Actualizado el 9 julio, 2021
A menos de dos horas de Madrid hay una pequeña joya natural entre pueblos medievales. Se trata del Parque Natural de las Hoces del Duratón. Un paraje sorprendente, insospechado, majestuoso y además lleno de vida natural, con el absoluto protagonismo de los buitres ¿te vienes? 😊
Sí, la provincia de Segovia guarda muchas sorpresas, y esta es una de ellas indiscutiblemente. Por eso, al filo de la improvisación, consultando el tiempo y comprobando que haría algo de sol que calentara las frías temperaturas de estas tierras altas, unas amigas y yo decidimos ponernos en camino para pasar un día que acabó siendo perfecto.
Una de esas escapadas que acabarás recordando
No era la primera vez que iba por las Hoces del Duratón, pero siempre es bueno volver a lugares como estos. Más si te gusta la fotografía, y si te gusta observar la fauna, en este caso las aves. En cuanto llegas y te asomas al cañón, sabes que has acertado.
En las Hoces del Duratón puedes observar cómo los buitres vuelan sobre tu cabeza
Incluso a tus pies, si te asomas al borde de los verdaderos acantilados que se precipitan sobre el río, los buitres vienen y van a tu alrededor, más cerca de ti de lo que te creerías.
No sé qué tienen estos buitres que son tan elegantes, tan impresionantes por sus dimensiones, tan bonitos por su plumaje de varios colores. Hipnotiza verles sobrevolando tu cabeza. Será porque son buitres leonados, cuyo plumaje recuerda a la piel de algunos felinos, o porque es tan fácil verles cerca.
Seguir a los buitres con la cámara y tratar de conseguir una instantánea poco o nada movida es todo un desafío al que no me puedo resistir. Aunque no tengo un gran objetivo (18-200 mm.) ni conocimientos suficientes, aun así no evito intentarlo. Quiero transmitir a los que no podéis ir a verlos lo maravilloso que es pasar un par de horas mirándoles mientras el sol te acaricia.
Y si dejas de mirarles, te sorprendes una y otra vez con las Hoces del Duratón. Ese cañón, «hoz» excavada por el río y las inclemencias del tiempo.
[ACTUALIZACIÓN] Tiempo después fui al Parque Natural del Tajo Internacional y viví la experiencia de entrar en un hide para fotografiar buitres muy muy de cerca. Para entonces ya tenía el objetivo de 70-300 mm y allí mismo me dieron unos cuantos consejos para fotografiarles. Básicamente: aumenta la velocidad de disparo lo máximo posible, a partir de 1/1200 pero mejor si es más. Sube un poco la ISO si lo necesitas, y utiliza un trípode o al menos un buen punto de apoyo. 👉 Aquí puedes leer mi experiencia.
En las paredes de las Hoces del Duratón puedes apreciar, si llevas unos prismáticos o tienes buena vista, los anidamientos de los buitres.
Entre los meses de Enero y Marzo es época de cría, así que los papás y mamás buitres no paran de ir y venir llevando comida para sus polluelos -estos sí, muy difíciles de ver-.
Y van, vienen, se reúnen en las alturas trazando círculos, a merced de las corrientes de aire. A veces en formación de a tres. Otras en grupos aparentemente caóticos de dos docenas o más de buitres. En solitario, o muy altos o tan cerca de ti que casi puedes mirarles a los ojos. El momento mágico está asegurado, sólo hay que dedicarse a la contemplación (mi deporte favorito, oh yeah!).
Y todo esto, ya lo he dicho, rodeándote de las curvas del río Duratón, que siempre parece calmado. Ejerciendo de perfecto espejo de la vegetación que lo rodea. Ni siquiera en invierno, como es el caso, pierde color.
La ermita de San Frutos
Hay muchos puntos para admirar las Hoces del Duratón. Algunos hay que andarlos y otros como la Ermita de San Frutos, pues casi no. Por eso siempre hay visitantes, y por eso lo desaconsejo en los meses de primavera y verano si no te gusta el ambiente «dominguero». Ahora bien, es cierto que es uno de los puntos, si no el que más, más espectaculares de las Hoces.
En mi opinión, los días de otoño o invierno soleados son perfectos para ir con un bocata y agua, porque mientras la gente se va a comer a la cercana Sepúlveda, tú te quedas allí en compañía de los buitres y el sol. No obstante, una gran idea es quedarse a ver el atardecer, o ir muy pronto por la mañana, y así disfrutar de las mejores luces del día.
Como decía, este punto es posiblemente el más espectacular porque la Ermita de San Frutos se alza en una peña sobre una de las curvas más pronunciadas del río Duratón. Es una atalaya perfecta para llenarte de horizonte, viento, luz, roca, bosque bajo, agua, y los aleteos de los buitres.
Cómo llegar a la Ermita de San Frutos en el Parque Natural de las Hoces del Duratón
Para ir desde Madrid sólo tienes que viajar hasta Sepúlveda (Segovia) y seguir las indicaciones a las Hoces del Duratón que te dirigen hasta el pueblo de Villaseca. Sin entrar en el pueblo, tomas una pista de tierra y piedras que según la época está en mejor o peor estado, pero que es bastante practicable.
La pista termina en un parking que se sitúa a 1 km de la Ermita propiamente dicha. La distancia que hay para andar no es más que esa, pero el paisaje y las Hoces se abren desde unos metros antes. Como tu boca.
La ermita es de factura románica (siglo XII). Suele estar cerrada pero las ruinas que la rodean -antiguas dependencias anexas de lo que fue un pequeño monasterio- son realmente bonitas. No es difícil adivinar por qué sus constructores y los que decidieron ir a vivir allí eligieron este lugar, alejado del mundanal ruido…
Otras posibilidades para recorrer el Parque Natural de las Hoces del Duratón
El Parque ofrece unas cuantas rutas de senderismo, piragua, o andar por la ribera del río en las cercanías de Sepúlveda. No obstante, es cierto que no son actividades para la época invernal, y nosotras deberíamos haber madrugado más e ir más preparadas, pero sólo queríamos un poco de relax y alejarnos de la gran ciudad, sin más pretensiones.
Sepúlveda, perfecto contrapunto de las Hoces del Duratón
Si optas por una visita relajada y corta como la nuestra, no dejes de rematar la jugada de las Hoces del Duratón dando una vuelta por Sepúlveda.
Allí que nos plantamos a las cuatro de la tarde, con ganas de comer algo y dar un paseo por el pueblo.
Alrededor de la Plaza Mayor de Sepúlveda se dan cita un montón de restaurantes que prometen cordero y cochinillo asados, las especialidades de la zona.
A la plaza se accede desviándote a la izquierda delante de una de las antiguas puertas. Puertas que antes cerraban la ciudad por las noches. Una de ellas es hoy un precioso arco de piedra.
Eso sí, prepara la cartera porque el plato no suele bajar de los 45 €. Que nos perdonen los gastroviajeros pero nos decantamos por unas raciones en uno de esos restaurantes. De todas formas, a esas horas era muy probable que no nos hubieran dado mesa (de hecho, ni nos la ofrecieron), y que no quedaran ni los huesos de los tiernos corderitos.
En fin, se trataba de entrar un poquito en calor y reponer fuerzas :)
Me quedé «enganchada» a uno de los lados de la Plaza
La que exhibe la fachada de una casa con un campanario encima y sin transición los restos de la antigua muralla medieval que parece que se van a comer todo el conjunto. Todo junto, casi fundido.
Las casas, los callejones, enormes portalones con escudos familiares de rancio abolengo, balcones, fachadas con vigas vistas. La verdad es que todo en Sepúlveda te transporta a otros tiempos, a la Edad Media.
El pueblo se recorre fácilmente y sólo depende de ti que te entretengas más o menos. Bueno, de ti y de los horarios de apertura de las iglesias, si eres de los que te gusta entrar.
También hay algún museo y como digo, unos cuantos restaurantes y bares en los que pasar un buen rato, entrar en calor con un café, y charlar con el sonido de fondo de las fichas de dominó sobre la mesa. Como toda la vida.
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¡Increíble, Ali! Una vez más vemos que no hay que irse muy lejos para descubrir sitios que son una joyita. Las fotos espectaculares, sobre todo la de los buitres leonados en pleno vuelo, qué suerte poder verlos y disfrutarlos. Yo sólo los he visto dos veces, en la Rioja y en Monfragüe, así que apunto las Hoces para ir a verlos. Sepúlveda tiene también una pinta estupenda, como tú dices parece una postal congelada en el tiempo. Vamos, una escapada que tengo que hacer :)
Un abrazo
Gracias Patri!! Es realmente uno de esos rincones que te dejan con la boca abierta, tanto por cómo son, como por el hecho de que nos pillen tan cerca, a los que vivimos en esta zona, claro ;D
No lo dudes, pues!! Y si se tercia, me apunto y exploramos otros caminos!
Abrazo!
Ali
Flipo con el pedazo de naturaleza que hay a la vuelta de Madrid y la belleza que tiene!! Mira que uno sabe de hay colinas, montañas y bosques pero esto es muy bonito
Sí señor, hay sitios que no tienen que envidiar a otros más lejanos, sólo hay que encontrarlos ;-)
Me alegro de que te guste! :)
Saludos