Actualizado el 2 abril, 2022
El Parque Nacional de Chobe, en Botswana, me dejó con la boca abierta. Como un jardín del Edén, concentra en poco espacio una cantidad de fauna que impresiona. Su territorio de unos 11.000 km cuadrados -como un pequeño país- es el centro de la industria turística de Botswana. Un área protegida desde 1930 (y con el estatus de Parque Nacional desde 1968) ¿Te vienes a visitarlo conmigo? ;)
En el Parque Nacional de Chobe encontrás un gran número de especies, pero el elefante, amigo, el elefante… es el Rey
Entre las muchas especies de fauna salvaje que puedes ver en el Parque Nacional de Chobe, desde luego el elefante es la que más abunda. Yo no lo sabía antes de ir, pero en cuanto pusimos un pie, ahí estaban, sí señor.
Muchísimos elefantes campando a sus anchas, entre los meandros del Okavango, o en las laderas llenas de árboles secos y pelados. De hecho éste es el resultado de su acción, ya que los paquidermos se comen hasta el último brote.
Un curioso contraste, el de la vida bullendo y el deterioro al que es sometido el paisaje por todos ellos.
No sólo de elefantes vive el Parque Nacional de Chobe, claro está. Hay leones, leopardos y hienas, aunque no tuve la suerte de ver a ninguno de estos felinos y canes. Una lástima, pero no se puede tener todo!!
No cambiaría nada de aquél magnífico atardecer en el Parque Nacional de Chobe, cuando aún no habíamos digerido el vuelo en avioneta sobre el Delta del Okavango y ya nos encontrábamos en una de las barcazas acercándonos a un enorme cocodrilo a dos palmos de la orilla. Acojona un poco, para qué negarlo.
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Lo que no me gustó del Parque Nacional de Chobe fue el gentío
Sí, cambiaría el gentío. Sé que formas parte de ello porque si no, no puedes ver ese espectáculo de tipo documental de La 2, pero no por ello me va a gustar.
La otra fauna que puebla el Parque son los barcos llenos de turistas. Un «espectáculo» que no llega a la masificación del Nilo en sus años mozos, pero le anda cerca. Además están las barcas llenas de «aprendices» de fotografía. Modernos cazadores con tremendos «pepinos» alquilados: grandes teleobjetivos, trípode y un monitor que te va diciendo, supongo, qué diafragma y qué velocidad utilizar en cada ocasión.
En fin, si uno se concentra en lo que tiene delante, que es muchísimo, estas «penas» son bastante tontas.
Momentazos en el Parque Nacional de Chobe
Durante el crucero que hicimos por el río en la primera tarde al Parque Nacional de Chobe vivimos varios momentazos increíbles.
Como el precioso momento en que unos hipopótamos salían del agua. Aupando toda su mole, para después cagar y mear en nuestras narices, marcando territorio. Y después, de propina, regalarnos con una gran boca abierta. ¿Bostezaba, o advertía a otro macho de que no se acercara? Una de esas fotos soñadas…
Otro momentazo fue contemplar a un grupo muy generoso de elefantes caminando por la orilla. Por lo visto tenían intención de bañarse en el agua. El sol ya caía y seguramente agradecerían quitarse el polvo.Sin embargo, no llegamos a verlo. Algo debía de haber en el agua que no les permitía decidirse. Quizá eran los barcos que se situaban frente a ellos, a una respetuosa distancia pero claro, a nadie le apetece tener tanto público a la hora de la ducha.
O las luces del atardecer, mientras la actividad de la fauna cae y todo se tranquiliza. Poco a poco reina el silencio, llega la calma a la Naturaleza.
Comienza un nuevo día en Chobe
Al día siguiente, ya cuando el sol empezaba a asomar, salimos en los 4×4 del parque a recorrer por vía terrestre otra porción del terreno.
Al principio los animales brillaban por su ausencia y hacía un frío importante dado que íbamos en vehículos abiertos. Pero poco a poco empezamos a encontrarnos con los elefantes, impalas, facoceros, y muchas aves que llenan de color y rareza el paisaje. De nuevo fue una experiencia fantástica.
Lo dicho, ver así a la fauna te hace ser consciente de la maravilla natural en la que vivimos. Más allá de lo bonito que es escucharles, sentirles y observar cómo conviven y se mezclan o separan unos de otros, es como un libro abierto.
Nuestra estancia en Botswana, breve pero intensa, se terminaba aquí. Por delante teníamos unas horitas para cruzar la frontera a Zimbawe y poner el pie en un lugar mítico para todo viajero que se precie, pero como siempre, eso ya forma parte del siguiente capítulo :)
Un par de datos prácticos
- Kasane es la población más cercana y donde se concentra un buen número de lodges y alojamientos de distintos niveles, y por donde se puede acceder al Parque.
- El Parque Nacional de Chobe tiene una página web bastante completa que te enlazo aquí.
- Puedes reservar desde un crucero al anochecer bastante económico hasta safaris y otras actividades aquí.
Si viajas a Botswana o vas a hacer la Ruta del Okavango, el Parque Nacional de Chobe es una maravilla que no te puedes perder bajo ningún concepto 🤗
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Menos mal que te has ahorrado la foto del prebostezo jaja
Menuda maravilla de paisajes, soy un auténtico fan de los animales, creo que cuando al fin consiga ir de safari no podré volver a un zoo, porque no hay color en la comparación XDD
Saludotes!
Ja, ja, Jose Carlos!! no la he puesto porque no se aprecia bien, tenía que haber hecho un vídeo, pero estaba tan flasheada que al menos hice fotos ;D
Es impresionante, nada que ver con los zoos, hace años que no voy y ahora ya me han perdido del todo como potencial clienta!
Saludotes!
Alicia
Hola Alicia, por casualidad caí dn tu blogg, en 15 días voy al Delta del Okavango con mi mujer, y me gustaría saber algo de tu experiencia, Vamos con Kananga, 23 días, y nos limitan el peso a 15 kg por barba, y la fotografía “pesa”, mi intención es llevar una Lumix fz300, 24-600 optico, nikon D7500 con un 80-400 y una gopro5, entre cargadores baterías y demas, casi 4 kgr. ¿Te parece bien el tele de nikon?, , preciosas fotos, ¿algun consejo?. Gracias
Hola Humberto! Sí, el límite de peso es por las avionetas del Delta del Okavango, así que os toca hacer muy bien la mochila!! El 80-400 me parece de lujo, aunque ten en cuenta que para paisajes el 80 se te va a quedar corto (piensa en el desierto del Namib, la Duna 45 y todo eso, por ejemplo). Siempre puedes hacer varias fotos y luego unirlas, claro.
Mi objetivo era el 18-200, todoterreno correcto, pero sí, a veces se quedaba muy corto… pero fui en agosto y en general los animales los vimos bastante cerca. El 400 desde luego te va de lujo para aves y para acercarte muchísimo más a los bichitos :)
Es un viaje maravillosoooo!!!!
CONSEJO: imprescindible proteger las cámaras y objetivos del polvo y la arena. Yo llevaba papel film de cocina y con ello envuelves la cámara y objetivo, en especial la zona donde se unen el cuerpo y el objetivo, y no tuve mayor problema. En el desierto no llevaba la cámara constantemente colgada del cuello, sino que la metía y sacaba de la funda. En especial mientras subes la duna 45, porque suele soplar viento. A más de uno se le fastidió la cámara allí, y es el principio del viaje… y más de uno se sirvió de mi rollo de papel film, ji, ji.
Otra cosa: silencia los sonidos de las cámaras para no molestar a los animales. El silencio es el mejor aliado para su observación, además.
Saludos
Alicia