, evitando una transacción individual constante (pagar a cada individuo que fotografías).