A unos ocho kilómetros de Palermo, en lo alto del monte desde donde se divisa dicha ciudad y la Conca d’Oro, se alza un pueblecito que guarda un tesoro histórico artístico precioso ¿Qué tal si nos vamos de visita a Monreale? 😉
Iba ya con la expectativa de ver algo muy bonito, sorprendente y espectacular según lo leído y comentado con algún que otro viajero en los días anteriores, pero antes de contarte qué me encontré, te digo cómo fui:
Visita a Monreale: cómo ir desde Palermo en transporte público
Salí del hotel en Palermo y me fui andando hasta la parada del bus que lleva a Monreale, a unos 20 minutos, en la Plaza de la Independenza. No me costó mucho encontrarla y el señor del quiosco de los tickets me indicó dónde estaba. Ahí me planté. A esperar… y esperar… unos 45 minutos ¡¡olé!!
Por fin en el bus, atravesé Palermo y a través de un paisaje que no dejaba de estar urbanizado, empezamos a subir por una pendiente. Después de un sinfín de paradas y unos 20 o 25 minutos después, llegamos.
Primera sorpresa: el bus te deja en la puerta del Duomo de Monreale ¡¡de lujo!!! Digamos que parte de la sensación de pérdida de tiempo de esa mañana se diluía en este momento 😎
Si no tienes tanto tiempo, quizá te interese este autobús lanzadera para visitar Monreale, o la oferta de este tour histórico y que incluye Monreale y Cefalú.
Visita al Duomo de Monreale
Vaya por delante que la entrada al Duomo de Monreale es gratuita. Primer y único lugar gratuito (y de esta magnitud), que pisé en Sicilia.
El Duomo o catedral es la parada esencial que hay que hacer en una visita a Monreale. Se alza imponente junto a la antigua abadía benedictina que guarda un claustro del que luego hablo.
👉 Puedes consultar en su web oficial los horarios actualizados.
Es lo que más famoso ha hecho a Monreale porque su interior se halla revestido de exquisitos mosaicos y suelos de mármol. Sin embargo, como yo había visitado un par de días antes la Capella Palatina de Palermo, de donde dicen que se inspiraron los artistas encargados de este lugar, me sentí un pelín decepcionada.
No porque no compita en magnificencia, ni en belleza, no. En realidad fue sólo una sensación. Quizá porque la Capella Palatina no me la esperaba, porque fue una novedad completa y esta evidentemente ya no podía serlo. Quizá porque las medidas de este espacio -infinitamente más grandes que la capilla- no me dejaban sentir tan de cerca ese arte. De verdad que no le quito mérito, pero me desilusioné un poquito.
El arte del Duomo de Monreale
Se nota que los artistas árabes, bizantinos y normandos, reclutados para embellecer este lugar, se emplearon a fondo.
El Duomo fue encargado por Guillermo II en el año 1174. Según dice la leyenda, la Virgen, en un sueño, le animó a edificar una iglesia con el tesoro que supuestamente había escondido su padre.
Por supuesto, la Virgen le contó dónde estaba dicho tesoro… y, por supuesto, él no lo contó. De hecho no se sabe cómo se financió tamaña obra, que en unos diez años ya estaba en pie.
En 1183 el papa Alejandro III estableció aquí el arzobispado de Monreale y se fundó la colonia de monjes benedictinos bajo su autoridad.
En estos mosaicos se emplearon 2.200 kilos de oro, que cubren casi 6.000 metros cuadrados de superficie. Abruman las cifras ¿eh?
Entre todo el mogollón de mosaicos con fondo dorado sobresale el Cristo Pantocrátor ¡Realmente enorme! Con un poco de paciencia y buscando apoyo en los mármoles, conseguí hacerle una fotillo decente 😉
Los tejados de Monreale
Dando vueltas de un lado a otro, mirando para arriba hasta que el cuello ya me empezaba a doler, descubrí una puertecilla con un modesto cartel y un señor sentado ante una mesita. Era el acceso a los tejados de Monreale. No dudé en apuntarme porque me encanta ver el mundo desde arriba!
El acceso cuesta 2 € (de ahí la presencia del señor y la mesa), y a partir de ahí ya subes tú solita y te administras el tiempo…
Por una angosta escalera de caracol, como no podía ser de otra manera, accedí primero a un mirador desde donde se divisa el claustro de la abadía adyacente. Un poco más arriba empezaban los corredores, cubiertos y descubiertos.
Me encontré ahí sola y he de reconocer que me dio un poco de yuyu. Luego empecé a acordarme del maravilloso libro de Umberto Eco, El nombre de la rosa, y a imaginarme monjes con sus hábitos y capucha recorriendo sigilosamente estos corredores… 😅
Merece mucho la pena subir al tejado del Duomo de Monreale. No sólo por el valle y la visión de Palermo a lo lejos, sino por poder admirar de cerca las tejas vidriadas, los azulejos y ladrillos que decoran la parte superior de la catedral, el claustro.
Ojo a los que tienen vértigo (y yo tengo un poco), pero las vistas son impresionantes. Decididamente, aquéllo mejoraba 😊
Después de ir y venir, dejando paso con cierta dificultad a otros turistas (en algunos sitios no caben dos personas casi ni de lado), bajé por las mismas escaleras y salí.
Me detuve un ratito en la plaza lateral a la puerta de entrada del Duomo. Allí hay una gran puerta de bronce que resulta que es obra de Bonnano Pisano, el arquitecto de la archifamosa Torre de Pisa. En este caso de 1185.
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El claustro de Monreale
Para acceder al claustro de Monreale hay que ir a la entrada independiente del duomo que está justo al lado. Todo frente a la plaza donde me dejó el autobús y que me gustó por la vidilla que tenía. Por allí hay también unos baños públicos que por el módico precio de 0.50€ puedes usar.
Aparte de los puestos de souvenirs bastante cutres -y alguno de artesanía hipermegacara-, por allí circulaban los palermitanos y monrealinos (o como se diga). Los carabinieri, algún señor vendiendo almendras tostadas. Vamos, un pequeño universo que no está de más observar.
El claustro de Monreale fue la segunda sorpresa agradable del día, y puedo decir sin tapujos que es uno de los claustros que más me han gustado del mundo mundial 🤗
Su atractivo radica tanto en la riqueza de los capiteles de las columnas, como en la decoración con piedras de colores, un estilo árabe que ya había visto dentro del Duomo. Muy muy bonito.
Además, a algunas se les han caído (o han mangado) las piedras, y al menos sirve para averiguar cómo están incrustadas en la piedra. Por cierto, hay 228 columnas, otra cifra abrumadora! 😊
Disfruté un montón. Sobre todo con uno de los rincones donde hay un miniclaustro con su propia fuente. Por cierto que no he conseguido saber por qué ni para qué era…
No te olvides de completar la visita a Monreale dando una vuelta por el pueblo
En cada rincón de Monreale hay una sorpresa…
El día que hice mi visita a Monreale era día de mercado, y aunque no había muchos puestos pude observar cómo los lugareños se paraban a saludarse con gran familiaridad. Claro, estábamos en Semana Santa y quizá habían acudido los que viven en Palermo u otros sitios a pasar esos días con la familia. O siempre se saludan así, con abrazos, palmadas en la espalda, expresiones de cariño, preguntas sobre los familiares, etc.
En otras calles encontré todo tipo de tiendas con souvenirs. El fuerte son las piezas decorativas para la casa hechas con la técnica del mosaico. Lo bueno es que en algunas tiendas hay talleres y puedes ver a los artesanos trabajando. A mí, que me gustan los puzzles, pues imagínate 🥰 Eso sí, los precios prohibitivos.
Y hasta aquí mi visita a Monreale que no pasó de mediodía, quedándome la tarde libre para recorrer el Palermo desconocido que te cuento en otro artículo. A continuación los tienes todos enlazados para que puedas seguir leyendo 😉
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Qué curioso lo de los mosaicos….
Me quedo con Cefalú, Erice, y Monreale….. realmente llerte y ver las fotos ayuda mucho a hacerse una idea, son lugares preciosos, del pasado, y como comentas al principio de la serie de post, una amalgama de culturas.
:)
Muchas gracias, Nuria! espero que decidas a visitar estos sitios en alguna ocasión, tan bonitos y cargados de historia. Un beso y muchas gracias por pasarte y por la lectura, me alegro de que te sean útiles! :)
Que bonito Ali!! y tus fotos son maravillosas. La visita parece que va a ser más larga de lo que pensaba. Miraré lo de subir al tejadillo, gracias por los datos!
Overseas
Gracias Lola!! pues ya sabes, siempre es mejor en vivo y en directo, ya verás cómo te gusta!! Sí, se te va mediodía fácilmente.
Besos
Alicia
Hola Alicia , estoy estudiando turismo desde Argentina , estoy preparando un tour por Sicilia, y me encantaron tanto tus fotos y tu relato de los cuales me llevo muchas sensaciones , muy hermoso y espero algún día recorre Sicilia y poder extraer esa esencia
un abrazo
Rosario
Hola Rosario! Me alegro muchísimo que te hayan gustado mis escritos! Espero que cumplas tu sueño! Un abrazo 🙂😘😘