Gladiadores, músicos de la Antigua Roma, mar, montaña, bellos edificios de distintas épocas… ¿dónde? en Tarragona!! Y mucho mejor si la visitáis durante el Festival de Tarraco Viva, que dura nada menos que dos semanas en el mes de Mayo. Además este año me he enterado por las redes sociales de que han hecho una nueva edición en el mes de Julio, así que no hay excusa.
El Festival de Tarraco Viva de Tarragona consigue que nos transportemos a la Antigua Roma
La verdad es que me dejaron impresionada por lo bien que estaba organizado. No pude ver muchas actividades del festival porque estábamos inmersos en el Travel Bloggers Meeting, pero lo poco que vimos fue espectacular :)
Nuestro primer contacto con la antigua Roma fue en la Torre Pretori, en el sótano abovedado de la misma, allí donde los «chupatintas» de la Hacienda de entonces trabajaban. Asistimos a un pequeño concierto de música romana, organizado para los asistentes del TBM. Y fue genial, mágico.
La introducción la hizo ni más ni menos que el Director del Festival de Tarraco Viva, un apasionado de la Historia y también de contarla, que consiguió meterse al público en el bolsillo en un speech de no sé cuántos minutos. Me habría quedado mucho más tiempo escuchándole, realmente ameno y divertido.
Una compañía de italianos eran los encargados de que oyéramos los instrumentos de la Antigua Roma.
Algunos de sonido muy peculiar, bello. Algunos que lograban erizar los pelillos de los brazos.
Entre esas melodías juraría que estaba ésta de una peli de Alejandro Amenábar. Desde luego una de las peculiares flautas que tocaron está en dicha pieza, así que os dejo el link a Spotify para que la escuchéis: Orestes’ Offering (Ágora). Os invito a que la pongáis de música de fondo, y sigáis leyendo :)
Gladiadores en el circo
El domingo fue el día que más disfrutamos de Tarragona. Empezamos con las luchas de gladiadores en el anfiteatro. Todo un lujazo porque además nos permitieron ver el espectáculo a pie de arena, con pases de prensa. Una maravilla y desde aquí le doy las gracias a Olalla, del Patronato de Turismo, que fue muy amable con nosotros (y simpática).
Me detengo un poquito en este tema de la lucha… bajo una arcada, la que debía de ser la entrada principal a la arena, los gladiadores de hoy en día (compañía de profesionales italianos) se preparan.
Muy bien caracterizados, observamos lo maltrechos que ya están sus cuerpos, y comprendemos que vamos a ver una representación bastante realista, porque esos morados y señales de lucha en la piel, no son maquillaje. Nos lo confirman: efectivamente, acaban molidos después de un festival como éste, con dos representaciones diarias. Uf. Algo así es, por cierto, el combate medieval del que os he hablado aquí.
Por fin salen a la arena con el maestro de ceremonias, también vestido para la ocasión, y encargado de involucrar y explicar al público cosas tales como: qué armas utilizaban los gladiadores, qué corazas y cascos, cuáles eran más apreciadas, y sobre todo cuáles son las señales para pedir que la lucha continúe, para perdonar la vida o para pedir el «remate» del perdedor (no, lo del pulgar arriba y abajo es de Hollywood).
Después de las presentaciones, empieza la lucha, de dos en dos… sí, se pegan a base de bien y resulta emocionante!! No me entendáis mal, no me gusta la violencia en ninguna de sus formas. Parte de los golpes que se daban los sentía, me hacían estremecerme, «me dolían». Supongo que los aficionados a las luchas en sus diversas variantes es lo que aprecian. A mi no me gusta, pero la caracterización y el ambiente hizo que me transportara lejos en el tiempo, y eso es lo que valoro.
En un momento dado, uno de ellos cae a la arena y parece que se ha hecho daño de verdad. El maestro de ceremonias se abalanza sobre él con cara de preocupación, pero finalmente se levanta y continúa. Lo dicho, emocionante.
Un paseo por Tarragona
Cuando terminó, Marita de Viajes de Marita, Mary de Legatraveler y yo nos fuimos a dar una vuelta por la Tarragona vieja, medieval, de calles enrevesadas y con la Catedral alzándose airosa allí donde surge un poquito de horizonte.
Precisamente el domingo hay un mercadillo que ocupa buena parte de esas calles y soportales, con objetos de segunda mano, antigüedades en buena parte.
Incluso junto a los muros de la catedral se extienden las mercancías.
Así debía de ser en la Edad Media, y creo que nunca había visto una ocupación del terreno episcopal como ésta, tan perfecta, tan real, tan del día a día.
Me encantó, y fue una lástima que tuviéramos cierta prisa, porque se acercaba el mediodía y queríamos comer y beber algo antes de irnos al tren.
También nos encontramos con unos casteller creando una de sus famosas torres humanas
…y de ahí nos fuimos a uno de los sitios más típicos de Tarragona, «La casa del vermut», a degustar eso precisamente, un riquísimo vermut casero acompañado de unas patatas fritas con pimentón riquísimas, y alguna tapita más.
Un buen día, que hizo que me quedara con más ganas de descubrir Tarragona y sus alrededores. Seguramente vuelva, y os lo contaré por aquí :)
Si quieres leer algo más de Cataluña…
- Razones para visitar Girona y su festival Temps de Flors
- Festival de Tarraco Viva, la Tarragona más romana
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Qué curioso lo de la lucha de gladiadores. La verdad es que Tarragona es una ciudad que me encanta!
Muy chula Tarragona y genial el Festival, gracias por tu comentario María, no dudes en ir si tienes la oportunidad porque está muy bien :)
La verdad que lo de Tarraco Viva fue una de las grandes sorpresas de este TBM, este tipo de iniciativas dan mucho valor a las ciudades, además hay que reconocer que Tarragona es más interesante de lo que pensaba, muy satisfecho con esta edición :)
Saludotes!!!!
Je, je, José Carlos, un placer este evento y un placer conocer Tarragona para mi también, que la tenía en el tintero!! :)