Visita al Parque Nacional de Timanfaya, lo mejor de Lanzarote

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Por Alicia Ortego

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Soberbio y único. Si viajas a Lanzarote y no visitas el Parque Nacional de Timanfaya habrás cometido un gran error. Esos paisajes de otro planeta son ALUCINANTES. Sí, hay mucha isla con mucho paisaje volcánico, pero Timanfaya es un paso (o varios) más allá. Aquí te traigo un puñado de fotos y la información que necesitas para visitarlo.  

Si no visitas el Parque Nacional de Timanfaya no puedes decir que has estado en Lanzarote. Así de claro te lo digo. Puedes hacer rutas de senderismo en el perímetro del parque y son más que recomendables, preciosas, pero no es lo mismo que su interior.

El puro centro del Parque Nacional de Timanfaya es otra cosa. Algo soberbio, alucinante y emocionante. Recuerdo que cuando hice una ruta de senderismo en la Isla Isabela de Galápagos me acordé mucho de Timanfaya porque hacía muchos años lo visité con mis padres, así que esta es la segunda vez y si vuelvo a Lanzarote ten por seguro que habrá una tercera.

Pero empecemos por el principio… 

Historia del Parque Nacional de Timanfaya

Timanfaya es el resultado de las erupciones que se dieron entre 1730 y 1736, y otra posterior en 1824. Lo que eran tierras dedicadas a la producción agrícola, quedaron sepultadas para siempre por metros y metros cúbicos de lava ardiente. Así fue. Tan rápido como lento para los que lo vivieron. Un día la Tierra empezó a bramar y sobre todo a escupir fuego y rocas candentes, y adiós al mundo conocido. 

Hubo días que fueron siempre de noche 

Las aldeas de Chimanfaya, La Mareta, Boiajo, Santa Catalina, Chupadero, Peña Palomas y Malas Tapias fueron borradas del mapa, entre otras. Los supervivientes tuvieron que buscar otro sitio para vivir.

Muchos se fueron a Fuerteventura, dicen que clandestinamente porque las autoridades no se lo permitían. La isla se quedó con 2.500 habitantes. Nunca habían visto nada similar, así que debió de ser un shock tremendo. 

cráter con forma de cono invertido y frente abierto como si fuera una construcción humana
Paisaje volcánico del Parque Nacional de Timanfaya

Podemos sentirnos privilegiados por el hecho de contar con un testigo presencial que dejó la crónica de esos días de horror en un manuscrito. Se trata del testimonio del cura de Yaiza, Andrés Lorenzo Curbelo.

El texto tiene un carácter más informativo que emocional, pero si prestas atención y piensas que durante cinco años y medio Lanzarote soportó grandes erupciones, y que todo empezó de noche, el sentimiento puedes ponerlo tú mismo:

El día primero de Septiembre de 1730, entre las nueve y diez de la noche, la tierra se abrió de pronto cerca de Timanfaya, a dos leguas de Yaiza. En la primera noche una enorme montaña se elevó del seno de la tierra y del ápice se escapaban llamas que continuaron ardiendo durante diecinueve días.

mar de lava negra y gris con falda de volcán rojizo al fondo
Mar de lava en el Parque Nacional de Timanfaya

Hay más documentos, como el del Cabildo informando al Rey, fechado el 17 de octubre de 1730:

(…) hasta los pájaros y conejos con la inmundicia de ratones y otros animalillos andan por encima de otras arenas sin tener de qué alimentarse, siendo todo lo insinuado nada en comparación del dolor que causa el lloro y lamentos de los hombres, mujeres y niños, que se ven arruinados del ingrato elemento, despojados de sus propiedades y expuestos en los campos a la inclemencias de los tiempos con sus personas y sustentos (…)

Poco a poco, según la tierra se fue calmando, la gente volvió y descubrieron que la tierra que quedaba bajo el lapilli era más fértil que ninguna otra. Lanzarote podía volver a ser habitada, y así fue, aunque las erupciones de 1824 supuso otro gran susto, ya que duraron tres meses y salieron tres volcanes nuevos a la superficie.

cultivos de vid en la Geria con volcanes rojizos al fondo
Cultivos de vid en La Geria, a muy poca distancia del Parque Nacional de Timanfaya
paisaje de lavas retorcidas de color blanquecino por los líquenes
Paisaje del Parque Nacional de Timanfaya

Es un paisaje volcánico virgen, sin intervención humana, en el que los líquenes, unas 200 especies diferentes, son la primera señal de vida. Además, casi 300 años después algunas especies de aves y reptiles ya campan o anidan entre los millones de huecos de esa roca porosa.

líquenes sobre rocas de lava en el parque nacional de timanfaya
Los líquenes son la primera señal de vida orgánica en el Parque Nacional de Timanfaya

Cómo es la visita al Parque Nacional de Timanfaya

El echadero de camellos

Antes de subir al parking del Parque Nacional de Timanfaya, todo el mundo pasa por el echadero de camellos.

Aquí hay un punto de información turística y un pequeño museo dedicado a la relación de este animal con la isla, ya que durante muchas décadas ha sido utilizado para la carga de vides, higos, o para arar de la tierra, igual que en la vecina Fuerteventura. Igual que en la vecina África, podríamos añadir.

También hay una tienda de recuerdos con cafetería y baños.

Un apunte: no son camellos sino dromedarios, pero en Lanzarote se les llama camellos, así que lo dejamos así.

Muchos creen que esto es la entrada al Parque Nacional de Timanfaya, pero no, aún quedan un par de kilómetros o poco más.

patas de camellos de pie sobre campo de lava negra
Los camellos de Timanfaya

La principal atracción y sentido de este lugar son los camelleros con sus dromedarios preparados con la “silla inglesa”, el ingenio que se utilizaba para el transporte de personas a finales del siglo XIX o principios del XX, aunque ahora son metálicas y no de madera como antaño.

camellos sentados y de pie con sillas verdes esperando a los turistas y detrás volcán de color rojo
Camellos esperando para ser montados en el Parque Nacional de Timanfaya

Muchos se suben a dar una vuelta de 20 minutos a las lomas rojizas de allí al lado, en especial si van con niños y con toda la ilusión del mundo. Dicen que las vistas desde arriba son espectaculares.

Por mi parte no estaba interesada, así que me quedé en el museo y el exterior tratando de respirar la atmósfera del Parque Nacional de Timanfaya mientras esperaba a los demás. Si llevas tu propio coche, te lo puedes saltar.

turistas montados en sillas verdes sobre los camellos haciendo el paseo en el echadero de camellos
Turistas sobre los camellos en el Parque Nacional de Timanfaya

Por si te surgen dudas sobre lo responsable que puede ser esta actividad, sólo puedo contarte lo que me explicó la guía de la excursión con la que viajaba:

  • Es una actividad regulada por el Cabildo. De hecho el precio se acuerda con el Patronato del Parque Nacional.
  • Hay 290 camellos dedicados a este trabajo, pero no puede haber más de 140 camellos en cada turno.
  • Son de distintos propietarios, familias dedicadas a ello desde hace varias generaciones.
  • Los camellos soportan hasta 500 kg de peso, aunque nunca se llega al máximo. Los camelleros distribuyen a la gente según su peso (a ojo de buen cubero), aunque suponga separar a parejas o familias, y ponen sacos de contrapeso para equilibrar bien las cargas.
  • En temporada baja o con la pandemia (hay mucho menos público) cada camello va a trabajar cada 4 o 5 días.

Pero también he leído noticias en las que alguna ONG les ha denunciado por el estado y trato de los animales. Antes de tomar una decisión, en caso de que te lo plantees, por favor trata de informarte antes, y/o fíjate bien en el estado de los animales.

camellero guiando a su camello del que se ve la cabeza a la izquierda de la foto guiado con una cuerda
Camellero guiando en el Parque Nacional de Timanfaya
camellos en fila con sillas verdes caminando por un sendero entre mares de lava negra
Los camellos de Timanfaya vuelven a casa después al final de la jornada, navegando entre mares de lava

El Islote de Hilario

Después toca subir al Islote de Hilario parando primero en el acceso donde se compran las entradas, llamado Taro de Entrada (carretera LZ-67).

  • Las entradas al Parque Nacional de Timanfaya sólo están disponibles en las taquillas del centro, y el acceso se hace por orden de llegada. En la web oficial puedes leer los horarios actualizados e información práctica.
  • No admiten pago con tarjeta porque no hay cobertura.
  • La entrada incluye el servicio de aparcamiento en el islote de Hilario, las demostraciones geotérmicas que ahora te explico y el recorrido en bus por las Montañas del Fuego.
  • Abre los 365 días del año.
  • El centro tiene restaurante, una tienda y baños públicos.
cartel del parque nacional de timanfaya con diablo con brazos en alto y cola entre las piernas
El cartel que anuncia el Taro de Entrada del Parque Nacional de Timanfaya

Una vez arriba te encuentras con el Centro de Visitantes diseñado por César Manrique y el punto de partida de los autobuses que recorren el parque, con salidas cada 20-30 minutos. Depende de la época, día y hora, puede que tengas que esperar cola. Si vas en semana santa o verano, te aconsejo que madruges.

Junto a la pequeña zona de parking donde podrás dejar el coche con las indicaciones del personal (el tráfico se regula en el Taro de Entrada), puedes abrir boca con la exhibición de la fuerza de las entrañas de la tierra o emanaciones caloríficas, porque en este punto del Parque Nacional de Timanfaya, a cuatro kilómetros de profundidad, hay magma vivito y coleando.

turistas alrededor de un agujero protegido con rocas de lava en el islote de hilario
Turistas a punto de ver cómo se incendian las ramas de aulaga por el calor de las entrañas de la tierra en el Parque Nacional de Timanfaya

En un circuito de tres pasos podrás sentir el calor del lapilli en tus manos, ver cómo las ramas de aulaga se incendian sólo con ponerlas en un agujero, y cómo el agua sale a chorros como un geyser al entrar en contacto con las tremendas temperaturas que hay bajo tierra.

A sólo 30 centímetros de profundidad la temperatura es de 80ºC, a dos metros de profundidad la temperatura alcanza los 250ºC, y a 10 metros es de entre 400 y 600ºC.

ramas de aulaga ardiendo con grandes llamas en un agujero
Ramas de aulaga ardiendo por el calor de la Tierra a sólo unos centímetros de la superficie en el Parque Nacional de Timanfaya
comienzo de la salida de columna de agua de geiser en el parque nacional de timanfaya
«geyser» en el Parque Nacional de Timanfaya
geiser escupiendo agua con fuerza con fondo de volcanes
Geyser en el islote de Hilario

Por cierto, con esos 250 grados centígrados se cocinan suculentos pollos y otras carnes en la parrilla del restaurante del Centro de Visitantes. Si vas a la hora de comer ¡ni te lo pienses!

pollos asándose sobre parrilla con el calor de las entrañas de la tierra en el parque nacional de timanfaya
Pollos a la brasa sin necesidad de combustible…

El corazón de Timanfaya

La visita al corazón del Parque Nacional de Timanfaya hay que hacerla sí o sí subidos en un gran autobús, sin posibilidad de abrir las ventanas. Un fastidio total para las fotos, pero desde hace muchos años se limitaron las visitas a esta fórmula tan poco sexy, con sus porqués correspondientes:

  • No se puede andar entre las extensiones lávicas. Es más que probable que te pierdas o que tengas una caída y ¿quién te saca de allí? No hay puntos de apoyo, ni senderos.
  • Cualquier basura o desecho acabará enganchado en los recovecos de la lava y, vuelvo a la misma pregunta, ¿quién va a limpiarlo? De hecho ya vi algunos papeles o pañuelos sueltos en el islote de Hilario dando vueltas con el viento. No sé cómo acabará aquéllo dentro de unas décadas 😫
  • Sólo hay una carretera estrecha, de un solo carril. Si no se regula el tráfico cualquier contratiempo con un vehículo particular podría suponer un problema para todo el mundo.
gran volcán de perfil recortado en cielo azul con laderas rojizas y blanquecinas
Vistas del Parque Nacional de Timanfaya desde el islote de Hilario
carretera entre laderas de lavas de colores rojos, amarillos y negros
Carretera del Parque Nacional de Timanfaya

Subí al autobús y me senté en la primera fila del lado derecho, justo detrás del asiento del copiloto. Nuestro bus salía en primer lugar por lo que tendríamos  la perspectiva de la carretera vacía por delante. Todo suma.

carretera con paredes de lava a los lados formando un túnel sin techo en el parque nacional de timanfaya
Imagina conducir un gran autobús por esta carretera…

Si el autobús no va muy lleno, tendrás la oportunidad de cambiar de asiento para ir cambiando del «lado bueno» al «lado malo» de las vistas.

En caso de no poder moverte de sitio, no sabría decirte si es mejor que optes por el lado del conductor. Me quedé con la sensación de que por ahí se veían mejores paisajes durante más tiempo, pero esto puede ser falso. Cuando vuelva a Lanzarote cambiaré de lado y entonces podré decirte 🤗

retrovisor del autobús reflejando mar de lava volcánica en timanfaya
Parque Nacional de Timanfaya
autobús amarillo bajando cuesta entre laderas de lava de distintos colores y líquenes
¿Ves el autobús amarillo avanzando en el Parque Nacional de Timanfaya? Para que te hagas una idea de la escala.
el mar de la tranquilidad es un campo de lava de color rojizo con algunas rocas negras y al fondo más volcanes rojizos
El mar de la tranquilidad en el Parque Nacional de Timanfaya, un paisaje que podría haber inspirado a Dalí ¿no crees?

A pesar de verlo a través del cristal de la ventana, la verdad es que la experiencia es para recordar toda la vida o durante mucho tiempo. Absoluta y definitivamente te quedas con ganas de repetir.

perfil de cráter volcánico en el parque nacional de timanfaya
Las de colores en el Parque Nacional de Timanfaya

La contemplación de esos paisajes sobrecoge, la pericia de los conductores en la carretera mínima entre lavas, también. Y todo ello se adereza con una locución de voz profunda que termina con la música de Así habló Zaratustra que, lo confieso, me arrancó alguna lagrimilla.

pequeño cráter de lava en un campo lávico de color gris
Pequeño cráter en el mar de lava
gran cráter de color negro con paredes interiores amarillentas en el parque nacional de timanfaya
Cráter del Parque Nacional de Timanfaya
lugares que ver en lanzarote: parque nacional de timanfaya con paisaje lleno de volcanes con colores rojos, amarillos y negros
La vista más espectacular del Parque Nacional de Timanfaya, posiblemente.
gran cráter con paredes de color arena y otros volcanes detrás en el parque nacional de timanfaya
Parque Nacional de Timanfaya

Colores y más colores, cráteres que parece que pueden empezar a escupir lava en cualquier momento, la inmensidad de los negros y grises, las rocas retorcidas. Sobrecoge la aridez, el laberinto, y te quedas sin palabras, como ya he dicho.

No voy a repetirme ni a extenderme en florituras para tratar de expresar lo inexpresable. Esta es una experiencia para sentirla, de verdad que mucho mejor que lo que pueden mostrar este puñado de fotos. 

lavas retorcidas de colores negro, gris y arena
Lavas retorcidas
mar de lavas retorcidas con mar azul al fondo en el parque nacional de timanfaya
Parque Nacional de Timanfaya
lavas retorcidas en primer plano de color gris y al fondo volcanes rojizos
Locura lávica en el Parque Nacional de Timanfaya

Conclusión y cierre: no te vayas de Lanzarote sin hacer la visita del Parque Nacional de Timanfaya. Es el dinero mejor invertido 🥰

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