Cuando visites Mérida no te detengas sólo en el Teatro y el Anfiteatro romanos, ni en el Museo de Arte Romano. Hay un buen puñado de sitios menos populares y no por ello desdeñables. Lugares que complementan perfectamente a los anteriores y les dotan de más sentido. Así comprendes por qué es famosa esta ciudad, por qué es posiblemente el lugar con mejores vestigios romanos de toda España. Desde luego una pequeña «Meca» para los que nos gusta la arqueología 😊
Mérida más allá del teatro
La casa del Mitreo: una villa romana cerca del Teatro
Desde el Teatro romano de Mérida nos vamos andando a la casa del Mitreo. Si te vas guiando por el google maps del telefonito de turno, puede que des una vuelta un poco tonta, pero bueno, tampoco tanto 😏
El viaje de ida lo haces rodeando buena parte de las verjas y jardines que rodean al Teatro. Dejas a la izquierda el estadio de fútbol de la ciudad (mira tú, a un paso del anfiteatro… qué oportuno ¿no?). Pasas junto a los restos de las casi extintas murallas romanas de la ciudad, y enseguida bajas por una calle, siguiendo una verja que pertenece al recinto de esta casa.

Tengo que ser sincera: creo que fue lo más decepcionante (o lo único, mejor dicho) de todo lo que visitamos en Mérida. La casa, reducida a los pisos y muretes que separan las habitaciones, sólo se puede ver desde las pasarelas que la rodean. Bajo un techo enorme que la protege, pero que no permite distinguir muchos detalles. Desde luego si el sol pega fuerte, como ése día, así es.
Ver las cosas en estas condiciones también me ocurrió en Carranque, Toledo. Aunque allí los mosaicos son mucho más grandes y ricos en detalles.
Hay un mosaico que llama enseguida la atención. Lo llaman el mosaico cosmológico, porque representa el agua, el cielo, etc. ¡Y desde luego el color azul que aún se conserva es sorprendente!

Otro tiene como centro un querubín, o más bien el dios Cupido que siempre acompaña a Afrodita lanzando sus dardos del amor. En esta ocasión lleva entre sus brazos un pájaro de color azul brillante :)

Justo al lado hay restos de unas pequeñas termas de uso privado. Para los habitantes de la casa, seguramente.

En fin, esto es lo que hay y por supuesto entiendo que se tenga que conservar de alguna forma ¡Vamos con los siguientes lugares!

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La alcazaba de Mérida
De allí sigues andando por la calle Oviedo en busca de la Alcazaba de la ciudad. Sobre ella no tenías ninguna referencia, así que es otra sorpresa muy agradable :-)

👉 La alcazaba de Mérida fue construida por Abderraman II en el 835 d.C. y se trata de un gran recinto que mira al río Guadiana. Servía para cobijar a las tropas.
Junto a ella se extiende un gran puente romano. Espléndido y largo, con sus sillares antiquísimos. Por este puente se accedía a la ciudad, así que, cómo no, la ubicación de la Alcazaba no es nada caprichosa sino totalmente estratégica.


Las murallas se realzan con altísimas palmeras que te transportan a otros rincones del mundo. Eso y la «Glorieta de las Méridas del Mundo». Se hermana así con las otras ciudades que llevan su mismo nombre.

Una vez franqueada la entrada, te encuentras con un pequeño patio. Si miras con atención a las grandes piedras de los muros, encontrarás algunos bajorrelieves en árabe. También una gran placa de mármol que es ni más ni menos que una de las inscripciones fundacionales de la Alcazaba.

En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. Bendición de Dios y Su protección para los que obedecen a Dios. Ordenó construir esta fortaleza y servirse de ella como refugio de los obedientes el emir Abd al-Rahman, hijo de al-Hakam -glorifíquele Dios-, por medio de su camil Abd Allah, hijo de Kulayb b. Talaba, y de Hayqar b. Mukabbis, su sirviente [y] Sahib al-bunyan, en la luna del postrer rabi del año doscientos veinte. [Abril del año 835 d.C.]

Después pasas al gran recinto, donde hay varias cosas que ver. Puedes empezar por subir a la parte superior de la muralla y contemplar la magnífica vista del río y el puente.

O puedes internarte en el magnífico aljibe árabe, profundo y fresco, con unas entradas guardadas por dinteles muy decorados.
El aljibe tiene dos accesos, ya que así podían subir y bajar las mulas cargadas de la preciada agua sin entorpecerse las unas a las otras. Una maravilla. Cuidado que está muy oscuro, sobre todo al empezar a bajar (hasta que tus ojos se acostumbren). Agradeces que se presente así, porque es casi como era en la antigüedad :)

Más o menos en el centro del recinto se han descubierto restos de casas romanas y parte de una calzada. Todo anterior al lugar donde las tropas musulmanas campaban.
Y por esa calzada puedes pasear y pensar que pisas el mismo suelo que los habitantes de antaño. Una sensación más que recomendable.

No es cómodo, pero es pisar la historia. Es poner los pies donde los ponían antes los demás, las gentes de hace más de 2.000 años. Seguramente no estaría así de limpia. Los animales y sus defecaciones, los carros, los desechos de las casas. Todo ello iría a parar ahí. Pero era ésa calzada y no otra.
El centro de Mérida
Salimos de la Alcazaba y volvemos a subir hacia el centro de Mérida. Enseguida llegamos a la Plaza de España. Su ayuntamiento vestido de blanco y amarillo, los soportales donde tomarse un aperitivo disfrutando del solecito si no es verano…



Muy bonita, aunque puede que el tiempo ya juegue en tu contra, y no querrás dejar de contemplar a tus anchas el llamado Templo de Diana. Majestuoso, precioso. Llegas por la parte posterior y lo que parece un palacio antiguo entremezclado con columnas romanas, se convierte enseguida en un templo como una catedral. Ji, ji, qué chiste más malo, perdón!
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Templo de Diana
El templo de Diana resulta que, según los arquéologos de hoy en día, no estaba dedicado al culto de Diana. Pero así se pensó durante mucho tiempo, y así quedó su nombre.

Se cree que fue construido durante el gobierno de Tiberio entre el año 14 y el 37 después de Cristo, y que estaba dedicado a eso, a los emperadores.

Sus esbeltas columnas, la placita que le da cobijo, la base alzada que lo soporta, y un cielo azul, hacen que este sea un lugar especial, único y precioso.


El acueducto de los Milagros de Mérida
Tampoco querrás irte sin ver el Acueducto de los Milagros. Una estructura impresionante destinada a canalizar el agua que se consumía en el ala Oeste de la ciudad, salvando la depresión del río Albarregas, construido en ladrillo y granito.

Su ubicación es un lugar realmente agradable, ya que las márgenes del río están cuidadas y por ellas se puede andar, pasear o sentarse a tomar el sol y descansar.
Hoy en día está habitado por las orgullosas cigüeñas, de vuelo pesado pero paso grácil cuando las sorprendes pescando en el río (signo de que está limpio, o eso espero).


Por lo visto sólo se conserva la mitad de sus arcos ¡guau!! cómo debía de ser en su estado original. Ah! está situado al principio de la Vía de la Plata y el nombre le viene de que parecía un milagro que los pilares se mantuvieran en pie, muy acertado! 😀
📍 El acueducto no es el único sitio para visitar en el Valle de Albarregas. Aquí te dejo un enlace de Turismo de Mérida con otros lugares.
Y con esta maravilla me despido de Mérida… hasta otra ocasión ;)
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Aún recuerdo cuando un conocido me dijo que Extremadura era muy fea, que todo estaba seco y que no había nada interesante, los pantanos del Guadiana, la dehesa y ciudades como Mérida no aprueban ese comentario…
Que maravilla de ciudad, tengo pendiente ir por allí para enseñarle la zona a Carmen que no la conoce, a ver cuando nos escapamos por allí, seguro que nos vienen de perlas estas entradas :D
Alguien que no la había visitado, supongo!!! Cáceres es otra joya, por ejemplo. Desde luego, Extremadura tiene mucho que ofrecer, sólo hay que ir :)
Un saludo José Carlos, y espero que vayáis pronto y la disfrutéis!!