Hoy quiero escribir sobre una de las oportunidades que nos brindan los viajes: aprender, mejorar, reforzar o generar nuestra empatía hacia el otro.
¿Que por qué? porque los acontecimientos que se están sucediendo en el mundo, cómo se manejan, y cómo respondemos ante ellos me hacen reflexionar sobre este tema.
Porque hay muchos debates abiertos en las redes sociales en las que participo. Y son debates en los que están implicados otros viajeros, que es el colectivo más numeroso en mis redes.
Sí, la vida no está sólo en las redes sociales, ni en internet, ni en los medios de comunicación tradicionales. Pero de una u otra forma todo esto está en nuestra vida y forja nuestra opinión. Condiciona nuestros actos. Y, sobre todo, nuestros sentimientos.
Porque la empatía va de esto, de sentimientos.
La empatía es definida en muchos diccionarios y manuales de Psicología como la capacidad que tenemos para identificarnos con los sentimientos del otro.
En principio, y aquí ya entro de lleno en mis propias opiniones vertidas en este blog, la empatía no es algo natural o que nos venga a través de los genes.
La empatía es algo que se trabaja, se construye, se alimenta y también muere con el paso del tiempo. Porque sí, el tiempo juega en nuestra contra y a menudo diluye los sentimientos. Muchas veces porque se renuevan por otros. Algo muy común en los viajes, por cierto.
La empatía es como una relación a distancia. Sólo si es muy apasionada puede sobrevivir en el tiempo.
La mayoría tenemos capacidad de empatizar con otros. De hecho, si no la tuviéramos en absoluto, podríamos ser considerados psicópatas.
Y si la tenemos en exceso… igual también tenemos un problema porque todo lo que les sucede a los demás nos afectará de la misma forma. Y eso nublará desde nuestra capacidad crítica, hasta la posibilidad de que se anulen nuestros propios sentimientos en favor del otro.
A lo que iba: creo que esto de empatizar lo hacemos en forma de círculos concéntricos.
La empatía más fuerte e inmediata es la de los seres a los que queremos y amamos. Familia, pareja, hijos, amigos. Es fácil ponernos en su lugar, tanto para las alegrías como para las penas.
Continúa de una forma algo más débil con el entorno social. Me refiero a compañeros del trabajo o estudios, vecindad, gente del pueblo en el que veraneas…
Y sigue con círculos cada vez más alejados. Habitantes de tu ciudad. Tu país. De los países vecinos. De los próximos cultural y económicamente hablando (que no es lo mismo).
Mucho más difícil lo tenemos si se trata de empatizar con la gente de otro continente, de otra cultura. También de otra escala social aunque estén cerca de nosotros.
La empatía es uno de los beneficios de viajar
Creo firmemente que cuando uno viaja, abre muchas puertas al crecimiento personal. Una de esas puertas es la de la Empatía.
Voy a tratar de describir cómo es el proceso. En mi caso y seguramente en parte de los vuestros:
Cuando empiezas a preparar un viaje
Puede ser que te dé por leer relatos viajeros e información del lugar. Más o menos generalista.
Poco a poco empiezas a prepararte mentalmente para lo que vas a ver. De momento son sueños bastante informes, especialmente cuando los contrastas con la realidad que visitas.
Cuando llegas a tu destino
Hay muchas cosas que te sorprenden. En muchísimas ocasiones esto te viene por la gente, costumbres y gustos del lugar.
Unas risas con aquella vendedora o aquellos niños. Una caricia, una tarde compartiendo un té, una broma, un regateo. Quizá una pequeña discusión, un viaje en rickshaw. Una función de cine local.
El nivel de escasez o pobreza si los hay. Los mercados. Los ritos religiosos, o las fiestas si tienes la suerte de coincidir con ellas.
Toda una colección de sentimientos valiosísimos
Estableces lazos, vínculos sentimentales con el lugar y con lo que allí viviste. Aunque no todos los destinos se te queden en el alma de la misma manera, porque no todos te marcan igual.
Cuando vuelves del viaje
Encuentras una noticia en los medios de comunicación, aunque sea «un breve» del periódico y aunque sea meses después, y te interesas. Antes no lo hacías.
De repente las elecciones de Birmania son objeto de tu interés, un tifón en Soqotra, un terremoto en Nepal, un atentado en alguna ciudad europea, una guerra incluso.
Notad que no menciono noticias positivas, pero es que esas… no suelen estar, aunque como dicen de las meigas, haberlas hailas.
Lo sientes mucho, te entristeces, lloras de rabia (o te alegras un montón, depende de la noticia!). En definitiva te conmueves por algo que sucede en un lugar del que antes no te conmovía nada. Esto es así de claro.
Compartes la noticia en tus redes sociales y te acompañan aquellos que estuvieron también allí, especialmente si su viaje fue reciente, o si les marcó tanto como a ti. El resto… ni mu, ni un triste like. Me ocurrió con la crisis de Tombuctú, por poner un ejemplo personal.
Pero ojo, que no estoy diciendo que yo sea perfecta en esto de la empatía. Como a la gran mayoría de nosotros, me ocurre lo mismo con respecto a otros lugares/gentes del mundo. Sí, yo tampoco logro conmoverme igual por lo que ocurre en otros puntos del planeta.
Conocer de primera mano cómo es Katmandu e interactuar con sus gentes, cómo es Etiopía e interactuar con sus gentes, cómo es Omán, o Guatemala, y podría seguir con todos y cada uno de los destinos a los que he viajado… me aporta estos sentimientos de cercanía, de empatía con sus habitantes. Igual que con la Naturaleza, si pienso en los safaris de Namibia y Botswana. O los de Kenia y Tanzania. Y creo que es bueno, muy bueno.
Las sociedades serían mucho mejores si todos aprovechásemos esta oportunidad.
Y en especial los políticos (que no me cabe duda de que viajan mucho, pero…).
El problema es que tener la oportunidad no significa aprovecharla.
A vueltas con la empatía
¿Por qué serían mucho mejor las sociedades? porque entenderíamos que si alguien huye de su país porque está en peligro de muerte, o porque no soporta vivir sin esperanza de futuro, no tendríamos tantos recelos para acogerle. O lo haríamos de una forma más amable.
Porque si vemos un suceso horrible que ocurre en un país lejano al nuestro, a lo mejor nos movemos activamente para aportar nuestro granito de arena en la ayuda que les podamos brindar.
Y a lo mejor, no sólo nos conmovemos cuando esas cosas ocurren en una ciudad próxima a la nuestra, en el país vecino, o en aquel lugar en el que sin haber estado sentimos como nuestro porque está en nuestros libros de Historia, lo estudiamos en el colegio, tenemos la certeza de que la gente de allí es similar a nosotros en sentimientos y modo de vida, quizá en poder adquisitivo y cultural, y en definitiva claramente nos ponemos en su lugar, porque somos capaces de vernos en una situación así…
Porque viajar te puede dar la certeza, como mínimo, de que los hombres, mujeres y niños de otros sitios que a veces no sabemos ni situar en un mapa son personas como nosotros.
Personas que ríen, sufren, lloran, son felices, se enamoran, se entristecen cuando alguien muere, gritan de dolor o de placer igual que nosotros. Y un largo etcétera. Y quizá eres capaz de ponerte en su lugar.
Modestamente, creo que esto es básico para construir un mundo donde reine la PAZ.
Y modestamente también, creo que no nos lo curramos nada. Que nos dejamos llevar. Que aceptamos e incluso pensamos que es «un acierto» que una o muchas multinacionales nos apelen a mostrar nuestra solidaridad con un país concreto abanderando nuestra foto de perfil. En vez de preguntarnos por qué no lo hacen con los demás países que sufren igual o más.
Y no es desmerecer a ese país que es un gran símbolo en la historia occidental, al que seguramente nos unen lazos muy fuertes de todas clases, y al que muchos de vosotros habéis viajado.
No se trata de desmerecer esa corriente de empatía absolutamente normal.
Se trata de reflexionar acerca de la falta de empatía que hay hacia «los otros»
Siria (que por un momento recibió ráfagas de empatía «gracias a» la foto de uno de sus niños muerto en la orilla del mar, o las imágenes de personas con los mismos rasgos que nosotros, antes de que les oyéramos hablar en árabe… porque no me digáis que no, muchos de vosotros lo pensasteis, y yo también me sorprendí de ver esas caras que podían ser las de cualquiera de nosotros, en la frontera de Hungría), Iraq, Libia, Yemen, Egipto, Túnez, Níger, Nigeria, Ruanda, Haití, Filipinas, Nepal. Y tantos otros, que sufren o han sufrido verdaderas catástrofes de una u otra naturaleza. Sí, quiero incluir todas las catástrofes.
Sé perfectamente que no es lo mismo, pero en lo que a la empatía se refiere, siempre hay diferencias en cómo nos conmovemos, y es natural.
Lo que no es natural es que dejemos que manejen nuestro impulso empático.
¿Que los medios de comunicación explotan la empatía que surge naturalmente de nuestra sociedad por esa cercanía cultural, geográfica e histórica? Sí, claro.
No son ONG, tristemente podríamos decir, porque se les llena la boca de valores éticos que después se pasan por el forro constantemente.
Los medios de comunicación son dirigidos y creados por personas como tú y como yo. Incluso muchas veces totalmente inexpertas en su labor. Personas que no ponen la distancia con sus propios sentimientos que se debería esperar de su ejercicio profesional. Sí, además buscan el éxito de ventas, al menos los que los dirigen. También los gobiernos tienen sus intereses, venden armas, y mejor me callo, porque no me voy a poner a analizar el origen de los conflictos y horrores que estamos viviendo y que quizá suframos de una manera u otra.
Sencillamente me gustaría decir que está en nuestra mano tener una visión crítica de ello. Está en nuestra mano no encerrarnos en la justificación y autodefensa de por qué pongo una bandera X y no una bandera Y como signo de duelo. Está en nuestra mano pensar también en todo esto, y ponernos a trabajar para que nuestra capacidad empática sea mejor y más amplia.
Lo he dicho antes, la empatía hay que trabajarla, reforzarla, mantenerla viva y ampliarla. Cuando lo entendamos, cada uno desde su lugar en la sociedad, el mundo será un poquito mejor. En lo que está en nuestra mano, claro. Yo estoy convencida de ello, por eso me he decidido escribirlo.
Viajar es un paso, no el único, pero es importante siempre y cuando se quiera aprovechar.
Me encantaría conocer qué pensáis sobre esto, así que estáis invitados a opinar, a contradecirme, a criticarme (desde el respeto, por favor), y a debatir en definitiva.
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Muy bueno tu posteo, reflexión, o sentir expresado en forma escrita. Mis felicitaciones !!! Esta expresado correctamente, en un lenguaje sencillo y con mucho respeto, con entendimiento y con sentimiento. Es muy cierto lo que expresas, hace muchos años «conocí» la palabra EMPATIA, su significado y su importancia, por ello trato siempre que puedo practicar el ejercicio de la empatía. La realidad es que el ser humano todavia es muy egoísta, y para ejercitar la empatía tienes que despojarte de ese mal tan «humano». Tengo un librito de oraciones que hace años me dieron en una parroquia y dice así: «Señor te pido que hoy permitas que pueda ver a mis hermanos con tus ojos». Muchas veces recuerdo esta frase….y otras tantas no la recuerdo, en fin soy humana.
Excelente, y me dio placer leerte !!! Graciasssss
Gracias Adriana
Muy buena reflexión y articulo Ali.
Es totalmente lícito e irremediable que te pueda tocar más de cerca las desgracias que suceden en países Europeos. simplemente por cercanía. O también países en los que has estado y has sido tratado maravillosamente. Siempre que sucede una desgracia, me vienen a la cabeza las caras de esas personas, que conocí un día, y me pregunto si estarán bien. Esa empatía se consigue viajando, yo siempre he dicho que a mi viajar me ha hecho ser mejor persona, y siempre que oigo comentarios horribles acerca de inmigrantes, refugiados etc , les animo a que vayan a esos países, que vean como viven y como sienten, y después que opinen. Viajar , y no sólo esto, sino también conocer e interactuar con la gente local es un ejercicio obligatorio para crecer como persona.
Respecto al tema de las banderas, partiendo de la base de que a mi las banderas, en general, me la traen al pairo, respeto la gente que quiere ponérsela a modo de solidaridad y no tanto a quien lo critica, estoy seguro de que si mañana facebook diera la opción de ponerte la bandera que quisieras entre los países afectados, mucha gente se pondría la bandera de Siria, Libano etc. Y por último he de decir que el ser humano por naturaleza es bueno, solidario, aunque hay unos cuantos que se empeñan en que esto no sea así.
A ti decirte que no dejes nunca de escribir por favor :)
Muchas gracias David! por fin he llegado a casa y puedo responderos a todos, ains… Sí, quería decirte que yo tampoco critico a los que han puesto esa bandera, o cualquier otra, pero sí a la Multinacional que nos invita (de alguna manera, presiona) a que nos unamos en ése acto, como si hacerlo sirviera de algo. Yo prefiero invitar a la reflexión crítica, porque además, las llamadas «institucionales» a los gestos, empezando por los gobiernos, cuando luego no hacen nada por la educación, ni por la reflexión (porque no les interesa, empezando por los gobiernos que venden armas), son manipuladoras. Y eso es más reprobable cuando lo hacen en momentos como estos. Yo repruebo eso, los desautorizo, no me los creo… Gracias de nuevo, David. Cada vez quiero escribir más ;-) Un gran abrazo!
¡Ay, Alicia! Este domingo me desperté muy pronto. No podía dormir, así que me levanté y me puse a escribir todo lo que sentía. ¿Sabes que título puse a este escrito? «Empaticemos».
No sé si verá la luz en algún momento, pero cuento algo como lo que tú escribes y que me ha emocionado. Otro gallo cantaría si todos fuésemos capaces de empatizar. Seguro que viviríamos en un mundo más respetuoso y más tolerante.
Gracias Ali.
ay, Loli!! seguro que sí!! Este tema nos da vueltas en la cabeza a muchos, y te pido que no dejes de hacerlo, que muchos de tus lectores lo agradecerán, y posiblemente no lleguen a este otro blog. Cuantos más, mejor, por si sirviera de algo invitar a estas reflexiones y generar otras, ¿no? por si sirve de algo intentar construir un mundo mejor, porque desde los colegios, y los medios de comunicación, y por encima de ellos desde los que manejan los hilos, ya vemos que no.
Besos y gracias a ti!
Pues sí, totalmente de acuerdo con tu reflexión. Sin duda, viajar abre la mente, y eso es lo que nos hacer empatizar. Dejar de vernos como el ombligo del mundo. Ver que hay otras maneras de hacer y de ser.
Muy explícita la foto de la escalera de caracol.
Un post estupendo. Abrazos.
Gracias Diabarama, compañera que cada día estoy más contenta de conocer, y que espero conocer más. Esta una pequeña aportación, seguramente algo simple, pero si con eso movemos engranajes, en vez de apoyar lo fácil, tanto mejor ¿no? ;-)
Un beso guapi!
Ali
Genial reflexión Ali! Y no puedo estar más de acuerdo. Empatía es lo que necesita este mundo de locos. Y a medida que leía pensaba en las elecciones de Myanmar (y justo lo has puesto :P). Hasta que elegí este país como destino, no me fijaba en las noticias que salían sobre él. Y desde que se cruzó en mi camino, cada vez veía más notas (quizá las elecciones se acercaban y era algo noticioso) o mis ojos las buscaban, no sé.
Un abrazo.
Gracias Marta!! pues has acertado doblemente… cuando cité Birmania y las noticias que llegan de allí, me acordé de ti, porque te he visto compartiendo en las redes sociales nada más volver de tu viaje. Es un movimiento que yo también he hecho, y de algunos lugares lo mantengo igual de vivo que el día que regresé, y de otros no tanto. A eso me refería con que unos sitios te marcan más que otros, y por tanto ese sentimiento de empatía está más vivo, y lo retroalimentas más fácilmente.
Besos!!
Pues que sepa usted que me ha tenido un buen rato entretenida leyendo esta intereante reflexión. creo que una reflexión que nos hacemos muchos durante estos días, pero sobre todo los viajeros, aquellos que vamos descubriendo el mundo, pero por encima de todo a las personas que lo habitan.
Me parace una reflexión muy buena y que todos los bloggers de viaje tendríamos que hacer algo parecido, ya que viajar no es solo ver monumentos o paisajes, estambién interactura con los otros, entenderlos, tocarlos, abrazarlos, comer su comida o pasar su misma sed, sus alegrías…
Un abrazo amiga, son unos cuantos años compartiendo contigo charlas y sensaciones. un verdadero placer leerte.
Eva
Un millón de gracias, Eva, un placer inmenso saber que te ha gustado tanto, y ya sabes, no hay más que ponerse a hacerlo!! (seguro que sí). Es lo bueno y grande de los viajes, aprender, y después reflexionar sobre ello. Pero hay que querer hacerlo, claro ;-)
Un abrazo, amiga, y que sean muchos más!
Ali
Tú post resume todo ese torbellino de pensamientos que se me están pasando por la cabeza estos días, mucha gente habla de lo normal que es que sintamos las desgracias de unos y de otros no y yo eso lo entiendo. Lo que no entiendo es que como bien comentas, dejemos que nos influyan de la manera BRUTAL que lo hacen.
La empatía debería ser un concepto que se enseñe desde pequeños y que nos acompañe a lo largo de la vida.
Buenísimo este post :)
Gracias Ori!! sí, ayer sentí la necesidad de poner sobre el papel (bueno, la pantalla) ese torbellino de pensamientos, como muy bien describes. De la manipulación hay muchos ríos de tinta que escribir, porque sin ir más lejos, la publicidad lo que busca es remover y manipular nuestros sentimientos… ese «arte» (poco noble) que tan bien manejan los poderosos.
Gracias por tu comentario!!
Ali
¡Me ha encantado, Ali!
Comparto todo lo que has dicho y has sabido poner en palabras un batiburrillo de sentimientos que tenía en mi cabeza desde hace unos días.
Viajar no es la mejor cura pero, sin duda, es algo que nos hace crecer en todos los sentidos.
Un abrazo,
Claudia
Muchas gracias, Claudia! me alegro de que te haya gustado. Viajar no es la única cura, pero es una muy buena, y es bueno que al menos una parte de los que viajamos nos demos cuenta y la apliquemos (mejor sería que lo hicieran todos, pero ya sabemos que tristemente no es así).
Un abrazo pedazo de viajera!!!
Ali
Fantástica reflexión Ali. Creo que somos una sociedad cada vez más preocupada de si mismos, y en muchos casos no somos capaces de empatizar ni siquiera con los que tenemos alrededor.
Estoy cansado de leer y escuchar comentarios referentes a los refugiados, como si todos fueran terroristas, como si fueran los culpables de su situación, y no la cambiaran porque no quieren.
Al igual sucede en este país, he odio a mucha gente decir, ,»ese no trabaja porque no quiere, se está mejor cobrando la ayuda», que les da derecho a decir eso, conocen a las personas, han pasado alguna vez por esa situación, alguien cercano a ellos lo ha vivido.
Y lo que más rabia me da, es que muchos de ellos, han llenado su facebook de banderitas estos días, pero no creo que se hayan parado a pensar en la situación, no creo que hayan dejado de pensar que todos los musulmanes son culpables, y mucho menos no creo que hayan dejado de mirar con desprecio a cualquier musulmán con el que coinciden todos los días, es más seguramente se haya acrecentado su odio hacia ellos, sin pararse a pensar que son una victima más.
En fin, creo que vivimos en una sociedad que no sabe mirarse mucho más allá de su ombligo.
Salu2
Gracias, Victor! Yo no sería tan radical, yo creo que la gran mayoría somos capaces de empatizar algo, la cuestión es el alcance y la dirección, y en eso deberíamos intentar ser más críticos con respecto, creo yo, a los que dirigen nuestras empatías, para lograr que sean más extensas. De la empatía puede salir la tolerancia, por ejemplo. Creo que sabemos mirar mucho más allá de nuestro ombligo, no soy tan dura como tú ;P pero no por eso debemos acomodarnos ni creer que ya está todo hecho, y bien.
Saludos!
Ali
Cuanta razón en tus palabras Ali.
Estoy totalmente de acuerdo en que al final se trata de empatía, la cual debemos trabajar a diario.
Hace unos días, dada la oleada de comentarios xenofobos tras los atentados, y después de participar en muchos debates sobre el tema, tambien comaprtí esto en mi facebook:
«A los que desde su particular ventana al mundo, la llamada «caja tonta» o venerada «televisión» solo veis lo que os dejan o quieren que veais… os hablaré desde mi ventana al mundo, basada en una CONVIVENCIA REAL, donde me desperté hoy, rodeada de seres humanos que se consideran musulmanes, realmente dolidos por lo ocurrido, por una parte ante la incertidumbre de saber si sus familiares inmigrantes estan bien tras los atentados y por otra ante la rabia de que los hagan un miembro mas de un grupo que no les representa. Victimas indirectas de todo lo que ocurre.
Gente que SÍ se está moviendo y haciendo campaña a grito de «no me representan» en todos los idiomas habidos y por haber, aunque «vuestras ventanitas» no consideren importante que sepais que lo hacen.
No soy musulmana ni profeso ninguna religión. Soy humana, y me basta para ver que este problema va mucho mas allá de abrir o cerrar una frontera. Y aunque nos empeñemos en tapar con xenofobia, islamofobia, y fobias y mas fobias… algo siempre huele mal.
Que pena que los grandes focos del espectaculo que nos venden las televisiones siempre dejen al protagonista entre las sombras…»
Antes todo… no hablar sin saber. No criticar sin conocer. Y sobre todo, no dejarnos manipular por lo que nos cuenten.
Sin duda la convivencia es empatia, el viajar abre la mente… pero siempre y cuando quieras abrirla. Simepre y cuando viajes con la mirada a la misma altura que el que visitas. Siempre y cuando viajes para aprender y no solo para enseñar..
Muchas gracias por tus palabras para invitar a la reflexión, tan necesario en los tiempos que corren.
Un abrazo!
Hola Alicia! muchas gracias por tu comentario y aportación! El otro día leí un artículo en el que un periodista? no recuerdo bien… una persona, en definitiva, de origen árabe (aunque no profesa la religión del islam), se quejaba de que le parecía tremendo que los musulmanes tengan que pronunciarse en contra, identificándose como tales. Es una de las consecuencias de la visión que los gobiernos y los medios de comunicación dan de este conflicto, cuando el gran número de víctimas son también musulmanes, o árabes. La guerra día a día se desarrolla allí, los niños, ancianos, familias enteras, jóvenes, adolescentes, que mueren todos los días están allí. ¿Por qué no alcanzamos a horrorizarnos tanto? tiene que ver con lo que trataba de poner en claro en mi post, y también con que hay un cierto acostumbramiento hacia el dolor de los demás que no nos toca de cerca, y sí, si nos paramos a pensarlo, nos daremos cuenta de que no está bien lo que hacemos. Es cierto que no podemos vivir preocupados, igual que no podemos vivir con miedo, porque al final con miedo vencen los de siempre, los poderosos y los sanguinarios… pero habrá que encontrar un equilibrio, avanzar un poco, digo yo… si nos dejamos llevar por el «me conmuevo con lo que me toca de cerca porque es natural, y no lo hago con lo que está lejos porque no puedo vivir así», creo que no vamos en la buena dirección, sobre todo para las generaciones futuras. Es mi opinión, claro. Y quizá por eso también las expresiones de conmoción son cada vez más intensas: así tranquilizamos nuestra conciencia porque hace varios meses, desde aquella foto que daba testimonio del gran drama de, en esta ocasión, Siria, no nos habíamos conmovido tanto y en el fondo sabemos que no está bien, que no es justo.
un abrazo!!!
Efectivamente, vuelvo a suscribir todas tus palabras porque es tal cual la realidad.
Parece ser que los musulmanes, o habitantes de paises musulmanes que quizás ni profesen la religión, tienen que justificar su fé y declarse en contra de los atentados terroristas mas que nadie para que no se les tache de terroristas. Como si ellos no fueran personas normales y corrientes con derecho a su intimidad y tuvieran mas complicidad con esos 4 locos…
Nos encanta poner etiquetas y hacer agrupaciones, y eso es muy peligroso… como bien dices vamos por mal camino cuando nos duele mas el sufrimiento de una madre que ha perdidoun hijo en occidente que en oriente, cuando nos duele mas la muerte de un niño si nos bombardean con sus imagenes en las redes sociales. Y es lógico que sea así, de una forma incosciente… pero creo que somos, o deberiamos de ser lo suficientemente inteligentes para empatizar y pensar de forma consciente que el dolor y sufrimiento no entiende de banderas…
Es normal que sufras mas por la muerte de un vecino que por la de una persona que no conoces de nada…
Pero no es tan normal que solo denuncies el terrorismo cuando se ataca a los que subjetivamente consideras iguales…
Es mi humilde opinión, claro.
Un abrazo!!
Completamente de acuerdo, hoy con nueva noticia triste de barbarie en Mali ?
¡Empatía qué maravilloso sentimiento! Debería convertirse en deporte nacional de hecho. Obligatorio en los colegios. ¿Te puedes creer que justo esta tarde tuve una larga conversación que giraba en torno a eso? En modo cotidiano con los demás, no a nivel cultural, pero sí. ¡Es algo muy necesario y que te facilita la vida!
No hay nada mejor como conocer, comprender y reflexionar después. El mundo no era tal como te lo pintaron! Habrá que descubrirlo por nosotros mismos! Tu, como siempre, sabia! Gracias por tus posts!! :)
Gracias preciosa!! Si, es un tema recurrente, y está muy bien que se hable, afecta a muchas facetas de la vida, pero hay que cuidarla donde creo que hace más falta, donde más cuesta, ante lo extraño, no? 🙂😘😘😘