Tenías ganas de volver a hacer una escapada a Pamplona. Te toca un fin de semana de frío, viento y lluvia y aun así lo disfrutas porque vas con esos amigos que conociste en una remota tierra africana hace casi diez años. Sin saberlo, resulta que Pamplona es un lugar perfecto para celebrar dicha amistad 😊
Pamplona es esa ciudad donde la palabra «fiesta» llegó y se quedó como bandera de su identidad, internacionalizada por un tipo pendenciero y escritor llamado Hemingway
En efecto, sin coincidir con los San Fermines, el centro de Pamplona es un hervidero de bares y restaurantes. A la hora del aperitivo, comida, merienda y cena, degustarás los pintxos. Y en la comida principal, cualquiera de los menús pantagruélicos, a unos 15 € en fin de semana, «podrá servirte» 😉
Y cuando crees que has terminado, resulta que un buen número de los mismos bares y restaurantes se metamorfosean en sitios de copas con música y fiesta. Total, que entras en el casco viejo de Pamplona y, si te descuidas, no sales…
Una escapada a Pamplona sin pintxos… no es una escapada a Pamplona
Hay que empezar hablando, pues, de ello. Del deporte local. Seguramente no haya navarro que no lo practique. Esa comida en miniatura entra por los ojos, no cabe duda. Otra cosa es que corras el riesgo de indigestión, teniendo en cuenta que el aporte de grasa es muy alto. Confiesa que te ganaste un par de ardores de estómago…
Los precios rondan los 2 y 3 € por pintxo, y es probable que con tres pintxos hayas comido. Bueno, si eres «de buen comer» necesitarás más.
La «costumbre» en Pamplona es que no haya servicio de mesas. Sí o sí tendrás que ir a la barra a pedir y pagar. Aunque claro ¡de todas formas tienes que ir para mirar qué pintxos hay!
Otra costumbre: cuando sacan algo nuevo de cocina, avisan con una campana o similar.
Como llevas una lista de «sitios recomendados» anotados en el móvil, los vas puntuando a medida que los pruebas. Y este es el resultado de un par de noches:
Bar Gaucho
Los mejores pintxos que pruebas en esa escapada a Pamplona, con diferencia. El único que repetiste y seguirías haciéndolo sin dudarlo. Todos sus pintxos riquísimos. Destacar el erizo, increíble… el huevo trufado y el foie a la plancha.
Con un poco de paciencia consigues mesa y es difícil levantarse. La atención: rápida y buena. ¡Se merece 5 estrellas y se las das, que para eso es tu ranking!
Bar La Comedia
No estaba en tu lista de recomendados pero tus amigos fueron allí a comer por intuición, antes de que tú llegaras, y se quedaron muy pero que muy contentos con el menú. Había que probar sus pintxos, que entran por la vista como el que más, y… bastante bien resueltos, no lo vamos a negar.
El Otano
Otro clásico de los pintxos, en la calle San Nicolás. No está nada mal y se queda en un honroso tercer puesto.
Álex Múgica
Lo tenías entre los recomendados y el sitio te entró por la vista sin dudarlo.
Te acercas a la barra y ves que lo que sale de la cocina constantemente parecen pequeñas obras de arte sobre bandejas de pizarra.
La atención en barra, impecable. Si te dicen que tienes que esperar 3 minutos, es lo que vas a esperar.
Compruebas que la cuenta es un poco más económica que el Gaucho.
Y… el idilio no pasa la prueba del paladar.
No están malos los pintxos, en absoluto, pero no responden a lo bonitos que son a la vista. En concreto, resultan bastante menos sabrosos de lo que son en otros sitios. Te acuerdas del dicho «las apariencias engañan». Qué le vamos a hacer.
Katuzarra
¿Sería porque era un poco tarde (las diez de la noche o así) y los pintxos no estaban recién hechos? ¿sería porque no elegiste bien? El caso es que de nuevo te encuentras con un sitio que promete más de lo que te encuentras.
Se queda en último lugar, lo sientes.
Qué ver en una escapada a Pamplona de fin de semana
En Pamplona resulta difícil sustraerse de esa marea gastronómica para concentrarse en otros atractivos de la ciudad. Pero el domingo lo intentas…
El casco viejo de Pamplona se recorre muy fácilmente y con mucha tranquilidad en un día. Es decir, que no es muy grande. Puedes repetir calles y ver iglesias si no hay misa. Los domingos por la mañana, difícil no encontrarte con la liturgia… así que llegas a la conclusión de que la fe goza de buena salud en estas tierras.
Este es un buen momento para recordar que Pamplona es una de las grandes paradas del Camino de Santiago, y de hecho se ven peregrinos por aquí y por allí.
Podrías hablar de la catedral de Pamplona también… fea, o simple, o mamotreto en su exterior, desde tu humilde punto de vista. Pero la encuentras muy bonita por dentro. Si tienes suerte y sale el sol, verás cómo las luces juegan entre las naves barrocas. Ah, la entrada es gratuita los domingos, entre misas.
Cuando te quieres dar cuenta, y aunque a ti los toros no te gusten nada, pero que nada, estás recorriendo el camino de «la fiesta».
Ahí está la calle Estafeta, por supuesto. Pasas por ella una y otra vez, y además hay un buen puñado de bares en los que potear y comer pintxos. En fin de semana es en esas horas punta cuando más se anima.
La plaza del Ayuntamiento, el famoso lugar que año tras año filman cientos de cámaras para el chupinazo y el «pobre de mi» (inicio y fin de fiesta). Quizá te sorprenda lo pequeña que es. La magia de las cámaras y un buen angular consiguen que parezca lo contrario. En cualquier caso, es un bonito rincón.
Bajando por la calle de la izquierda según miras la fachada del Ayuntamiento, y dejando también a la izquierda una gran fachada de antigua farmacia, llegarás a un punto crucial del recorrido. En realidad, al inicio del mismo.
La imagen de San Fermín la encuentras en algunas calles, pero la más especial es la que está junto al lugar del que parten los toros en los encierros. Allí frente al cual se encomiendan los mozos antes de correr.
El patrón de Pamplona es San Fermín, y de él dicen que cuando fue obispo de la ciudad bautizó a 40.000 paganos en tres días. Se dice pronto la cantidad de paganos que había por allí… y su rapidez para bautizar, claro, je, je, je.
También está la Ciudadela, y desde sus murallas puedes acodarte para mirar el paisaje, la parte nueva de Pamplona y las montañas que la rodean.
La Plaza del Castillo quizá merezca una mención aparte
También desde tu punto de vista, este es el lugar más chulo del casco viejo de Pamplona. Sus casas y balconadas, diferentes entre sí, están en armonía.
No resulta demasiado difícil imaginar que aquí hubo mercados, y sigue habiendo celebraciones, conciertos, y eventos varios.
Despejada en su centro, excepto por el kiosko de música, está rodeada de elegantes soportarles que permiten pasear sin mojarte en los frecuentes días de lluvia.
Y el Café Iruña sigue ahí, con sus lámparas impertérritas, sus ganchos para colgar los paraguas, sus mesas de mármol y su atmósfera bohemia.
Hay paisanos charlando en euskera y leyendo tranquilamente la prensa. Mientras les observas, piensas que te encantaría tener un café así, cerquita de casa, para bajar los sábados y los domingos, y los lunes, ¿por qué no? a desayunar en ese escenario de teatro.
Y aunque ya se encargan ellos de decirles a todos los turistas que allí se sentaba Hemingway a escribir su libro «Fiesta», esa explotación de la memoria no le quita valor.
Dónde dormir en Pamplona
En nuestro caso optamos por buscar alojamiento a través de Internet y nos encontramos con los apartamentos Aloha. El portal es contiguo al Café de Hemingway, en plena Plaza del Castillo. Están muy bien, y para varias personas sale a un precio muy muy competitivo, así que no puedo más que recomendarlos!
De todas formas, puedes encontrar muchas opciones y reservar online aquí.
Postdata
Si esta escapada a Pamplona se te queda pequeña, o si vas para más días, no dudes en darte un garbeo por la provincia de Navarra, porque tiene sitios espectaculares. A continuación tienes todos los posts que he escrito 😊
Sigue leyendo sobre Navarra!
- Excursión a las Bardenas Reales de Navarra
- Escapada a Pamplona
- Navarra y sus secretos
- Los pueblos del Valle del Roncal
- Pirineo Navarro en todo su esplendor
- La selva de Irati
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Y te has ido de Iruña sin probar una ración de churros en La Mañueta?
ja, ja, ja!! pues parece que sí! habrá que volver!! :D