
Acabábamos de pasar una noche en una isla cualquiera del Delta del Okavango, pero aún no habíamos tenido oportunidad de recorrerla. Nos habíamos dedicado a pasear en mokoro por los canales de papiro. y además no es tan sencillo ni inmediato dar un paseo por la campiña, allí. Por fin llegó la hora, y la adrenalina se disparó. Este fue sólo uno de los días en que el Delta del Okavango nos sorprendió con sus elefantes, cocodrilos, y un mar de papiros inmenso. ¿Te vienes?
Y es que el lugar (además de ser un área protegida), está poblado de hienas, elefantes, facoceros, y muchos otros «bichitos». Unos pasos más allá del campamento por tu cuenta y puedes meterte en un lío. Una aventura de la que quizá no salgas vivo.
Cómo es un paseo entre la fauna salvaje en la isla del Delta del Okavango
Levantándonos casi a la par que el sol, como siempre en este viaje, salimos a «dar una vuelta» con nuestros guías los mokoreros, los habitantes del Delta.
Ellos tienen una vista infinitamente mejor que la nuestra, olfato y sentido de donde están. Y además saben qué hay que hacer ante, por ejemplo, un paquidermo enfadado.
No hay garantía de seguridad al 100%, pero ¿hay algo así en esta vida?
De nuevo experimenté intensamente esa sensación tan especial de estar pisando el mismo terreno que la fauna salvaje. El peligro potencial de hacer eso, y la curiosidad por ver las cosas a su mismo nivel. Y fue maravilloso, a pesar de que no vimos «mucho». No tuvimos suerte, ¿o sí?
Caminando en grupo pequeño, en fila india y en silencio la mayor parte del tiempo. Nos adentramos primero en un prado de hierbas altas que ya amarilleaban, hasta llegar a un gran árbol de Amarula del que probamos los frutos recientemente caídos. Pequeños y dulces, no están nada mal.
A lo lejos, entre los arbustos, unos antílopes nos observan y enseguida salen pitando. Prácticamente no pudimos distinguirlos. Los prismáticos y el teleobjetivo de las cámaras son nuestros aliados, pero hay que ser rápido.
La intriga y la emoción se fueron relajando, no obstante. Aparte de huellas y excrementos de los distintos animales que habían pasado por allí, no veíamos nada. Bueno, sí, aves (que no es poco).

Turaco unicolor, en inglés «Grey go away bird» o sea «Pájaro lárgate gris»… y es que parece que dicen que te largues cada vez que te acercas a ellos.
De repente lo vimos. A unos 200 metros había un gran elefante comiendo
Estaba de espaldas a nosotros. Paramos a observarle e incluso algunos (como yo) nos subimos a un árbol seco para verle mejor y hacerle fotografías.
Entonces él se dio la vuelta y echó a andar hacia nosotros, empezando a levantar la trompa y abriendo las orejas (señal de mal rollo), así que nos fuimos a buen paso y desviándonos de su camino.
Más adelante vimos otros tres elefantes cruzando la misma pradera por la que habíamos venido. Uf, impresionante verles caminar entre las hierbas, y nosotros ahí con sólo nuestras piernas para salir corriendo «si eso».
Poco a poco fuimos volviendo y de ahí vuelta a los mokoros. Otro gran relajante paseo y volvíamos «a la casilla de salida»…
Siguiente parada y fonda: una casa flotante en el Delta del Okavango
La casilla de salida era Seronga, donde habíamos dejado nuestro equipaje principal. Allí, en el muelle, tras una espera relativamente larga que aproveché para fotografiar unos nenúfares con libélulas incluidas, volvimos a embarcar rumbo a un nuevo alojamiento en el Delta: una casa flotante.
Estos barcos llamados «houseboat» son del estilo de aquellos barcos del Mississipi que todos tenemos en la cabeza.
Hoy se han convertido en alojamientos para viajeros y turistas. Las duchas y baños son compartidos, y los camarotes muy angostos, pero…
En el mar de papiros
Es una gran oportunidad de ver el Delta del Okavango desde cierta altura, con las grandes masas de papiros de distintos colores y los canales de agua, las aves, los cocodrilos a escasos metros, e incluso ¡nutrias!
Una buena despedida de este bello ecosistema, delicado y espero que fuerte a la vez, y que siempre recordaré.
Si quieres seguir leyendo sobre la Ruta del Okavango… aquí tienes algunos posts más!
- Primeras impresiones de la Ruta del Okavango.
- Tres semanas en Namibia, Botswana y Zimbawe.
- De Rundu a la frontera con Botswana.
- Vuelo sobre el Delta del Okavango
- El ecosistema del Delta del Okavango.
- Parque Nacional de Chobe (Botswana).
- Cataratas Victoria, un gran sueño viajero.
- Vuelo sobre las Cataratas Victoria.

Interesante, cada dia se aprende algo. Muy lindas las fotos.
Gracias Gustavo! Me alegro de que te haya parecido interesante 🙂