Érice es un pequeño pueblo que está en lo alto del monte San Giulano, en el extremo noroeste de Sicilia. En su día fue un asentamiento élimo, un pueblo misterioso de la Antigüedad del que hoy queda muy poco, pero a cambio nos encontramos con un pueblo absolutamente medieval, de calles empedradas y preciosas vistas 😊
Érice y las diosas del amor
Érice es famoso por ser un lugar elegido para levantar templos a las diosas del amor en sucesivas épocas de la historia. Empezaron los élimos, y los siguientes pueblos que ocuparon este lugar continuaron con su tributo al amor en este punto sagrado.
Así, los fenicios lo dedicaron a Astarté, los griegos a Afrodita, y los romanos a Venus Ericina. Vamos, un lugar para enamorarse 😉
Desde Érice se divisa la costa que ocupa Trápani, las salinas que se extienden a su alrededor, y las islas Égadi. Por lo visto (no fue el caso), los días más claros se divisa el volcán Etna -en la otra punta de la isla- y la costa tunecina.
Qué comer y comprar en Érice
Y… sí, la influencia árabe se deja notar aquí, ya que uno de los platos típicos es el cous-cous de pescado, que no me resistí a probar y que está realmente bueno 😀
Opté por el restaurante La Prima Dea, un clásico muy recomendable 😉
Érice también es famoso por sus dulces, que recuerdan muchísimo a los árabes. Hay una pastelería en la calle principal que es impresionante.
Además, se la conoce por su cerámica y sus «tapices» -son como las jarapas de Almería-.
¡Y no sólo eso! Resulta que este pequeño punto en el mapa siciliano es toda una referencia en el campo de la investigación científica internacional. Aquí se dan cita de manera casi continua encuentros científicos, organizando cursos y talleres casi todo el año.
Cómo llegar a Érice en transporte público
Para llegar a Érice en transporte público hay que ir primero a Trápani y subir o bien en autobús, o en teleférico.
Este segundo fue el que escogí, no sin dar antes unas cuantas vueltas infructuosas, preguntar a un carabinieri que no tenía ni idea, y por fin encontrar una oficina de información abierta.
En la oficina de información turística de Trápani me dieron un plano, me vendieron el billete del bus y también el del teleférico y me explicaron cómo llegar, porque resulta que el artefacto no está muy a mano.
De hecho, lo que hay que hacer desde la zona del casco histórico de Trápani es ir a la plaza de Vittorio Emanuele y en dirección opuesta al mar coger el bus 21 o 23. Indicando al conductor que vas al teleférico (Funivia o Funicular), ya te avisa de la parada unos 10 ó 15 minutos después.
Si vas preguntando a las gentes del lugar seguro que también te ayudan, son muy amables 😊.
💶 El ticket del teleférico también lo puedes comprar justo antes de subir.
El teleférico, que está funcionando constantemente, te deja a los pies de la puerta principal de Érice. Subiendo y bajando disfrutarás de las vistas, que son realmente preciosas a pesar de las sucias ventanas de las cabinas.
💡 Una opción a tener en cuenta es apuntarte a una excursión guiada a Érice desde el centro de Trapani.
Qué ver en Érice
La Catedral de Érice
Entrando por la Porta Trapani, a la izquierda sale un callejón donde se llega a uno de los rincones más bonitos de Érice: la Iglesia Matrice (la Catedral) y junto a ella la Torre o campanario.
👉 Allí compré la entrada para ver 6 monumentos por 5,50 € todo (año 2012).
Se puede subir a la torre (108 escalones, 28 metros de altura), y merece la pena ya que desde allí arriba, entre las almenas y las campanas, puedes ver todo el pueblo y las magníficas vistas que disfrutaste desde el teleférico. Ahora sin cristales sucios 😜
De todas formas las vistas también incluyen un panorama algo desolador: todo un «jardín» de antenas enormes delante. El «progreso» 🤔
Ambas construcciones datan de principios del siglo XIV, fueron mandadas edificar por el rey Federico II de Aragón, y son de estilo gótico y neogótico.
El material que utilizaron provenía del templo de Venus Ericina, por cierto, así que ya sabes dónde están los restos de ese lugar sagrado para varias culturas anteriores a los españoles 😥
La iglesia tiene un rosetón precioso sobre el soportal de la entrada. El interior también me sorprendió porque, como has visto en la anterior foto, el diseño de sus arcos y techos de filigranas es una maravilla.
Monasterio de San Salvatore
Siguiendo camino hacia el centro del pueblo, enseguida encontré el monasterio de San Salvatore.
En su día fue el palacio de un duque, pero después de salvarse de una acusación de alta traición decidió reconvertirlo, por agradecimiento, a monasterio. Así fue como llegaron los primeros monjes benedictinos a Érice.
Iglesia de San Giulano
Caminando por las calles de nuevo, girando un poco sin orden ni concierto, llegué a la iglesia de San Giulano. Allí había algo de revuelo y entré a ver qué pasaba. Resulta que estaban preparando la procesión de Viernes Santo, que dura 24 horas, como la de Trapani.
Una preciosa pila bautismal
Los pasos de factura barroca estaban dispuestos para salir al sol del mediodía. La gente iba y venía dando voces con los últimos preparativos. Y los niños zascandileaban correteando y aumentando el bullicio general.
Curioseé un poco y decidí seguir andando por ahí un rato más antes de comer el cous-cous que mencionaba al principio, y volver a Trapani para ver su procesión.
Iglesia di San Martino, otro lugar con personalidad propia
Casi sin quererlo, desemboqué en una pequeña plaza ocupada por la fachada de la iglesia di San Martino. Una fachada que no da muchas pistas sobre lo que hay en el interior.
Después de entrar por una puerta lateral y pasar por la mesa de la funcionaria para que me visara la entrada, entré en la nave principal, toda estucada de blanco y con pinturas al fresco.
Me encontré con San Vicente Ferrer a un lado, con la mano levantada en actitud de predicación, y lápidas de mármoles de distintos colores en el suelo. El blanco dominaba, y el conjunto era muy diferente a lo visto hasta entonces. Después, por una puerta lateral me encontré con la sala de la Congregación del Purgatorio (bonito nombre, ejem) del siglo XVI.
Con frescos en el techo y una bancada con más mármoles, supongo que donde se sientan o se sentaban los miembros de la congregación, me gustó la tranquilidad y «limpieza» que se respiraba.
Quizá podríamos hablar de cierto minimalismo sólo roto por las decoraciones barrocas. Suena contradictorio, pero es la sensación que me dio.
El balcón desde el que Garibaldi arengó a los habitantes de Érice
Una placa en la fachada de la calle principal (Vitorio Emanuele se llama, por supuesto), junto a un viejo balcón, da testimonio de que Garibaldi arengó desde ese balcón a los habitantes de Érice para que se levantaran en armas y echaran a los ocupantes: los españoles.
Y hasta aquí lo que dio de sí mi visita a Érice. Si no me hubiera perdido en Trapani para subir hasta aquí, seguramente hubiera descubierto más rincones, pero abajo me esperaba un acontecimiento que no quería perderme. ¡La procesión más famosa de Sicilia! 😊
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Estimada Alicia: Algunas observaciones tuyas, como la de la perorata del sacerdote en la iglesia de Cefalù sugieren que hablas poco italiano y nada del dialecto siciliano, con grandes afinidades con nuestra lengua. En cualquier caso, estás induciendo a errores históricos. Garibaldi no expulsó a los españoles sino que, simplemente, puso fin al reino borbónico independiente de las Dos-Sicilias, instaurado, como «pacto de familia» con el vistobueno de los Borbones de España y Francia. Garibaldi, con la colaboración de la Masonería, los Carbonarios y de la Mafia, emprendiendo una «cruzada» de laicismo agresivo que no trajo sino una desestabilización social que persiste. Cavour, además, se encargó de ceder su Niza natal a Napoleón III. En Palermo hay buenas librerías para documentarse sobre las desdichas pasadas y presentes de la Gran Isla y desmitificar, en alguna medida, a Garibaldi, que se ocupó muy bien de evitar enfrentarse a los españoles cuando nuestro país envío un cuerpo de Ejército Expedicionario a defender El Vaticano. Gracias por estar abierta a opiniones. Jaime
Gracias Jaime, aquí queda tu apunte, en esto de la historia siempre hay interpretaciones y como bien señalas más o menos claramente (y no tengo ningún problema en admitirlo), no soy historiadora, ni tampoco conozco el dialecto siciliano. Ojalá tuviera varias vidas para aprender más idiomas entre otras muchísimas cosas!! Insisto, gracias por tu aportación! :)
Saludos
Alicia