Hoi An, la antigua Faifo

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Por Alicia Ortego

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Hoi An es una de esas visitas imprescindibles a realizar en Vietnam. Aunque sólo sea porque es de las pocas poblaciones que conserva la arquitectura tradicional. ¿Sabías que en Vietnam los pueblos fueron arrasados en las sucesivas guerras que ha sufrido a lo largo de su historia? Las reconstrucciones no han recuperado el pasado.

La antigua Faifo

Faifo es como la llamaban los comerciantes occidentales.

La hoy Hoi An fue un gran puerto comercial entre los siglos XV y XIX.

A Faifo llegaban barcos procedentes de prácticamente todo el mundo, dispuestos a comprar la preciosa seda por la que era famosa. Papel, porcelana, té, azúcar, melaza, nueces de areca, medicina china, pimienta, e incluso ¡cuernos de elefante!

Son sólo algunos ejemplos de la larga lista de mercancías disponibles.

También los piratas del mar de China intentaban hacer sus incursiones. Pero es cierto que era un puerto bien resguardado al no dar al mar directamente.

río de Hoi An

Hoy en día cuesta imaginar aquél trasiego de mercancías y gentes. Seguramente antaño fuera apresurado, atareado. Pero hoy en día prisa, lo que se dice prisa, no hay en este precioso y relajante pueblo…

barca en Hoi An

En realidad no hace tanto tiempo de aquéllo, en términos históricos.

Fue en el siglo XIX cuando el río Cai, que comunica a la ciudad con el mar, fue encenagándose hasta no permitir que los barcos de gran calado pudieran llegar a puerto. Y poco a poco todo aquello se acabó.
Más tarde la línea de ferrocarril que comunicaba Hoi An con otros puntos de Vietnam se vio destruida por un gran tifón. Tampoco fue arreglada.
Vamos, que Hoi An se fue quedando aislada poco a poco. Abandonada a su suerte.

Hoi An, hoy

Pero aún suenan en sus calles los ecos de muchos idiomas. La actividad mercantil continúa activa nunca mejor dicho, aunque a menor escala y por motivos diferentes.

calle principal de Hoi An

Hoy en día Hoi An es un punto turístico de primer orden en Vietnam. Y siguen haciendo gala de los productos que antaño llamaban a los comerciantes. Telas y sastres, ya que allí te puedes hacer confeccionar un traje a medida por muy poco dinero y en unas horas; farolillos de papel y de seda, cerámica, artesanía en madera, canela, etc.

tienda de farolillos de Hoi An

Hoi An forma parte de los lugares nombrados Patrimonio de la Humanidad de Vietnam

Así es, y se nota que lo cuidan.
El tráfico rodado (excepto motos) está prohibido en el centro histórico, lo cual permite pasear a placer. Y se pueden visitar algunas casas, comprando una entrada cuyos beneficios se destinan a la restauración de las mismas.

templo de Hoi An
El patio de la pagoda Puoch Kien
puente de Hoi An

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Mmmm… ¿qué recuerdo de Hoi An?

Para empezar, el calor

Un calor aplastante (mes de agosto). Sol implacable del que no se podía huir porque apenas hay portales o soportales en los que guarecerse. Combinado con un altísimo grado de humedad que hace que todo tú estés empapado constantemente, deshidratándote sin parar.

calles de Hoi An
Bajo el implacable sol de Hoi An

Prueba de ello es la indumentaria que usan gran parte de las mujeres jóvenes, cubriéndose la piel al máximo posible. Lo hacen por eso y porque la piel «blanca» es su objetivo.  Su ideal de belleza, lo que más se valora estéticamente y por lo que se admira a una mujer. Nosotras, en cambio, empeñadas en broncearnos, ¡qué mundo! No podemos olvidar que antes la piel clara denotaba una vida de adineradas, lejos del campo y de las labores al sol. Yo creo que hoy en día ya no es eso, si no que se ha convertido en ideal estético al que las mujeres se someten en muchos países del mundo, como la delgadez en el mundo occidental.

mujeres de Hoi An

También recuerdo que los atardeceres eran rapidísimos y no refrescaban el ambiente, aunque la noche daba una mínima tregua.

Y el mercado junto al río. Abigarrado, lleno hasta los topes. Los puestos ocupando casi todo el espacio. Las motos yendo y viniendo. Nosotros intentando navegar en todo eso, buscando algún recuerdo como unas ramas de canela, por ejemplo.

mercado de Hoi An
venta de flores en Hoi An

La playa de Hoi An

Pero también recuerdo la tranquilidad, los paseos a los que he hecho alusión. En esos días, también la escapada a la playa para bañarnos en ése mar de la China de aguas calientes. Adelanto que es como bañarse en una sopa!

Lo mejor de aquella tarde fue sin duda observar cómo los vietnamitas disfrutan de su ocio en el agua. Bien pertrechados de chalecos salvavidas y con alguna prenda de ropa puesta. Cuando cae la noche, como en tantos otros sitios de este mundo, los jóvenes se divertían a base de cerveza.

fiesta en la playa de Hoi An

Por cierto, para ir a la playa de Hoi An hay que coger una bici, una moto, un vehículo privado tipo taxi, o ir andando. Excepto vuestros pies, todo se puede alquilar, regateando al máximo posible. No hay transporte público, o no lo había en el año 2009. La playa está a unos 3 km del pueblo, pero bajo ése sol de justicia hay que llevar agua e ir bien protegido!

Playas magníficas las de este litoral, que sin embargo mucho me temo estarán ya llenas de resorts (yo fui en el año 2009 y había mucho en construcción).

atardecer en la playa de Hoi An
Alicia argelia

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Comer en Hoi An

Recuerdo también, je, je, una mariscada riquísima y a un precio más que razonable. Fuimos a un tranquilo restaurante al que acude (o acudía) el mismísimo Mick Jagger, entre otros famosos de Hollywood que hacen de éste su lugar de escape.
Sí, Hoi An es tranquilo hasta para los famosos del cine y la música.

comer en Hoi An
La cena la completamos con un helado de fruta de la pasión que aún recuerdo!

Y el color de Hoi An

Repasando las fotos, me encuentro con que tengo muchas malas o malísimas. Seguramente producto de aquél calor, je, je. Pero las que son salvables están llenas de color.

colores de Hoi An

Todos los colores del Arco Iris, en aquéllos farolillos, en el mercado junto al muelle donde todas las mañanas se descarga el pescado del día para venderse junto a las flores, frutas y verduras, en las barritas de incienso omnipresente hasta en las fachadas de las casas. Colores por todas partes.

fachada de Hoi An

Y la gente de Hoi An

De entre esos recuerdos también aparecen las fotografías de gente. Sobre todo de gente mayor. Quizá sea uno de los lugares de este país donde más ancianos pude ver. En Vietnam no abundan mucho teniendo en cuenta que la guerra con EEUU se llevó por delante a una buena porción de la población joven.
Qué habrán visto esos ojos…

anciana de Hoi An
hombre de Hoi An
barbero de Hoi An


Bueno, pues por aquí os dejo mi mirada de Hoi An.

No es del todo fiel, pero lo he escrito con el ánimo de recomendaros un par de días para descansar en este tranquilo pueblo-ciudad, si viajáis a este país.

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