El Desierto Blanco de Egipto, un viaje diferente al país de los faraones

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Por Alicia Ortego

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Egipto es un destino asociado a pirámides, templos, faraones, jeroglíficos y el río Nilo. Pero en este gran país hay mucho más. Casi podemos hablar de al menos otra nación y otro planeta dentro de sus fronteras. Se trata del Desierto Occidental, donde se ubica el más conocido Desierto Blanco de Egipto y los oasis que lo rodean.

Un viaje diferente a Egipto

Desde que viajé a Egipto allá por el año 2000, me prometí a mí misma volver. Con calma, tratando de esquivar el típico viaje organizado para ver los templos y pirámides a ritmo de reloj, con un guía-pastor de ovejas que cuenta batallitas poco creíbles. No es lo mío y me resulta muy frustrante.

El caso es que han pasado más de 20 años y aún no había cumplido con mi promesa ¡Mamma mía! 🙄

Pero durante estos años empecé a ver y descubrir que hay otro Egipto. El de los oasis del Desierto Occidental que forman parte del gran Sáhara. Siempre que veía imágenes de ese lugar se me ponían los dientes largos. Aunque claro, yo soy muy facilona para los desiertos 🥰

En el Desierto Blanco no hay pirámides y los restos de las civilizaciones antiguas son escasos o nulos. Pero no importa, un viaje a Egipto no tiene por qué ir de eso.

Andar y fotografiar ese paisaje extraño es como estar en otro planeta, con amaneceres y atardeceres de película, y me alegro muchísimo de haber decidido hacerlo en un viaje épico, porque lo he atravesado caminando.

desierto blanco de egipto con rocas y arena
Uno de los paisajes más espectaculares del Desierto Blanco de Egipto ¿empiezas a entenderme?

¿Por qué hacer un trekking por el desierto?

Te voy a hablar de las diferencias entre hacer un viaje al desierto en coche 4×4, o caminando (no al cien por cien, pero casi).

En coche te llevan de un punto a otro, te dejan un ratito para hacer fotos, y continúas. Está genial, pero te perderás muchas cosas porque, te pongas como te pongas, estar media hora en un valle no es lo mismo que atravesarlo caminando. La intensidad de la experiencia es totalmente distinta.

Ojo, que si no puedes o no quieres hacerlo caminando no pasa nada. Viajar al Desierto Blanco siempre es un puntazo y su belleza te conmoverá lo hagas como lo hagas, pero…

Caminando por el desierto sientes todo. El calor, la arena, la brisa, los distintos terrenos que pisas.

Si te llevan en coche será bonito, pero te perderás parte de la gran experiencia de vivir el desierto y fijarte en sus muchos detalles y matices.

selfie en el desierto blanco de egipto
A pesar del esfuerzo, creo que mi cara lo dice todo ¿no? – Desierto Blanco de Egipto

Así pues, esos días he puesto a prueba mi resistencia caminando bajo un sol de justicia. Soportando alguna ampolla en el pie y el dolor que eso produce. También he «soportado» el hecho de ir quedándome atrás. Esto es algo totalmente personal. A mí me baja mucho la moral, a otra gente no. Sí, es algo que me tengo que trabajar.

Como ya habrás supuesto, no iba sola. Eso sería una locura. Atravesar un desierto en solitario y a pie es una práctica de alto riesgo que yo, desde luego, no pienso asumir.

Total, que he viajado con agencia y me ha tocado un grupo de muy buena gente con los que he disfrutado aún más. Desde aquí os mando un abrazo y os doy las gracias por las risas y las conversaciones, además de la ayuda en ciertos momentos 🥰😘

Alicia argelia

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Información práctica para viajar al Desierto Blanco de Egipto

Viajar a Egipto es realmente fácil en lo que se refiere a vuelos y trámites de visado, pero una vez allí no lo es tanto. Recuerda que Egipto lleva siglos de turismo organizado a sus espaldas y eso se nota mucho. No les gustan nada los viajeros independientes.

Además, el gobierno dictatorial actual (y el anterior también), es muy celoso con respecto a quién anda por dónde. Como toda dictadura, quiere controlarlo todo. Y tampoco hay que olvidar que ya han sufrido ataques al turismo en el pasado. No obstante, no tengas miedo, Egipto es un país bastante seguro y allí donde no lo es, no te van a dejar ir.

campamento en el desierto bajo una palmera
Uno de nuestros lugares para comer en el Desierto Blanco de Egipto

Visado de Egipto

Para empezar, debes saber que para entrar en Egipto necesitas un visado. Aunque se puede tramitar a la llegada, la opción más cómoda es hacer el visado online o e-visado de Egipto.

Si optas por hacerlo en el aeropuerto, debes saber que te puedes encontrar con una cola de gente importante, y que el precio oficial es en dólares. No estoy segura de que lo puedas pagar en euros, así que mejor lleva el cambio hecho, porque si no, seguro que pierdes dinero con el cambio de moneda.

Si lo has tramitado online, sólo tendrás que ir directo al control de pasaportes.

Más consejos:

Recuerda que debes tener un par de páginas en blanco en el pasaporte, y que su validez debe ser de al menos 6 meses a partir de la fecha de entrada en Egipto.

Aprovecho para comentarte que la tarjeta de crédito no suele servir de nada en los oasis, así que es muy aconsejable que lleves dinero en efectivo. No obstante, según el viaje que hayas contratado o cómo te muevas, no necesitarás mucho dinero. Puedes comer y cenar bien por 4 o 5 euros, un té puede costar 10 libras egipcias que, según el cambio, puede ser 20 céntimos de euro. Con la fruta pasa igual, es muy barata.

Eso sí, el precio de la libra egipcia baila al son del gobierno y puede variar mucho en poco tiempo. Para que te hagas una idea: una semana antes de ir nosotros, el cambio era de 34 libras egipcias por un euro. Después, en apenas un par de días, había subido a 50 libras. Tuvimos suerte 😊

a pie por el desierto blanco de egipto
A pie por el Desierto Blanco de Egipto

Cómo viajar al Desierto Blanco de Egipto

Hay que tener en cuenta que el Desierto Blanco y el Desierto Negro son zonas acotadas y controladas. Es decir, no puedes andar por tu cuenta. Debes tramitar permisos del gobierno y eso lo tiene que hacer una agencia local.

Las autoridades deciden qué sectores del desierto se pueden visitar, pero no te preocupes porque hay muchas posibilidades y las distancias son enormes.

Si buscas una agencia local, te puedo recomendar Western Desert Tours, del oasis de Bahariya. Si prefieres unirte a un grupo organizado desde España, entonces Banoa sería tu elección, ya que tienen esta opción de trek en el Desierto Blanco (que yo sepa, los únicos) y trabajan con esta agencia local.

preparando la cena en el desierto
Preparando la cena en el Desierto Blanco de Egipto

Si decides ir por tu cuenta, debes saber que el camino a Bahariya desde El Cairo son unas 5 horas de carretera en buen estado. El tráfico es una absoluta locura, pero el precio del gasóil en Egipto es muy barato porque es un país productor de petróleo. No mucho, pero suficiente para su consumo.

También puedes empezar o terminar tu viaje en el oasis de El Fayum. Está a 110 km de El Cairo (unas dos horas de conducción), y desde allí puedes ir al Wadi al Hitan (Valle de las Ballenas), que es una visita maravillosa.

Otra forma de viajar al Desierto Blanco de Egipto es tirar de la fórmula más “estándar”: apuntarte a una excursión de dos o tres días como estas:

Verás que hay muchas más opciones y algunas son de una excursión de 1 día desde El Cairo. Sinceramente no te recomiendo esta última opción porque es una señora paliza de coche para estar ¿un par de horas en el desierto? 🤔

¿Cómo es la región occidental de Egipto?

El área occidental de Egipto está dominada por el Sáhara. En ella hay un grupo de oasis que forman una red de vida en torno a la arena y la roca, a saber: El Fayum (no considerado como un oasis porque su formación es artificial), Bahariya, Siwa, Farafra, Dakhla y Kharga.

En todos estos oasis se producen cultivos que se exportan al resto del país. Patatas, naranjas, sandías, dátiles y muchos otros alimentos que crecen en los frondosos huertos bajo las palmeras. Al ritmo tranquilo de los campesinos que aún visten la galabiya o jellabiya (túnica tradicional) con sus pequeños turbantes.

beduinos en el oasis de bahariya
Beduinos en el oasis de Bahariya

Los habitantes de los oasis que rodean el Desierto Blanco son beduinos que sienten y viven lejos del resto del país. Esto es algo que puedes observar en alguna conversación.

Por ejemplo, al preguntar si hay escuela superior en el oasis, nos respondieron que no, que los jóvenes deben “ir a Egipto” a estudiar. Se refería a El Cairo. No voy a hacer un símil, pero seguro que se te ocurre alguno si trasladas esta conversación a España 😂

Los oasis son vergeles que parecen luchar contra la arena y el calor que los asedia.

Pero también es cierto que los oasis de Egipto ya no son lo que eran. Las casas ya no se construyen como antes y no forman un bonito conjunto de adobe. Buena parte de la arquitectura tradicional está en ruinas, con los muros medio caídos. El tráfico rodado viene y va con los ruidos y humos que producen. Todo el mundo anda con el móvil en la mano.

El universo de los oasis de Egipto que retrató Jordi Esteva y reprodujo en un precioso libro de fotografías, ya casi ha desaparecido.

Sin embargo, a nada que te adentras en las calles polvorientas de sus barrios y en los huertos bajo las palmeras, puedes encontrar escenas que parecen traídas del pasado: un señor andando con su burrito y alforjas de hojas de palma. Niños jugando con lo que tienen a mano. Puertas decoradas con aleyas del Corán. Una señora sentada en la puerta de su casa, a la fresca.

No me voy a extender más aquí porque ya he publicado un post dedicado al oasis de Bahariya, el que he conocido un poquito más. Sólo decir que me hubiera gustado invertir algunos días en recorrerlos todos y llegar al mítico oasis de Siwa. Volveré 😅

Qué hay que ver en el Desierto Blanco de Egipto (Sahra al-Beida)

¿Qué hay que ver en el Desierto Blanco de Egipto? ¿Una semana no es demasiado tiempo? ¿No es aburrido?Para nada.

Dunas gallardas y “olas de piedra” de color blanco. Formaciones de calcitas que la caprichosa erosión ha moldeado creando modelos donde dar rienda suelta a la imaginación. Por aquí una esfinge, por allí un monstruo o el perfil de un niño, un pájaro, un rinoceronte, champiñones…

extensión de olas de roca de color blanco en el desierto
Olas de piedra en el Desierto Blanco de Egipto
formación rocosa en el Desierto Blanco
Formación rocosa del Desierto Blanco de Egipto

Fósiles por todas partes, tanto de plantas acuáticas de hace millones de años, como de moluscos e incluso de antecesores de las ballenas. Hamadas (planicies rocosas) interminables. Dunas impresionantes.

Luces irreales. Tormentas de arena e incluso de agua. Pajarillos de colores brillantes. Zorros del desierto. Cuervos grandes y negros que contrastan con el blanco de las rocas. Huellas en la arena contando historias de caza y persecución al abrigo de las sombras.

fósil de planta acuática en el desierto del Sahara
Tronco de planta fosilizada en material pseudomorfo de limonita en el Desierto Blanco de Egipto

Pero ¿qué hace todo esto ahí? ¿por qué tanto fósil y piedras que no se encuentran en otras zonas del desierto del Sahara?

El Desierto Blanco, hoy Parque Nacional, está situado en la Depresión de Farafra y ocupa una extensión de unos 300 km2. Estamos en el lecho marino del antiguo Mar de Tetis, que se formó cuando el mundo terrestre era un todo homogéneo, antes de la división de los continentes. Si te interesa mucho esto, te sugiero que leas el artículo del Océano Tetis de la Wikipedia.

Tetis es el nombre griego de la diosa del mar y todas las aguas, hija de Urano y Gea.

Bien, como decía, estamos pisando un suelo que hace más de 300 millones de años formaba parte de un océano lleno de especies vegetales y animales. Y ahí están sus vestigios. Por todas partes.

¿Te imaginas caminar entre conchas marinas de hace millones de años, troncos de plantas acuáticas pulidas por el viento y la arena, y encontrar hallazgos como cáscaras de huevos de avestruz o un coral perfectamente petrificado? ¿Y andar por una “montaña de cristal”? ¿Dormir en un manglar fosilizado?

Pues todo esto y más lo encuentras en el Desierto Blanco. Pura fantasía. De hecho hay muchos momentos en que te sientes como en un sueño.

fósil de coral con concha incrustrada
Fósil de coral con concha incrustrada en el Desierto Blanco de Egipto
formación de cuarzo de la montaña de cristal
Formación de cuarcitas en la Montaña de Cristal – Desierto Blanco de Egipto
manglar fosilizado
Manglar fosilizado en el Desierto Blanco de Egipto
puesta de sol en el desierto blanco de egipto
Puesta de sol en el Desierto Blanco de Egipto ¿es o no es un sueño?

Además del Desierto Blanco, hay otra zona que ofrece una panorámica casi inversa. Se trata del Desierto Negro, en el que las dunas parecen conos volcánicos y están cubiertas de doleritas, una especie de granito negro que se parece mucho al basalto.

desierto negro de egipto
Panorama del Desierto Negro de Egipto

Podría marearte con los nombres de los lugares a visitar, pero no sé si te van a ser útiles. De todas formas, como primera orientación, te paso la ruta de mi viaje de 8 días:

  • Oasis El Fayum: este oasis se formó gracias a la canalización del agua del Nilo en la época de los faraones tebanos. Es muy extenso y muy fértil. Como dato curioso: su especialidad es el cultivo de rosas con las que fabrican perfumes. Junto a él se extiende el lago Birket Qarum.
  • Wadi al Hitan, el Valle de las Ballenas: este lugar Patrimonio de la Humanidad está cerca de El Fayum y es un lugar increíble. Allí se encontraron varios cientos de fósiles de antiguos cetáceos y es posible contemplar algunos in situ.
  • Oasis de Bahariya: punto de entrada y salida de nuestro trek, con algunos atractivos propios como las momias grecorromanas encontradas en 1995 y los hipogeos (un tipo de tumba) con frescos funerarios.
  • Desierto Negro: a pocos kilómetros de Bahariya empieza este desierto cuya visión, ya lo has visto en la foto de más arriba, es bastante alucinante.
  • Desierto Blanco: durante varios días transitamos el Desierto Blanco de Egipto a pie, sumando unos 80 kilómetros. Desde la Montaña de Cristal, hasta el Valle de Aqabat, el Wadi El Serw o Magical Spring, la Acacia Solitaria o El Santa, el Valle de las Setas o manglar fosilizado, y la zona más famosa y transitada por el turismo.
fósil de ballena del wadi al hitan
Fósil de un antiguo cetáceo de Wadi Al-Hitan
mini oasis en el desierto blanco de egipto
Mini oasis Magical Spring en el Desierto Blanco de Egipto
pinturas del antiguo egipto del hipogeo de Bahariya
Pinturas de los hipogeos de Bahariya
paisaje típico del desierto blanco
Paisaje típico del Desierto Blanco de Egipto

¿Cuándo viajar al Desierto Blanco de Egipto?

Para hacer una travesía por estos desiertos (y muchos otros), debes elegir los meses menos calurosos. Entre noviembre y marzo es lo ideal.

En primavera no es raro encontrar tormentas de arena que pueden arruinar tu experiencia, y en verano las temperaturas hacen inviable un viaje de trekking. En coche te diría que también, aunque hay gente para todo y más en Egipto.

posando en el desierto blanco de egipto
Feliz en el Desierto Blanco de Egipto

Si te pilla el Ramadán, debes saber que ellos lo aplican a rajatabla, pero no estás obligado a seguirlo. De hecho, prepararán tus comidas con el mismo cuidado y cariño que en cualquier otra época del año.

Sí que te encontrarás con un ambiente más tranquilo en los oasis, somnoliento, y en las horas en que rompen el ayuno (justo después de la puesta de sol), no esperes que te atiendan. Un rato después sí, pero en el momento de su primera comida del día digamos que «no tienen el xxx para farolillos». Lógico.

Consejos a tener en cuenta para un trekking en el desierto

Para hacer un viaje de trekking debes ir con un guía que te lleve a los sitios más representativos y, lo más importante, evite que te pierdas. Esta es otra poderosa razón para contratar el viaje con una empresa. Si no, sería una locura y además no sé si obtendrías los permisos necesarios.

gran duna impoluta
Duna preciosa en algún lugar de la inmensidad del Desierto Blanco de Egipto

El equipo de la agencia se encargará de trasladar tus cosas y la logística de acampada hasta los lugares convenidos. Todo suele fluir sin ningún problema y doy fe de que los habitantes de Bahariya son muy trabajadores y profesionales. Al menos los de Western Desert Tours.

Sí te digo que debes cuidar bien tu calzado, y a ser posible tus pies antes de ir. La arena puede ser abrasiva y hay muchas rocas puntiagudas. Caminar entre 15 y 20 kilómetros diarios por este terreno no es tontería, y puede ser que sufras ampollas y rozaduras, como me pasó a mí.

Por eso, te cuento lo que aprendí al respecto:

  • Lleva un buen calzado de trekking, mejor botas altas para evitar que entre la arena, y mejor que lo hayas usado antes. También deberías llevar uno de repuesto por si las moscas.
  • Te recomiendo que lleves calcetines técnicos como los que tienes en este enlace. Aunque vayas en invierno, durante el día las temperaturas pueden llegar a los 25 o 30 grados. Esa temperatura caminando es calorcito del bueno.
  • No te olvides de incluir en tu botiquín tiritas, gasas y cualquier “ingenio” que te ayude a curar las ampollas o rozaduras. También algo para desinfectar.
  • Una gran idea es untar cada día los pies con vaselina pura antes de empezar a caminar. Realmente es “mano de santo” ¡Yo no lo sabía hasta este viaje! (consejo extensible a caminar por otros terrenos).
  • Los bastones de senderismo pueden ser un buen aliado ya que te dan apoyo para los desniveles, tanto en la subida como en la bajada. Este desierto es bastante llanito, pero no es una pista de aeropuerto. Yo llevo años utilizando este modelo de Decathlon y estoy contentísima con ellos.
  • No te olvides de la protección solar. Tanto a nivel de crema, como de gorro/gorra/turbante y manga larga. El sol pega bien y las sombras son muy escasas. Los días nublados son una gozada, pero el sol también hace daño aunque no se le vea asomar.

Por otro lado, debes ir dispuesta/o a no poder ducharte ni lavarte durante varios días. Si es algo que te va a costar mucho asumir, no vayas. Vas a convivir con el polvo y la arena que se mete en todos los recovecos posibles de la ropa, bolsas, calzado, etc. Es lo que hay, pero forma parte de la experiencia.

Ah, a la hora de lavarte los dientes, ya sea en el desierto o en los hoteles de los oasis, utiliza sólo agua mineral. Y ojito con las ensaladas. Las diarreas están a la orden del día, y esto me viene de perlas para el siguiente apartado, je, je.

¿Cómo cagar en el desierto y no dejar rastro?

Advertencia: este es un apartado de contenido altamente escatológico que, sin embargo, creo necesario incluir. Si te da asquito, pasa al siguiente 😂

Cagar en el desierto puede ser hasta muy placentero, salvo que no tienes taza de váter para sentarte. Hasta aquí todo guay, pero… ¿qué haces con los residuos y con qué te limpias? La verdad es que es una tarea que hay que currársela un poco para evitar dejar rastro en el desierto.

No olvides que por allí hay fauna salvaje que no debería comerse tus desechos, y tampoco olvides que viajas con más gente, o que pueden venir otros detrás. Vamos, que el desierto no está tan vacío como creemos.

Por lo tanto, la primera medida es hacer un agujero en la arena o el suelo arenoso (busca que sea blando, no te pongas a picar piedra 😜). Los conductores o guías suelen llevar una pala para estos y otros menesteres, pero si no la tienes a mano, siempre puedes ayudarte de un palo o de tus propias botas.

En cualquier caso, intenta que sea algo profundo. Lo que no hace falta es que sea enorme, no vayas a perder el equilibrio y te caigas dentro cuando esté toda la tostada puesta 😂😂.

La idea es enterrar tus desechos orgánicos. Y subrayo lo de orgánicos.

«Vale, entonces hago un agujero, cago en la arena ¿y luego qué, con qué me limpio?»

No te voy a aconsejar que cojas una piedra para limpiarte, ni mucho menos un hierbajo, que además igual no hay. Tampoco te voy a aconsejar que te limpies con arena. Recuerda que es abrasiva con el roce de la piel. Imagina. O mejor no, no imagines, ja, ja.

Las opciones para limpiarte son básicamente dos:

  1. Limpiarte el culo como los locales: te llevas una botelllita de agua y te lavas el culete después del acto allí mismo. Cuando vuelvas al campamento, eso sí, lávate muy bien las manos. Sobre todo antes de coger algo de la bandeja de comida o de saludar a alguien 😂😂😂
  2. Limpiarte con papel higiénico o una toallita multiusos, si es que llevas ese producto del demonio para el medio ambiente. Aquí viene el problema: ambas cosas tardan muchos años en degradarse y por tanto son un residuo altamente contaminante. Recuérdalo siempre. También vale para nuestro campo y playa.

Si eliges la opción del papel higiénico o la toallita ¡no lo entierres con lo demás! Debes llevarlo de vuelta al campamento. Ay, qué asquete ¿no? Bueno, no es para tanto si eres un poco cuidadoso. Además, puedes llevarte bolsitas para caca de perro o de otro tipo para no tener que llevarlo en la mano. La idea es tirarlo a la bolsa de basura que los beduinos habilitan todos los días.

Otra buena idea es quemar el papel, pero debes ser paciente porque tarda un poco. Al haberlo usado tiene humedad, y no voy a dar más detalles al respecto. Ojo, vigila que no haya vegetación cerca ni viento fuerte, no la vayamos a liar. Y NO se te ocurra aplicar este consejo en otro lugar que no sea el desierto.

Anécdota: la primera noche que cogí la pala para ir a cagar en el desierto, en una zona de dunas, iba caminando en la oscuridad con el frontal. Cuando me puse a hacer el agujero con la pala, iluminando el suelo, me dio la risa ¡Me sentía como una asesina cavando una tumba para enterrar a mi víctima! 😂😂😂 Por lo demás, todo fue bien 😊

Uy, que se me olvida: sobra decir que no te olvides de enterrar bien tus excrementos antes de volver con la pala y el papel o toallita usados. Ya, son unos cuantos pasos a seguir, pero todos te lo agradecemos 😇

Equipaje y cosas del comer

Para llevar todo el equipaje, olvídate de las maletas rígidas y con ruedas. Lo mejor es una bolsa blanda y lo más estanca posible.

También tendrás que llevar un saco de dormir que, según la época, debe ser más o menos grueso. De las colchonetas y tiendas ya se encargan ellos, aunque lo habitual es que la tienda la montes tú mismo. Es una tarea fácil y rápida.

Tampoco debe faltar un elemento importante que ya he citado: el frontal o linterna. En el desierto no hay iluminación. Aunque cuando hay luna llena casi no hace falta, dentro de la tienda de campaña la vas a necesitar siempre.

Otra cosa: recuerda que debes ser autosuficiente con las baterías de tus dispositivos. Hoy en día todos viajamos con teléfono móvil como mínimo, y si vas a estar varios días caminando, harás fotos. Por mucho que te empeñes no te va a durar tanto tiempo, así que lleva una buena batería externa y asegúrate de cargarla a tope antes de salir de viaje.

Un ejemplo de batería externa buena sería entre 20.000 y 30.000mAh. Eso te asegura varias cargas de móvil. La gran pega que tiene es que tarda una barbaridad en cargarse del todo, así que prepárala con varios días de antelación antes de salir de viaje.

Con respecto a la cámara de fotos, si es que la utilizas, intenta limpiarla una vez todos los días, lleva suficientes baterías y también tarjetas de memoria. Por darte una orientación: yo gasté cuatro baterías en los seis días en que no tuve posibilidad de cargarlas. Hice unas 1.500 fotos y algunas de ellas nocturnas (gasta más batería porque son de larga exposición). Aún me sobró una.

De todas formas esto varía mucho según el modelo que uses. Si tienes una cámara sin visor, gastarás más batería porque la pantalla implica más gasto. Si haces pocas fotos, gastarás mucha menos. Si las baterías son viejas, se gastarán antes…

Para el tema del agua, un detallito muy importante en el desierto: creo que es buena idea llevar tu propia botella o cantimplora y mejor con filtro si conserva bien la temperatura del agua.

Las agencias suelen incluir una provisión de agua mineral para todos esos días y la llevan en botellas de plástico. Esto no hay forma de evitarlo, es lo que hay allí, pero al menos puedes conservarla fresca unas horas.

Ah, aprovecha hasta la última gota de cada botella, por favor. Si queda un culín de la botella de plástico, te la bebes o se la pasas a un compañero. El derroche de agua en el desierto es un crimen.

Ojalá llegue el día en que las botellas de plástico se puedan reemplazar por algo más sostenible. Sí puedo decirte que ellos son bastante cuidadosos con no dejar desperdicios en los campamentos.

En cuanto a la comida, se come realmente bien y no deberías echar nada de menos. Hay opciones incluso para los vegetarianos o veganos. Predominan las verduras y frutas de temporada de gran sabor, pues son las cultivadas en los oasis. También suele haber sopa, pan ácimo, arroz, legumbres y carne asada en las brasas de la hoguera que se enciende todas las noches. Seguramente no falte algún dulce y tendrás café, té y otras infusiones tanto para desayunar como para la tarde.

No está de más llevarte alguna bolsita de frutos secos para las pausas de las caminatas, aunque también puedes coger una naranja del campamento (según las provisiones de la agencia).

pastas de dátil y sésamo
Pastas de dátil y sésamo que saben a gloria en el Desierto Blanco de Egipto

Lo dicho, un viaje al Desierto Blanco de Egipto puede ser una experiencia maravillosa. Si lo quieres combinar con otros atractivos de Egipto, te recomiendo que le dediques al menos 3 días 😊

atardecer en el desierto blanco de egipto
Atardecer en el Desierto Blanco de Egipto
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