Vuelvo a la carga para hablar de viajes con la excusa de la fotografía. ¿O es al revés? qué más da. Para mó son cosas casi indisolubles. Disfruto tanto haciendo fotos como visitando lugares. Y el otro día, mirando unas fotos, pensé en las luces que hay que aprovechar. En realidad podrían ser en cualquier momento de la vida, al lado de casa, pero parece que en los viajes las agradeces más. Las recuerdas más. Así que aquí tienes un «listado de luces» para ayudarte a saber cómo hacer fotografías especiales en los viajes.
Para saber cómo hacer fotografías especiales en los viajes, hay que pensar en la LUZ
Esperar a ese momento, reservarte para sacar la cámara y entonces sí, disparar como si no hubiera un mañana, quizá sea algo duro. Puede ser también que no estés en el mismo lugar todo el día, y por tanto no puedas esperar a la mejor hora para hacer fotos en ese lugar y no en otro. Pero si te encuentras con alguna de las siguientes situaciones ¡¡aprovéchala al máximo!! Aunque implique ir a cenar o a descansar mucho más tarde (esta es la parte «dura» del asunto).
Vamos con ellas…
La luz de antes o después de la tormenta
Cuando los rayos del sol se filtran entre las nubes. Cuando hay nubarrones espesos y amenazantes. Parece que el mundo se vuelve un poco «acuático». Si es antes, ya sabes lo que va a tocar: un aguacero está a punto de caer. Si es después, es como si el aire se hubiese lavado y ya sólo quedara esa luz.
Es una luz especial porque es extraña. Es como un atardecer anticipado aunque no esté cerca la hora.
Tener la cámara en la mano y tratar de captar esa luz tal y como es, es difícil. En realidad siempre es difícil. La fotografía (y el procesado posterior) puede destacar o deslucir e incluso modificar los colores que tú ves en vivo y en directo. Pero hay que intentarlo.
Sin lugar a dudas, esta es una de esas luces a tener en cuenta a la hora de pensar en cómo hacer fotografías especiales en los viajes. Lo malo es que es la más difícil de controlar o planificar. Cuando estás de viaje te la encuentras, o no. Por supuesto siempre puedes decidir tus fechas o una escapada mirando el pronóstico, pero no es fácil.
Una última cosa: no nos olvidemos de que en estos momentos es cuando suelen aparecer los preciosos arco iris. Debes estar atento, no siempre son tan grandes y visibles como el de la foto 😉
El atardecer y el amanecer
Los mejores momentos del día para hacer fotos, en general, son el atardecer y el amanecer. El sol está próximo al horizonte y sus rayos iluminan de modo casi horizontal.
Las sombras se afilan e intensifican, los colores se vuelven cálidos, aunque pueden contrastar mucho con un cielo intensamente azul, de esos de invierno.
También salimos más guapos en las fotos a estas horas, ojo al dato ;)
«Te preguntabas qué clase de día te esperaba después de un amanecer semejante» (Memorias de África)
Los colores dependen de si el amanecer o el atardecer regalan tintes rosados o rojos. Según la cantidad de polvo que haya en la atmósfera (o polución), y de si ha llovido o no (volvemos a las anteriores luces especiales).
Pero suelen ser más grandiosos si hay algunas nubes. No los nubarrones que colapsan el sol, porque entonces se malogra, pero sí que haya nubes. Racheadas, de esas de invierno que parecen difuminadas por un lápiz de color, o las que se forman en vertical y brillan al sol.
¿Tú qué prefieres, amanecer o atardecer? A mí me gustan por igual, son más las condiciones atmosféricas las que hacen que sea más o menos inolvidable. Todos son diferentes, pero donde más me gustan es en los desiertos de arena, probablemente por el polvo que suele haber en la atmósfera.
👉 Importante: tanto el amanecer como el atardecer, no empiezan ni terminan cuando el sol sale o se esconde. No. Generalmente lo mejor es antes y un rato después.
¿Cuántas veces has visto cómo la gente sale despedida como por un resorte en cuanto el sol se esconde? No saben que la siguiente media hora o incluso una hora son críticas. Es cuando los colores se intensifican de verdad porque el sol ilumina el cielo, nubes y todo ello rebota en la tierra (algo así).
La luz de la hora azul
La hora azul es famosísima entre los fotógrafos. Es ese momento, después del atardecer o antes del amanecer, cuando el cielo se vuelve de un color azul intenso, eléctrico. Es el paso anterior o posterior del negro nocturno. Puede durar más o menos, según la latitud y la época del año. Incluso casi toda la noche, si estás en un lugar como Islandia en el mes de Mayo.
Es otra de las luces especiales a tener en cuenta para fotografiar en los viajes, y a veces la que peor te viene porque te pilla cenando o llegando a tu alojamiento 😅
Si estás en una ciudad o en un pueblo, mucho mejor. Entonces la iluminación de calles, plazas y monumentos hace acto de presencia y junto con ese azul todo brilla como nuevo, o diferente. Reluce.
Ahora que lo pienso, no recuerdo grandes «horas azules» en un entorno de naturaleza (excepto la ya citada Islandia). Tendré que fijarme más.
La luz de las farolas
Ya se hizo de noche. Se encendieron las farolas, más o menos modernas. Bajo ellas hay vida y alrededor negrura que esconde no se sabe qué. Puede ser una pared, un gato o un grupo de gente. En según qué sitios es inquietante y en otros muy romántico.
Hacer fotografías de estas luces es también un pequeño reto. El naranja de esa luz de farola suele quedar muy estridente y contamina un poco todo lo que hay alrededor. Y no lo puedes quitar después, no así como así, en el revelado. Pero bueno, si lo sabes, quizá hasta te sirva para decidir mejor cómo hacer esas fotos.
La niebla, ausencia de luz
La niebla me ha sido esquiva. Raras veces me ha pillado con la cámara en la mano y sin embargo son de esas fotografías que más anhelo hacer. La niebla en el bosque, en los campos, en la ciudad.
De día o de noche, la niebla añade misterio, poesía, limpieza, y silencio.
Sobre todo silencio. Cada vez que veo una bonita foto de un lugar con niebla, me acuerdo del silencio que establecen la nubes cuando se quedan atrapadas a nuestro nivel. Amortiguan los ruidos, como cuando nieva.
Muchas veces he visto desde el tren o el coche campos llenos de niebla. Siempre los miro con nostalgia, con ganas. Me gustaría tanto entrar y hacer fotos con trípode, usando una una larga exposición… Algún día.
La luz bajo el agua
Desde que me dediqué a hacer snorkel como si no hubiera un mañana en las islas Galápagos, tanto en aguas profundas como en playas donde el agua no te llega ni a la rodilla, me acuerdo de lo pasmada que me quedé con la luz del submundo.
Los rayos del sol atravesando el agua en abanico. Los degradados de azul, desde el más claro de la superficie hasta el más oscuro, casi negro, del fondo. Un verde increíble en otros sitios. Organismos con luz propia que suben desde las profundidades en una perfecta vertical ante tus ojos. Increíble.
Tanto, que decidí comprar una cámara sumergible y aunque no he logrado hacer maravillas porque tampoco he tenido la suerte de volver a un lugar como Galápagos, algo he conseguido en Zanzíbar, por ejemplo.
¿Y las peores luces, cuáles son ésas?
Diría lo que seguramente cualquier fotógrafo diga. Las horas centrales del día son las peores para hacer fotos. Cuando el sol está arriba. Aunque esté detrás de uno de esos nublados uniformes que colorean de «blanco sucio» el cielo.
Es entonces cuando las sombras casi desaparecen a no ser que andes por callejones de fuertes contrastes. A estas horas parece que las dimensiones desaparecen, que todo es plano. Si vas a estar en ese sitio a horas mejores, espera… o haz una o dos, por si acaso, pero espera a más tarde o sal de tu guarida más temprano. Si no, pues nada, a por ello. Cuando sea posible, trata de ponerte de espaldas a la máxima fuente de luz. Eso siempre ayuda.
En resumen: fíjate en la LUZ para sacar el máximo partido a tus fotos, maneja los ajustes manuales de la cámara si es posible y ya sólo te faltará elegir el mejor encuadre o composición. Y espero que este posts te sirva para entender cómo hacer fotografías especiales en los viajes. ¿Me he dejado alguna «luz especial» a aprovechar en mis fotografías? Seguro que sí ¡Soy toda oídos!
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Otro post diferente, original, útil e instructivo. Preciosas fotos. Enhorabuena!
Muchas gracias Miguel!!! 🙂🙂
Muy bueno tu estudio de la luz en la fotografía y tus fotos, no tienen nada que envidiar a los grandes fotógrafos, sencillamente inmejorables. ¿No darás clases de fotografía?. Si es así, tienes un alumno. No aspiro a hacer trabajos como los tuyos que son los de una artista, pero por lo menos que me queden «dignas». Hago fotos para tener un recuerdo de mis viajes pero lo que obtengo no es lo deseado y eso que utilizo una máquina, que sin ser una maravilla, pienso que tendría que darme mejores resultados. Últimamente tengo una Nikon D5300 con el objetivo que traía de serie, un Nikkor AF-S 18-140 m/m. f/3.5-5.6 G ED-VR.
La teoría, más o menos la controlo, (f, ISO, tiempo de exposición, ….), pero debo de fallar en la aplicación de la teoría al producto final.
Bueno, no te doy más la «lata» que hoy es sábado.
Hola! Gracias por tu comentario!! Pues tienes una muy buena maquina, en mi opinión. La mayoría de las fotos de este post las he hecho con una 5100 … Si eres de Madrid, te recomiendo los cursos de fotografía de Cfm, es donde yo aprendí, no soy profesional! Estos cursos tienen las 3 b 🙂
Si, vivo en Madrid. Me informare de los cursos de Cfm y ya te contaré los resultados.
En otro momento te preguntaré algunas dudas que tengo sobre Oman, país del que veo eres una experta y al que quiero viajar en el próximo invierno.
Gracias y un saludo.
Muy bien, espero que vaya bien. Oman es muy buen destino, y también para la fotografía 😉
Mil gracias por compartir todos estos consejos. Tus fotos son una pasada.
¡Feliz semana!
Gracias Bea!!