iglesias de etiopia

Actualizado el 16 marzo, 2019

Tengo muchas cosas que contar de los viajes que he hecho recientemente, pero hoy no sé por qué me he acordado de aquel viaje que realicé en el verano del 2010 y en ese recuerdo, de una de las iglesias de Etiopía más bonitas que visité.

Iglesias de Etiopía: Mekina-Medhane-Alem

En sí misma no es una gran belleza. Quizá la recuerdo tanto por su rusticidad, o más seguramente por el paisaje que la rodea. La iglesia de Mekina-Medhane-Alem es una de las visitas en los alrededores de Lalibela más chulas que podéis hacer.

Además, en época de lluvias, de las más accesibles.

Era un día de nieblas, algo lluvioso. Cuando arribamos a la parte superior de la montaña de Mekina (2.750 m de altura), el verde nos rodea.

iglesias-etiopia-paisaje
Desde lo alto de la montaña de Mekina

Es un verde intenso, escalonado en cultivos o interrumpido por los cortados de roca que se precipitan. Igual que el agua de las pequeñas cascadas. Todo se encamina hacia el enorme valle que abre heridas aquí y allá.

Algunas de las iglesias de Etiopía son así, se encuentran en lugares casi inaccesibles.

Lugares de retiro, propicios a la meditación, a la contemplación de la Naturaleza con mayúsculas. Lástima que por ser época de lluvias no pudimos conocer otras más inaccesibles en estas mismas montañas, pero… no me voy a quejar!

iglesia en un abrigo de roca frente a cortado de la montaña y con cascada rodeado de verde iglesias de etiopía
La iglesia de Mekina-Medhane-Alem a la izquierda, en el abrigo de roca.

Un pequeño pueblo de casas de adobe y techos de paja se despliega a un lado del camino, allí donde dejamos nuestro minibús.

Al otro lado, alguna granja solitaria se asoma al precipicio. Debe de ser increíble despertarse con esas vistas, aunque claro, lo dice una que no piensa en el día a día allí. Debe de ser bien duro.

Llegando a la Iglesia del Salvador del Mundo

Un caminito de barro resbaladizo nos lleva a la Iglesia de glorioso nombre, para glorioso escenario.

Justo antes de llegar a la entrada, hay una cabaña con una joven sentada en la puerta. Luego saldrá una anciana. Ambas con su shama blanca.

Junto a ellas, la campana más rústica que he conocido jamás. Hasta tres piedras planas y pulidas, colgadas de un armazón de madera. Al tocarlas, emiten unos sonidos campaniles preciosos y potentes. Parece la campana de los Picapiedra!

iglesias-etiopia
A la derecha, la campana de piedra típica en las iglesias y monasterios etíopes

Esta es una iglesia que se pega a la roca

De hecho está construida dentro de una gran caverna de 9 metros de largo y 6 de ancho, allá por el siglo XII. Hay tabiques, pero parte de la pared de roca son las paredes de la iglesia.

Nos recibe el sacerdote. Quizá uno de los más fotografiados por los viajeros que visitan las iglesias de Etiopía. Estoy segura de ello porque he visto ya unas cuantas fotos de él en Internet, aparte de las mías, claro.

Muy flemático, un tanto serio, se apresta a posar en cuanto pasamos al pequeño patio parcialmente cubierto de alfombras un poco raídas. Allí mismo se «exponen» los tambores utilizados en las ceremonias de la Iglesia Ortodoxa Etíope, una de las más antiguas del mundo.

Se le ve muy desenvuelto en el arte de mostrar «su» iglesia y de posar ante las cámaras, demasiado. Se rompe un poco el encanto, pero es lo que hay. ¿O acaso vamos a pretender ser los primeros blancos que pisan aquél sitio? No, claro que no. Etiopía no es un país de turismo de masas. Pero es más turístico que otros de África, y este punto del país, más aún.

pinturas románicas pero con figuras de rasgos negros tanto la virgen como el niño jesús y cristo en iglesias de etiopía
pinturas antiguas en el interior de la iglesia

De cómo me limpiaron los pecados en la iglesia del Salvador del Mundo

Al poco, nos descalzamos y pasamos al interior de la iglesia propiamente dicha. Allí nos esperaba una sorpresa.

El cura no sólo nos da una explicación de la parte que es visible para los foráneos. Como en todas las iglesias de Etiopía, hay una zona cerrada a las miradas del público, incluso de los fieles, donde se guarda una réplica del Arca de Noé. Nos invita a limpiar nuestros pecados con el agua que se recoge allí mismo de la exudación de las piedras de la montaña.

Una de las aguas más puras que existen, filtrada y enriquecida con los minerales de la roca.

¿Quién se resiste a quitarse los pecados de encima? Por si acaso, y ya que te invitan… te apuntas, claro que sí ;-)

Fue toda una experiencia esta limpieza, qué queréis que os diga.

No es sólo que ese señor tan «típico» diga unas fórmulas religiosas sobre tu cabeza. Que haga que un chorrillo de agua helada caiga sobre ti después de atravesar una gran cruz de plata. Y esto a una temperatura ambiente bastante baja, lo que hace estremecerte de frío. Sino que de repente… te echa el resto del agua contra la cara!! Una «lavada» en toda regla, que se repite hasta tres veces.

Mientras, los compañeros se afanan en hacerte fotos para inmortalizar el momento, como no puede ser de otra forma.

Él mismo se divierte bastante con tu reacción, que intentas sea de lo más comedida. Ah, y a todo esto, has de mantener el cuerpo inclinado hacia delante en una postura muy poco digna y favorecedora. Podéis apreciarlo en la siguiente foto, juas.

Cómo son las Iglesias, siempre dejando claro quién manda (lo siento, no he podido evitar la coletilla).

cura etíope bautizándome con agua de la montaña tirándomela a la cara iglesias de etiopía
Servidora siendo limpiada de pecados. Por cierto, ¿apreciáis algo raro? Sí, los calcetines por encima de los pantalones, para que no entren las pulgas que probablemente pueblen las alfombras que tienes que pisar descalzo

Después de recuperarnos de la miniducha, nos hace pasar a otro pequeño patio y empieza a sacar las reliquias y tesoros de la iglesia, y también a posar con ellas.

cura etíope envuelto en su shama blanca con una cruz en la mano iglesias de etiopía

Observo fascinada la gran Biblia del siglo XII o XIII que nos muestra apoyada en un atril. Todo un incunable lleno de preciosas ilustraciones y esa escritura amárica tan bonita. Y ahí, sin vitrinas ni salas oscuras de museo. Aún en uso.

página de biblia medieval con un dibujo pintado de colores de un hombre con turbante
Página de antigua biblia del siglo XII o XIII.
cura etíope mostrando antigua biblia con dibujos iglesias de etiopía

En un rincón descansan los bastones que sacarán en procesión en las fiestas señaladas. Navidad, Pascua, la del Hallazgo de la Cruz Verdadera,  y la más sonada, el Timkat o Epifanía. Junto a ellas las cruces de diferentes metales con los diseños propios de los lugares santos del país: la de Lalibela, la de Axum.

Son enormes porque se llevan en el frente de la procesión, pero son las mismas que todo el mundo lleva en el cuello o tatuadas en la frente, de madera o de piedra.

patio de la iglesia con cortinas en la puerta y un cuadro de jesucristo al lado iglesias de etiopía

Más del 50% de la población etíope son cristianos ortodoxos

Una puesta de sol gloriosa para terminar

Volvemos al caminito y nos encontramos con la tarde avanzando. El sol traspasa con sus rayos las nubes y alcanza las tierras bajas. En un campo de cultivo unos jóvenes trabajan en cuclillas. No sé si están plantando o escardando malas hierbas. Paran para saludarnos y para reírse.

atardecer con nubes en las montañas de etiopía
niño enfermo de polio que camina con bastón y sonríe a la cámara

En el camino, un adolescente con una frágil sudadera (apunto el dato, porque ya hacía mucho frío) y unas muletas nos sonríe. Cuando le pido permiso para hacerle una foto se pone muy contento. La foto queda oscura, prácticamente no se le ve, está a contraluz. Yo no soy de las que les gusta indicar a la gente que me encuentro en el camino y no conozco de nada cómo se tienen que colocar.
Pero él la mira en la pantalla y su sonrisa se ensancha mucho. Y yo me alegro por él, porque si he podido aportar un momentito de alegría en su día, pues qué bien ¿no?

Si quieres seguir leyendo sobre este viaje a Etiopía…


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