Actualizado el 24 octubre, 2022
La visita a Pompeya era un sueño labrado desde hace tiempo, aunque en realidad no tanto como puedas pensar. Nunca me gustó la Antigua Roma. Ese imperialismo. Aquel gusto por los espectáculos violentos. Eso de llevar el placer a sus excesos. La copia descarada de la Antigua Grecia, incluso del panteón de dioses, al que cambiaron el nombre y poco más. Tomaban lo de unos y lo de otros y lo despersonalizaban para hacerlo suyo ¿Tenían crisis de identidad? Bueno, al menos esto es lo que nos han transmitido una y otra vez…
Llámame presuntuosa, pero siempre me gustó pensar que nuestros orígenes están en la Antigua Grecia, una cultura que se me antoja mucho más atractiva, aunque también tuviera «sus cosillas». Los griegos son famosos porque cultivaron las artes, la literatura, el teatro, la filosofía. Famosos por la Democracia. Por el gusto por la belleza. ¿Cómo no quererles?
Puede que todo venga de que los romanos persiguieron a los cristianos, y al final esa impronta ha quedado en nuestra cultura. La de que ellos sean los malos de la Historia.
Pero más allá de todos estos sesgos que la educación me ha inculcado, la verdad es que me ponga como me ponga somos mucho más hijos de la Antigua Roma que de la Antigua Grecia.
Tenemos tanto de aquellos romanos, que asusta. Y en Pompeya se observa perfectamente
La gran erupción explosiva del volcán Vesubio en el año 79 d.C. nos hizo un gran regalo a las generaciones venideras: poder mirar a través de una ventana del tiempo y descubrir cuántas cosas «nuestras» son de aquél entonces. Lo más parecido a tener una máquina del tiempo. Es cierto que esto es una gran ventaja que no tienen los griegos, hay que admitirlo.
De hecho los restos arqueológicos de la Antigua Grecia son francamente menores, por más antiguos y porque no se expandieron tanto como nación imperialista. Ni siquiera fueron una nación, aunque sí Cultura.
Pero sí, de la Antigua Roma es de donde bebe directamente nuestra cultura y sociedad. Y desde que soy consciente de que esto es así no he pensado más que en ir a Pompeya. Ahora ya puedo recordarla. Y desear volver, porque las cinco horas que le dediqué no son suficientes.
La historia de Pompeya
Conviene abordar la visita a Pompeya con algo leído antes. Conocer el contexto y lo que se ha descubierto allí enriquece mucho la visita.
En libros como Pompeya, de Mary Beard, puedes entender mucho mejor lo que significa este yacimiento y lo que podemos ser capaces de reconstruir a partir de lo que se ha encontrado allí:
En las primeras horas del 25 de agosto 24 de Octubre de 79 d.C. (actualización según los últimos hallazgos de 2018), la lluvia de lapilli que caía sobre Pompeya empezó a escampar. Parecía un buen momento para abandonar la ciudad e intentar salvarse. Un grupo atropellado de más de veinte fugitivos, que habían buscado refugio detrás de las murallas, mientras arreciaba aquel terrible chaparrón, se aventuró a salir por una de las puertas situadas al este de la ciudad…
Otros pocos habían emprendido la marcha unas horas antes. Una pareja había salido huyendo sin llevar consigo más que una pequeña llave (presumiblemente esperaban regresar algún día y abrir con ella lo que quiera que cerrase: una casa, un piso, un arca o una caja fuerte) y una lámpara de bronce. No debió de servir de mucho en medio de la oscuridad de la noche y de la nube de escorias. Pero era un objeto caro y elegante, en forma de cabeza de negro africano… La pareja no logró su propósito. Vencida por la lluvia de lapilli, fue encontrada en 1907 en el lugar en el que cayó, junto a una de las grandiosas tumbas que flanqueaban aquel camino, como tantos otros, a las afueras de la ciudad.
La capa de lapilli alcanzaba ya más de un metro de espesor cuando el otro grupo decidió arriesgarse a huir en la misma dirección…
Lo que impresiona de Pompeya
Pompeya impresiona porque se puede reconstruir la historia de ese momento y las pistas de una sociedad con sus costumbres y valores del día a día. Todo un lujazo.
- El médico que fue encontrado con su caja de herramientas, huyendo con ella, quizá con la esperanza de ayudar a otros.
- La familia de cuatro personas encontrada en una calle cerca del Foro. El padre iba delante y se había echado el manto a la cabeza para protegerse de la lluvia de cenizas y escoria. Iba cargado con joyas, dinero y un par de llaves. Dos hijas tras él, de corta edad. Cerrando el grupo la mujer, que se había arremangado el vestido y llevaba más objetos valiosos en una pequeña bolsa.
En Pompeya se han encontrado más de mil cadáveres de personas huyendo o tratando de protegerse de lo que les cayó encima. Y lo que queda por excavar…
Son tantos los hallazgos en Pompeya que hablan de nuestro pasado y de nuestro presente…
- El pan que se quedó en el horno, las lentejas, nueces y muchos otros alimentos que nos cuentan qué comían aquéllos romanos…
- Las casas que quedaron en pie con sus tabiques, pinturas ornamentales o simbólicas, y el mobiliario.
- Los carteles electorales en las calles, que indican debajo del nombre del candidato el puesto al que aspira. Se pintaban encima de los anteriores cuando llegaban las siguientes elecciones y por eso tiene sentido el grafito de uno de los pintores de esos carteles que dice: Si tienes la maldad de borrar esto, ojalá cojas algo malo.
- Y los grafitos en las paredes llenos de mensajes, exactamente igual que las pintadas de hoy en día. Por lo visto dicen cosas como «¡Hola Hábito! De parte de tus amigos de cualquier sitio» con un falo enorme y unos testículos dibujados al lado. O el que dice Por favor, vota para edil a Popidio Secundo, un joven excelente.
¡Toma ya! No me digas que no es contemporáneo. El humor, las expresiones, la mentalidad.
Buena parte de estas cosas te pasan desapercibidas porque no eres arqueólogo. Pero ahí están, y saberlo aporta una dosis de realismo aún mayor a la visita a Pompeya ¿Sí o no?
Cómo es pasear por Pompeya
Una pregunta que yo me hacía continuamente antes de ir ¿Sería tan fantástico -como había leído y me habían contado-, eso de pasear por Pompeya?
Sí, rotundamente sí. Apoyarte en el mostrador de una taberna en alguna de sus muchas calles es un gesto tan de ahora, que no te lo crees.
Asomarte por una puerta y encontrar una habitación sencilla con pequeños frescos en las paredes que te hablan de la vida cotidiana, como el que muestra a unos jugadores de dados, o a un hombre pagando a otro.
Cruzar por sus pasos de peatones de piedra, altos, igual que las aceras para (se ha teorizado), evitar la mierda que correría por la calzada. Porque esto sí se sabe: no había recogida de basuras ni alcantarillado.
Cruzarte con las fuentes de agua con las que ellos se asearían, cocinarían… Un consejo para orientarte con el plano en tu visita a Pompeya… ¡sigue las fuentes!.
Y asombrarte en cada casa que luce pinturas en sus paredes. Figuras delicadas que muestran dioses, animales, motivos florales, máscaras de teatro. Colores que no te explicas cómo han pervivido miles de años. Y lo mismo con los preciosos suelos pavimentados con mosaicos que lucen desde palomas en una fuente, hasta el rostro del famoso Alejandro Magno que se ha fijado en nuestras cabezas de estudiantes.
Un no parar, en serio. Ni para comer ¡y no es para menos!
🚩 ¿Sabes que puedes completar tu viaje contratando alguna excursión o actividad de tu interés? En Civitatis hay muchas opciones! 👇👇
Qué ver en una primera visita a Pompeya
Quizá el mayor reto es calcular tu tiempo disponible y lo que vas a ser capaz de ver, sin grandes atropellos o prisas, en tu visita a Pompeya.
A ello hay que sumar que si vas en temporada baja, invernal para más señas, cierran a las 17 h. Dos horas menos que en verano. Así que hay que priorizar y darle bien a la zapatilla.
📍 La Villa de los Misterios, una mansión en toda regla
La Villa de los Misterios es una verdadera joya llena de pinturas que te dejan con la boca abierta, aunque no sean las originales, que están en el Museo de Nápoles. La pintura de la joven peinándose es, sin lugar a dudas, exquisita.
📍 El Foro, centro neurálgico de la vida cotidiana de Pompeya
El foro de Pompeya es casi lo primero que ves al llegar, porque está a continuación de la entrada principal.
Aquí estaban los edificios públicos de la administración y de las actividades comerciales, como los mercados. Además, están los templos como el Santuario de Apolo.
Hoy ha sido rejuvenecido con grandes esculturas de Igor Mitoraj, el mismo que ya aportó su arte en las ruinas de Agrigento, en Sicilia.
📍 Imaginando cómo sería bañarse en las Termas
En Pompeya puedes visitar al menos dos termas. Merecen mucho la pena.
Están las Termas Estabianas, enormes. Dicen que son de las más antiguas de la Antigua Roma, encontradas por los arqueólogos, claro.
Y están las Termas del Foro, donde aún hay un gran brasero que servía de calefacción. Allí se encontraron más de 500 lámparas o candiles que iluminarían el espacio en el horario de tarde.
Salas enormes, piscinas, cúpulas con algunas claraboyas para que pasara la luz. No muy distinto de los hamman y otros baños de este estilo que hoy en día podemos encontrar en versiones más y menos auténticas. Es fácil visualizar el vapor y la semioscuridad.
Por lo visto la parte de las mujeres era más pequeña y menos ornamentada que la de los hombres, y tenían entradas separadas.
📍 Putas y cadáveres en Pompeya
El lupanar es uno de los sitios más famosos de la visita a Pompeya, al menos de tu primera vez. La búsqueda del puticlub antiguo es como un rito de todos los turistas que pasamos por allí. Movido por el morbo, no lo vamos a negar. Lupa significa prostituta, por cierto.
El lupanar es un lugar sórdido. Un pasillo estrecho con cinco habitaciones pequeñas, con camas de piedra. Encima de cada puerta, en el dintel, una pintura de carácter erótico. También hay una figura con dos falos que parece un fauno.
Por lo visto en estas paredes hay grafitos que dicen Aquí follé yo. Premio al que los distinga. Algunos incluso citan a los colegas con los que fueron aquella noche o día, quién sabe.
Otro de los atractivos que todos buscamos es la visión de esos cadáveres pompeyanos que nos horrorizan y atraen al mismo tiempo.
Son tan semejantes a nosotros, que empatizamos. No hay muchos en las ruinas, y los mejores supongo que están en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, que en mi caso se ha quedado para otra visita, snif.
Aun así, algunos quedan en los almacenes del foro, en la Villa de los Misterios y en el Huerto de los Fugitivos.
Sexo y muerte, dos grandes pasiones del ser humano.
📍 Casas de Pompeya
Aunque he destacado la Villa de los Misterios, en Pompeya hay un montón de casas en las que se siguen pisando los mosaicos y recogiéndose el agua de lluvia en el estanque del patio. Hay que ir descubriéndolas y son espectaculares.
Sin duda no hay que perderse la Casa del Poeta Trágico, con su mosaico de «cuidado con el perro» a la entrada.
Ni tampoco la Casa del Fauno, la más grande de la ciudad, donde está el mosaico de Alejandro Magno batallando contra el rey persa Darío.
Me encantó también la Casa del Huerto de Frutas, con pinturas preciosas
Y la Casa y Thermopolium de Vetutius Placidus, una casa de bebidas y comidas calientes
Dicen los arqueólogos que en Pompeya era muy usual comer fuera de casa, ya que las viviendas, excepto las de los ricos, no tenían apenas espacio. En muchos casos son habitáculos donde no hay ningún tipo de horno o cocina, por lo que si unimos este dato al gran número de tabernas y establecimientos con horno o cocina, la ecuación es fácil de resolver. Podemos mirar también cómo hay muchas sociedades y culturas donde comer en la calle está a la orden del día.
La Casa del Menandro, enorme villa llena de frescos con escenas de la Ilíada y la Odisea…
Y además de todas estas villas también hay teatros, una palestra o gimnasio, un anfiteatro y los cementerios
Hay tanto que contar y enumerar, que este post y todas las fotos que podría mostrar se haría eterno. Y no es mi intención, pero espero haber abierto las ganas de hacer una visita a Pompeya, o de volver si ya la conoces. En el peor de los casos, espero haberte transportado allí.
Yo lo voy a hacer. Volver, sí.
Carta de Plinio el Joven, una de las que envió a su amigo Tácito. Un superviviente del horror de Pompeya
Se abrió un débil claro, pero no era el día, sino el inicio del aproximarse del fuego; de nuevo cayó ceniza abundante y espesa. Nosotros nos levantábamos para quitárnosla de encima; de otro modo, hubiéramos quedado cubiertos y oprimidos por su peso. Finalmente aquella calima se desvaneció y quedó convertida en una fina ceniza, como humo, como niebla. También el sol apareció, pero atenuado, como cuando hay un eclipse. Todo estaba cubierto por una espesa capa de ceniza, como si hubiese nevado. Nosotros no pensamos en partir hasta que no nos llegasen noticias de mi tío.
Una terrible nube negra cortada por lenguas de fuego se cernía sobre nosotros; no mucho después aquella nube bajó a la tierra y su extensión alcanzó hasta el mar. Entonces mi madre comenzó a rogarme que buscase salvación y ayuda. Caía ya ceniza, pero todavía no era espesa. Cayó la noche, no como cuando no hay luna o el cielo está nublado, sino como cuando uno se encuentra en un lugar cerrado con la lumbre apagada. Oía los gemidos y los gritos de todos. Unos buscaban a voces a los padres; otros buscaban a sus hijos o sus nietos. Solo era posible reconocer a los demás por la voz, y había quien, por temor a la muerte, imploraba la propia muerte.
Datos prácticos para la visita a Pompeya
Puedes ir por tu cuenta, en transporte público, tal y como te voy a contar ahora, y también puedes reservar un tour o una entrada prioritaria para evitar las colas. Puedes hacerlo aquí.
Cómo llegar a Pompeya desde Nápoles en transporte público
Lo más sencillo es coger un tren en la línea Circumvesuviana Nápoles-Sorrento. La parada junto a la entrada principal al yacimiento se llama Pompei Scavi y está a dos minutos de Puerta Marina, la principal.
Hay otros dos accesos con taquillas, la Plaza Exedra y Plaza Anfiteatro.
También hay una salida (no se puede entrar, sólo salir) junto a la Villa de los Misterios. Es probable que el tipo del restaurante que está junto a esa puerta te diga que puedes salir a comer, que es cocina casera y tal, y volver a entrar por ése acceso. No lo comprobamos, pero ahí dejo el dato. Puedes entrar y salir de las ruinas en el mismo día pero ¡no pierdas la entrada!
En la misma línea hay otra parada indispensable, Herculano o Ercolano Scavi, y no es el único yacimiento de esta línea de tren.
El trayecto desde Nápoles son unos 40-45 minutos además de lo que toque esperar en la estación. Los billetes de tren los puedes comprar en las taquillas de la Stazione Centrale de Nápoles en el momento de ir.
Cuánto cuestan las entradas a Pompeya
A fecha de Febrero de 2017 la entrada simple a Pompeya cuesta 12 € adultos, pero si vas también a Herculano o a Oplontis, puedes comprar la entrada combinada que cuesta 20 € y te ahorras un dinerillo. Esta entrada tiene una validez de 3 días, así que no hace falta darse la paliza en un día, si tienes tiempo.
Para más información te remito a la página oficial de los yacimientos, que está en italiano e inglés.
Horarios para visitar Pompeya
Entre Noviembre y Marzo el horario es de 8.30 horas hasta las 17.00 horas. El último acceso que se permite es a las 15.30 horas.
Entre Abril y Octubre el horario es entre las 9 horas y las 19.30 horas, con última entrada a las 18 horas.
Ojo que el yacimiento está cerrado el 1 de Enero, 1 de Mayo y 25 de Diciembre.
Consejos prácticos una vez dentro de Pompeya
Al llegar a Pompeya, en la entrada principal tienes las taquillas para comprar las entradas y al lado hay una zona con unos mostradores donde puedes coger gratis una Guía de las Excavaciones de Pompeya y un plano.
Ambos son sumamente prácticos y completos, y vienen genial para moverse por las ruinas y ponerte un poco en contexto. La guía (pequeña y manejable) está editada en español y en unos cuantos idiomas más.
También hay guías oficiales con tarjetas de identificación que se sitúan alrededor de la taquilla. Si te gusta esa forma de visitar ruinas arqueológicas, que sepas que la hay, aunque como te he indicado más arriba, también puedes ir en una excursión organizada desde Nápoles.
Dentro del yacimiento se señalan dos puntos para comer, también áreas de fumadores (aunque vimos que mucha gente se lo salta, lo cual me parece fatal), y baños.
Con respecto a las áreas para comer te advierto de que la que está más en el interior de las ruinas está cerrada en temporada baja. Fueron los responsables de que no comiéramos ese día ya que confiamos en poder comprar algún tentempié allí, y volver al otro punto significaba andar mucho para luego volver de nuevo. En fin, no nos vamos a quejar, Pompeya es mucha Pompeya 😏
Más posts de Italia en este blog
- Imprescindibles de Bolonia: lo que no te debes perder en tu primera visita
- Callejear en Bolonia: paseos sin rumbo en la capital de Emilia Romaña
- Visita a Herculano, un pueblo abandonado en el año 79 d.C.
- Paseos por Nápoles, ciudad canalla y bizarra a partes iguales
- Visita a Pompeya, la ventana a nuestro pasado
- Museo de Galileo
- Los puentes del Arno
- Siena, esa ciudad
- Arte de Florencia: dos lugares donde disfrutarlo a bajo precio
- San Gimignano y su skyline
- Un paseo por Florencia: mercados e iglesias menos visitados
- Duomo y Baptisterio de Florencia
- Florencia, esa ciudad y el Síndrome de Stendhal
- Palermo desconocido: tres rincones muy interesantes
- Visita a Monreale, joya bizantina
- Trapani en Semana Santa
- Érice y las diosas del amor
- Tres lecciones sobre la gastronomía de Sicilia
- El yacimiento de Segesta, la antigua ciudad de los élimos en Sicilia
- Agrigento, un paraíso para los amantes de la antigua Grecia
- Iglesias y mercados de Palermo, un paseo por la capital siciliana
- Cefalú, uno de los pueblos más bonitos de Sicilia
- Qué ver en Palermo: de la Catedral a la Capella Palatina
- Palermo, esa ciudad
- Datos prácticos para un viaje a Sicilia de 7 días
- Impresiones de Sicilia, un pequeño-gran viaje
¿Quieres seguirme en redes sociales? ¡Aquí las tienes! 😊
➡️ Este post NO ha sido escrito por la IA (Inteligencia Artificial).
➡️ Este post contiene enlaces a sitios afiliados. Esto significa que si haces una reserva desde dichos enlaces, yo ganaré una pequeña comisión. En ningún caso tú pagarás más y en alguno conseguirás un descuento, como en IATI Seguros. Puedes leer más en este artículo.
Muy completo este post sobre la ciudad arqueológica más bella del sur de Italia, tengo la fortuna de vivir en Napoles , muy cerca de Pompeya y de vez en cuando voy, te recomiendo ademas , visitar Ercolano y Paestum , no te vas a arrepentir . Saludos