
Cuando me dijeron que en el viaje de prensa organizado por Turismo de Pyrenees-Orientales, en el que iba a participar, tendríamos la posibilidad de pasar una tarde en Collioure, el lugar donde está enterrado Machado y testigo involuntario de su exilio y muerte… me ilusioné muchísimo.
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Pero lo que no sospechaba, ignorante de mi, es que Collioure es en sí mismo un lugar precioso. Un pueblo con muchísimo encanto. Una villa repleta de sitios que ver. Y un buen sitio para una escapada, o dos, o las que sean… Aunque quizá sea buena idea sortear las fechas más concurridas del verano.

Collioure, la ciudad de los artistas
Por las calles de Collioure no sólo pasearon o andaron los españoles exiliados. Muchos de ellos casi con lo puesto por no tener ni tiempo ni capacidad de llevarse algo más consigo, como los propios hermanos Machado y su madre.
En las calles de Collioure vivieron y crearon otros artistas muy renombrados como Matisse, Picasso, Derain, Dufy, Marquet.

Parece ser que se enamoraron de su luz y color, que en realidad es muy característico de toda la ribera mediterránea a un lado y otro.
Dicen que el viento de la Tramontana es el responsable de alejar las nubes una y otra vez, así que es difícil visitar Collioure bajo las nubes 🙂

Quizá tuvo que ver también las gentes, la cultura catalana y su gastronomía, tan arraigadas aquí como en el otro lado de la frontera política. El trazado de las calles, los paisajes… Qué sé yo. Lo cierto es que allí pintaron y pintaron.
Matisse y Derain
Estos dos grandes artistas crearon un nuevo estilo pictórico, el fauvismo, en el mismo Collioure. Así como te lo cuento. Y hoy sigue habiendo mucho arte en sus calles. Me refiero a galerías de arte, pero también a artistas y artesanos que siguen enamorándose de su luz…

Es cierto que en las tardes veraniegas también se llena de visitantes, especialmente alrededor del pequeño puerto antiguo y la playa.
No importa, más o menos, porque Collioure tiene mucho encanto, para todos.


Qué ver en Collioure
Si sois de ir a sitios más concretos más allá de vagabundear por las calles, contaros que puesto que esta fue la residencia de los Reyes de Mallorca entre los siglos XIII y XIV, las construcciones de tipo fortaleza que se ven junto al mar son las que empezaron a desarrollar estos monarcas.

Un sitio con mucha historia y muchas culturas superpuestas
Antes de eso, por aquí pasaron los fenicios, seguidos de los romanos, los griegos, los visigodos, y después los caballeros templarios de las cruzadas.
De las más visibles y llamativas es la Iglesia de Notre Dame des Anges, que parece que se está bañando en el mar con su curioso campanario circular.
Y echando a andar junto al litoral, por los callejones de vivos colores, asomándonos al mar a través de los ventanucos de las murallas, veremos la Ermita de San Vicente. Este es el patrón de los pescadores y viticultores. La ermita está en el islote del mismo nombre y dicen que ahí sufrió su martirio en el año 303.

Hay más sitios que yo, en una tarde corta, no pude ver. Quedan para una segunda visita con tiempo y quizá en el entretiempo de la primavera o del otoño.

Las calles y callejones de Collioure, en un plano entre cuadriculado e intrincado, nos hacen subir y bajar cuestas.

Las contraventanas de madera pintadas de colores que contrastan con los de sus fachadas, como en toda la región de los Pirineos Orientales, sencillamente me encantan.

Las buganvillas, las farolas, las escaleritas de piedra…
Todo es un primor. Cuanto más te alejas de las calles más comerciales, las que están más al nivel del mar, mejor. Entonces hay oportunidad de quedarse a solas y relajarse de verdad.

Collioure y Machado
Estamos a 26 km. de la frontera española. A esta región catalano-francesa llegaron miles, decenas de miles de españoles con lo puesto. En un frío mes de Enero de 1939, huyendo del horror y de una muerte segura.
Eso es lo que define a los «refugiados» de cualquier lugar y condición, que parece que últimamente se le está olvidando a la vieja Europa y desde luego a España.
Entre ellos, Antonio Machado, su hermano y su madre.

Antonio Machado llegó con su familia y un grupo de casi 40 personas que habían logrado traspasar la frontera gracias a algunos contactos.
Se alojaron en el hotel Bougnol-Quintana, sito muy cerca del cementerio donde hoy reposan sus restos. Las maletas las tuvieron que abandonar a apenas 4 o 5 kilómetros de la frontera, antes de llegar a Francia. Había un tremendo embotellamiento de vehículos y no podían quedarse a esperar que aquello se despejase ya que sus vidas corrían serio peligro.
Las de todos, pero es cierto que la de algunos más que otros por ser quienes eran. Por cantar a la libertad, por aportar cultura al pueblo.

Un mes después de llegar, Machado falleció. Cinco días más tarde su madre, quien había prometido que viviría tanto como su hijo Antonio, y lo cumplió.
Sí, quería ir a presentarle mis respetos a Antonio Machado
Uno de los mejores poetas de nuestro país en mi opinión. Un poeta que junto con otros como García Lorca fue una víctima más del horror de la Guerra Civil Española. Y pese a quien le pese, la Historia no lo ha olvidado, y los que hemos crecido en democracia hemos podido conocerla.
Un drama más, como el de muchísimos otros españoles, que ha pasado a los libros por ser quien era y justo es reconocerlo.
La tumba es bien visible, junto a un grupo de nichos. No hay muchas más junto a él y su madre.

Una gran bandera de la República se sitúa en su cabecera, con una emotiva inscripción. Sus versos.

Me pongo delante y me emociono como si fuera un familiar mío.
Sí, lo siento mío… creo que nos pasa a muchos.
Quizá por la sencillez, claridad y arte con que habló de los campos de Castilla, o cantó al amor, y también a la ausencia de su amada Leonor. Aquella niña de 15 años que se quiso casar con Antonio Machado. Fueron, dicen, una pareja ejemplar hasta que ella sucumbió a la enfermedad.

No me eché a llorar. No estaba sola, pero es cierto que los cinco que íbamos guardamos silencio respetuoso frente a esta tumba que sin quererlo nos remueve las entrañas porque recordamos, sin haberlo vivido, un verdadero horror.
Siempre hay flores frescas, y también un buzón para dejar las cartas que uno quiera escribir al maestro. Cartas que son recogidas por la Fundación Antonio Machado, periódicamente.
No te olvidamos, Antonio.
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Muy lindas y exactas tus fotos nosotros acabamos de llegar de un viaje por Cataluña y tuvimos la suerte de coger esa excursión y nos emocionó ese pueblo costero y mucho más la tumba del poeta español Antonio Machado, su puerto sus casas su iglesia etc es cierto que es digno de pintarse por su belleza natural. Desde Tenerife nos fuimos allí y damos gracias a dios por esta linda oportunidad gracias por esas fotos nosotros también donde quiera que vamos cámara en mano nos llevamos los lugares con nosotros
Hola Berenice, gracias por tu comentario, me alegra que te haya gustado el post y veas reflejada tu experiencia… es un lugar que merece la pena 🙂
Hola, un post muy interesante y original. ¡Gracias por compartir la información!
Hola, gracias por comentar, me alegro de que te guste 🙂