reflexiones de una bloguera de viajes

Actualizado el 7 noviembre, 2020

Un mes después del sexto aniversario de este blog, me enfrento a la página en blanco de WordPress para tratar de expresar una idea: por qué escribo este blog de viajes, qué me da y qué me quita. Aquí tenéis pues las reflexiones de una bloguera de viajes cualquiera, y un enorme agradecimiento a todos vosotros.

Las primeras reflexiones de una bloguera de viajes que se pregunta por qué escribir un blog… son preguntas

¿Por qué pelear con las palabras, con las fotos y los etiquetados que tú no ves? ¿con las palabras clave, las redes sociales, los hastag, la estética, los títulos, las URL… ? Esto lleva tanto detrás, que la lista se hace interminable.
¿Cómo hacerte más visible? ¿lograr que la gente encuentre y sobre todo considere que tu blog es para volver una y otra vez?

¿Qué hago con las ofertas, muchas veces más que dudosas, de colaboración que después de un tiempo empiezan a dirigirse a mi?

reflexiones de una bloguera de viajes

No hay manuales. Esta actividad (bloguear) aún sigue en desarrollo, en construcción. Preguntas a unos y otros. Te das cuenta de que la gente aprende a golpe de errores. Desde luego ese es mi/tu/nuestro caso.

Durante mucho tiempo yo pensaba que hacía las cosas bien, normal. Que lo importante lo tenía: escribir «bien» y con fotos bonitas.

reflexiones de una bloguera de viajes
Nada más lejos de la realidad. Pero no tenía referencias así que seguía en mi burbuja. Y sin poder comparar las cosas, amigos, uno no aprende y se queda con «su» realidad (aplíquese a casi cualquier cosa).
Empecé a encontrarme con ráfagas de información. Vocecitas que me decían «por ahí no vas bien». Decidí cambiar de la plataforma Blogger a WordPress. Hace dos años y medio y con ayuda de un compañero: Victor Ferrando de Fotoescapada. Además de blogger y mejor persona, es desarrollador web. Yo sola no podría haber hecho esto ni en sueños. Primer gran agradecimiento a una ayuda que sigue estando ahí y no sabes, Víctor, no lo sabes, cuánto me tranquilizas y apoyas.

Con ese gran cambio se abrió ante mi todo un mundo técnico -y tecnológico- que me llevó a pasar por momentos de angustia, por no poder entenderlo, ni abarcarlo. O eso creía.

Fue un momento crítico, la verdad. Había gente que me decía que esto me pasaba porque yo escribo de sitios raros. Pero no era eso. Me di cuenta de cuántas cosas hacía mal. Innumerables. Prácticamente todo. La anti-SEO y anti desarrollo web número uno y más allá. Esa era yo. Encima con el tiempo me he dado cuenta de que no escribía tan bien como yo creía. Para nada. Repasando ahora posts viejos, me doy cuenta y mucho.

Una confesión: me creo poco las alabanzas de los demás, vengan de donde vengan, y escucho más a las críticas.

Todo eso evitaba que la gente (vosotros) leyera este blog, porque era pura casualidad que llegaran hasta él. Y todo ello, por tanto, hacía parecer inútil el trabajo de los años anteriores. El de publicar escritos y fotos, quiero decir. Trabajo en las entrañas de la web no hacía casi, por ignorante, no por no querer.
Tocaba aprender y corregir errores. Me puse a ello. Aún sigo.

tribu-hamer

Nunca terminas, por fin lo he comprendido. Cuando decida lavar la cara estética, tendré que volver a revisar muchas cosas, y con más posts y fotos acumulados. Cuando aprenda algún nuevo tecnicismo que merece la pena, tendré que repasar todo otra vez. Así es.

Ya no tengo dudas de que hacer un buen blog, o intentarlo, lleva mucho curro. Y que no es sólo cómo escribes o las fotos que publicas, aunque esto sea importante. Horas y horas incontables. Impagables.

reflexiones de una bloguera de viajes

¿Y por qué, entonces, escribir un blog (de viajes)?

Mucha gente, cuando se entera de que escribo un blog, me pregunta cómo empecé. No sé si quieren oír la historia o es una forma indirecta de preguntar por qué lo hago. Me dan ganas de responder «¿y eso qué importa?».

¿Y por qué hacer punto de cruz, leer, o jugar a videojuegos? ¿Por qué viajar? ¿Para qué echarte la siesta? …
Es una actividad de disfrute, un hobbie que, no sé, como todo en esta vida, tiene sus beneficios que compensan a los contras.

Para mi no es más que una afición, pero sin olvidar que es una actividad pública, y que implica una responsabilidad no sólo para contigo, como puede ser tejer una bufanda.

De hecho, una de las cosas que me motivan a escribir este blog de viajes es contribuir a la cultura general sobre qué hay más allá de nuestras casas, y me lo tomo muy en serio. Eso sí, con toda la subjetividad del mundo.

El caso es que ese trabajo «picando piedra» da resultado. Ahora sí, la audiencia del blog está subiendo decididamente y estoy muy contenta porque ya ando en cifras inimaginables por aquél entonces. Las cifras no lo son todo, pero para mi es una demostración de que los aprendizajes que aplico funcionan.

Y «bloguear» se ha colado en mi vida.

Cada vez que pienso en un viaje, se suceden pensamientos que vienen y van, recuerdos. En cualquier momento del día o de la noche puede venir una gran frase que crees acertada, o el comienzo de un post. Si no lo apuntas, seguramente se te olvidará. Luego vendrán las incontables revisiones, como este mismo texto, y las imágenes que lo acompañan. Pero lo primero es lo primero. El volcado, a veces vómito, del contenido.
Durante el viaje también me pasa y es la parte que menos me gusta, porque no quiero distraerme pensando en qué y cómo voy a publicar, pero ya es inevitable.

Bloguear se ha colado en mi vida, sí. Igual que las sonrisas y los atardeceres.

reflexiones de una bloguera de viajes

Qué me da el blog

El blog es un desahogo y un disfrute. Una forma de contar con calma y como quiero mis viajes. Muchas veces no soy tan elocuente hablando como escribiendo. Escribir me permite reflexionar, analizar, procesar lo que he visto y sentido.

Es también una fuente de satisfacción personal por lo que aprendo de este mundo online, que la verdad es que me interesa. Llámame frikie ;)

Y con el tiempo, ha sido/es algo que no buscaba pero que he encontrado: una fuente de buenas amistades. Conocer a gente que merece la pena, con quien compartes gustos. Saberte afortunado de que ellos estén en tu vida, de manera más o menos cotidiana.

Amistades que ya duran años, algunas más que el blog aunque también venían de este mundillo. Con algunos he viajado, con todos comparto risas, buenas conversaciones, y buenos abrazos.

Marta, Marita, Ignacio, Sara y Jose, Iván, Miguel y Laura, Itzíar y Pablo, Lucía y Rubén, Carol, Carlos, Antonio, Víctor…

Me dejo algunos en el tintero, pero sabéis quiénes sois, y sabéis que os quiero un montón y que me encanta que estéis ahí. Os habéis colado en mi vida y ya formáis parte de ella tanto como otros amigos, como la familia.

andando en la feria del libro
El blog también me ha permitido conocer a gente que admiro y que quizá no se habrían cruzado en mi camino de otra forma. No me refiero ahora a otros bloggers, si no a escritores, editores y periodistas. Gente con una obra o una historia detrás que me interesa personalmente. Me sigo emocionando cuando alguien así llega a este sitio, vía red social o por algún otro cauce, y contactan conmigo (eso es lo sorprendente, que no soy yo quien les busca). Cada vez que surge un encuentro así, me invade una oleada de emoción feliz.
Quizá todo se puede resumir en esto, en que el blog es una fuente de emociones positivas, y por eso sigo.

Hacia dónde irá este blog de aquí en adelante

No lo sé, nadie lo sabe. Mi firme propósito es seguir mostrando el mundo que veo, como lo veo. Contribuir a la cultura viajera y a un mundo más empático, aunque sea de forma tan humilde.
No me interesa hacer pinitos publicitarios ni marketinianos. Me da una pereza terrible. Puede que me equivoque, y no voy a decir que de esa agua no beberé, porque no lo sé y la vida da muchas vueltas, pero más allá de difundir los destinos de manera altruista en la mayor parte de las ocasiones, no quiero entrar en determinadas ruletas.

Srinagar vida en el lago dal

Yo no sé si un día me arrancaré de viaje por meses, y entonces escriba y publique durante el mismo. No sé si será mi profesión futura. Ni siquiera esto que acabo de escribir es una declaración de intenciones. Sencillamente no lo sé. Y si algo me ha enseñado esto del blog, es que por mucho que creas que lo estás haciendo bien, seguro que te estás equivocando y que te queda mucho por aprender, y corregir.
Sólo os puedo decir que mi intención es seguir estando aquí, y seguir disfrutándolo.

Termino con unos agradecimientos

Quiero daros las GRACIAS a todos y cada uno de vosotros. En especial a los que me leéis de manera más habitual, por no decir incondicional. Los que comentáis, aquí o en redes sociales, y los que me encontráis en el gran buscador de Internet y decidís quedaros, según me contáis en vuestros mensajes. También a los que estáis de paso, y que estáis invitados a volver siempre que queráis ;)

londji

De vuestra compañía depende mi autoestima en lo que se refiere a este blog. Saber que hay alguien ahí detrás leyendo y disfrutando con ello es la gran recompensa al deseo de hacer de este un espacio bonito e interesante. Y no hay más.

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