Los pueblos de Segovia guardan muchos tesoros insospechados. Castillos espectaculares, petroglifos prehistóricos, claustros románicos, campos de fresnos centenarios. Te invito a pasar un gran fin de semana entre Anaya, Coca y Domingo García :)
Antes de empezar te cuento que esta ruta no se me ocurrió a mí, si no que forma parte de una colaboración con los apartamentos rurales Solaz del Moros, en el pueblo de Anaya (Segovia).
Varios blogueros, acompañados de nuestras familias/amigos acudimos allí. La idea era pasar el fin de semana, siendo el domingo el día señalado para hacer un evento llamado «tuit & cochinillo», una comida a base de la gastronomía típica: cochinillo, vino y ponche segoviano (un postre riquísimo, aunque muy dulce), retransmitida vía Twitter. El resto del tiempo era para nosotros, y de hecho los blogueros no llegamos a encontrarnos hasta… el sábado por la noche / domingo :)
Ahora sí, te voy a contar lo que puedes disfrutar en estos pueblos de Segovia:
Yacimientos de Domingo García, una sorpresa en la provincia de Segovia
Investigué por Internet qué hay por la zona y voilá, me entero de que hay un yacimiento de petroglifos en el pueblo llamado Domingo García, así que no nos lo pensamos dos veces.
Efectivamente, a las afueras de este pueblito está el Cerro de San Isidro. Lo reconocerás por la iglesia románica en ruinas que hay en lo alto.
Justo al lado, una serie de rocas exhiben una gran cantidad de petroglifos de varias épocas: paleolítico, Edad del Bronce y Edad Media.
Un mundo de caballeros, guerreros en actitud de lucha, e incluso algún animal tipo «leopardo» están grabados en la roca desde hace siglos.
También algún que otro grabado contemporáneo, de algún idiota que no sabe dónde meter las manos. Este tipo de patrimonio hay que CUIDARLO, por favor.
Incluso hay un cartel que así lo indica, pero lamentablemente poco más. La verdad es que el lugar se ve un tanto abandonado desde hace tiempo. Una verdadera lástima, o vergüenza.
Seguimos con más pueblos de Segovia: Coca, otra sorpresa
Después nos encaminamos a ver el Castillo de Coca. Éste es un precioso ejemplo de fortaleza del siglo XV. Está muy reconstruido pero no por ello es menos bonito. Juzga por ti misma.
Un castillo con su foso, sus torres, y detalles ornamentales en las murallas. Da para un buen rato, pero no te quedes sólo con el exterior. La Torre del Homenaje se puede visitar, y desde allí caminar por los corredores hasta asomarte a las almenas y contemplar el panorama campestre. Preciosos los restos de frescos que lucen en algunas estancias de la torre.
El castillo de Coca perteneció a la Casa de Alba, pero en 1954 fue cedido al Ministerio de Agricultura para la instalación de una Escuela de Capacitación Forestal, que sigue funcionando hoy en día.
Además del castillo en Coca hay un trozo de muralla, con su puerta de entrada a la villa, y un restaurante solvente llamado La Muralla donde reponer fuerzas.
El claustro de Anaya: Santa María la Real de Nieva
¡Si es que esta provincia es un no parar! De vuelta a Anaya (dirección a Madrid), nos topamos con una pequeña-gran sorpresa más: el claustro de Santa María la Real de Nieva.
Una de esas bellezas románicas que bien merecen una parada y un rato de tranquilidad contemplando las escenas bíblicas talladas en la roca.
De propina, los fresnos del Moros, el río que discurre junto a Anaya
El paseo entre los fresnos del río Moros, muy cerca de Anaya, es uno de esos lugares que transmiten paz. Para cuando la gran ciudad te ahogue, cuando quieras sorprender a tus amigos, pasar un precioso día de campo, o practicar la fotografía. O todo junto 🥰
Los fresnos centenarios, libres de hojas en invierno, son como pequeños gigantes que te pueden dejar con la boca abierta. De copas intrincadas, recios troncos que bien podrían estar habitados por duendes y otras «criaturas del bosque», se dispersan en un prado de hierba fresca. Un poco más allá, enormes pinos solitarios, orgullosos chopos de ribera, y el comienzo de un pequeño pinar. Una gran patio de juegos para los más pequeños, un sitio plácido para los mayores. ¡Ay quién pudiera vivir más cerca de este tesoro!
Moraleja: si crees que Segovia sólo merece la pena por su acueducto (que conste que es una maravilla que me encanta), estás equivocada. La provincia tiene estas y muchas perlas más, así que ¡no te cortes!
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Que bueno! no tenía ni idea de las petroglifos! Con lo que me gusta ir a ver estas cosas… Me imagino el tiempo que llevan ahí y flipo.
Gracias por descubrírmelo! A ver cuando tengo un finde libre para poder verlos…
Qué bueno, Víctor, pues no lo dudes que es una escapadita muy accesible!! eso sí, si vas en estas fechas prepárate a pasar calor y lleva agua, que aquello es una solana… Vamos, que en invierno te pelas porque el viento da por allí la vuelta, y en verano debe de ser una chicharrera. Si puedes esperar a Septiembre, seguro que es la época perfecta!! :D
Un beso!
Alicia