Actualizado el 11 junio, 2023
Las calles de Djamena están llenas de escenas donde me volvería loca haciendo fotos, pero no es nada aconsejable sacar la cámara. Así ocurre con el resto de ciudades de Chad. No obstante, hice algunos “robados” con el móvil y anoté mis impresiones de casi todas las que pisé, así que aquí te cuento cómo son y algún dato práctico. Por si vas por allí o tienes curiosidad 😊
Las ciudades de Chad son un pequeño caos lleno de estímulos
Una de las muchas preguntas que me hacía antes de viajar a Chad era cómo serían sus ciudades. No tenía apenas referencias, tampoco encontraba imágenes. La razón es que hay una «ley no escrita» sobre la prohibición de hacer fotografías en sus calles. O dicho de otra forma: no les gusta nada de nada.
Para la policía y los militares, porque desde su punto de vista cualquier foto puede ser utilizada a nivel estratégico-militar. Para la población, porque … por lo que sea. No les gusta. Punto. Y puedes tener un problema serio si no haces caso.
Además llevar una cámara colgada al cuello, en especial si es un poco vistosa, es una invitación en toda regla a que te asalten. Las ciudades de África no son muy seguras y Chad no es una excepción. La vida es dura allí. Eso tiene un precio.
De todas formas, como no me sé estar quieta, hice algunos «robados» durante el viaje. Siempre con el móvil. Siento que la calidad de las fotos no sea muy buena, pero es lo único que puedo mostrar.
Algunos aspectos comunes de las ciudades de Chad
Muchas de las ciudades de Chad son sólo accesibles por pistas de arena que no siempre están bien marcadas.
Dominan las casas bajas, de ladrillos de barro o de adobe. También de láminas de chapa y tejados de uralita. El polvo y la basura de plástico y latas se acumulan en sus calles, en las ramas de los árboles, o se amontonan en cualquier rincón. Más en los alrededores inmediatos. La sensación de caos medioambiental te asalta a cada momento. Siempre desde nuestro punto de vista.
A veces se ven niños y niñas bien uniformados yendo a la escuela, pero sólo a veces. Abundan más los “talibanes”, niños que estudian el Corán en las mezquitas y que vagan el resto del día pidiendo limosna con una escudilla de metal. Por supuesto serás objeto de su interés en cuanto te vean. Una curiosidad que se condensa en dos vertientes: son niños, y somos potencial fuente de riqueza porque somos blancos.
A ambos lados de la pista o carretera siempre habrá una hilera de tiendas donde se vende un poco de todo. También humildes talleres mecánicos, puestecillos para recargar el saldo del móvil, para comer unos buñuelos recién hechos, tomarse un chai con mucho azúcar, o incluso un plato de carne de a la brasa. Pequeños placeres del camino 😊.
No suele haber pavimento. Como mucho el asfalto de una carretera principal, que son muy pocas en todo el país. Y tampoco suele haber un sistema de alcantarillado cubierto.
Y de manera mucho más discreta, excepto en la capital, están los bares donde se vende alcohol. Generalmente cerveza. Suelen situarse en patios interiores provistos de una barra de bar, mesas y sillas. Allí acuden los cristianos… y los musulmanes más y menos practicantes, todo hay que decirlo.
Las ciudades del norte de Chad son más pequeñas, polvorientas y tienen un aire de lugar olvidado, remoto.
En el sur junto a la frontera de Camerún la cosa cambia. Son más grandes, más prósperas, con más gente y mercancías, más movimiento. Pero no me hagas mucho caso. Puede ser un espejismo provocado por la vegetación y los grandes árboles de los que carece el norte y centro del país.
Djamena, la capital de Chad
Un poco de historia de Djamena
Empecemos por la más importante de las ciudades de Chad. La capital. Djamena, cuyo nombre hasta 1973 fue Fort Lamy, se fundó en 1900, estrenando el siglo XX.
El marino francés Émile Gentil tuvo la idea de levantar un fuerte colonial allí, en el lugar por el que pasan los ríos Chari y Logone. Ellos son la razón de que, aunque estemos lejos del mar, haya un puerto fluvial que ha vivido tiempos mejores.
Lamy fue un explorador y comandante del ejército francés que falleció en la batalla de Kousseri (Camerún) en abril de 1900. N’Djamena o NDjamena es su nombre en francés, mientras que en árabe es Injamina y significa “lugar de reposo”.
Es capital de Chad desde la independencia de 1960 y hoy cuenta con algo más de un millón de habitantes, al menos de manera oficial.
El centro de Djamena
Muy temprano por la mañana unas brigadas de hombres y mujeres con chalecos amarillos y verdes fosforito barren las calles de las avenidas que rodean el Gran Mercado. Parece una tarea imposible, pero logran despejar muchos de los desperdicios y arena acumulados durante el día. A su alrededor la ciudad se despereza.
El Gran Mercado es una serie de calles donde las tiendas y tenderetes reinan entre los canales de desagüe al aire libre. Un gran laberinto en el que te encuentras de todo.
Hay calles tranquilas, de residentes, y calles que son un alegre caos. En el mercado se venden hortalizas de Chad, frutas de Camerún, muchísimos dátiles. También cacharros para el hogar, ropa, tecnología y un largo etcétera. Puedes encontrar casi cualquier cosa que necesites. La Gran Mezquita sirve de brújula para orientarse.
Me fijo en la gente en este primer paseo mientras voy a cambiar dinero enfrente de la Gran Mezquita. Me sorprende la belleza de muchos de sus habitantes. Ellos visten con la yalabía o túnica larga y turbante o gorrito musulmán. Ellas, con vestidos africanos de colores y pañuelo en la cabeza (hiyab). Algunas, pocas, llevan niqab o chador, esa envoltura negra de la cabeza a los pies que deja sólo los ojos al descubierto.
Pero la Djamena de toda la vida también tiene su cara B, sobre todo para los que vienen del campo o de otros países africanos en busca de un futuro mejor. Y es bastante fuerte.
No es nada extraño que cuando te sientas a comer en una terraza alguien se sitúe cerca y espere a que termines para pedirte las sobras.
Recuerdo en especial a un hombre vestido con una americana occidental. Su mirada fija en nosotros, no en los platos, y su educación a la hora de pedirnos las sobras. Por supuesto se las dimos y se sentó en la mesa de al lado a comer lentamente, con muchísima educación y gestos de disfrute. No olvidaré nunca su dignidad y elegancia.
La peor parte son los niños que viven en la calle, de todas las edades. Algunos o muchos de ellos terminan siendo esclavos del pegamento esnifado, viviendo en pandillas que se buscan la vida de mala manera. Comen las sobras de los demás, roban y se ponen muy violentos si hace falta. Por la noche hay que tener mucho cuidado con ellos y en general no ir andando por ahí, a no ser que vayas con las manos en los bolsillos. La vida es dura en Chad, y en Djamena mucho más.
Con precauciones, no obstante, se puede ir a cenar y a tomarte unas copas. Porque resulta que Djamena es una ciudad con mucha marcha. Tiene sus zonas de discotecas y las hay que abren hasta el amanecer.
En ellas se ven escenas extrañas para nosotros. Relaciones que no parecen muy naturales, otras sí. Las chicas no suelen salir de fiesta sin la compañía de los chicos. Por seguridad y porque si van solas se presupone que “ofrecen algún servicio”. Los porteros son grandes armarios que pueden negarte la entrada «si no llevas los zapatos adecuados», y que te controlan de cerca mientras estás dentro. La experiencia es como mínimo curiosa.
El distrito del Poder
Entre el aeropuerto y el centro histórico está el barrio donde se concentran las embajadas de los países que tienen representación diplomática en Chad. También están allí las sedes de los grandes bancos, la comisaría general de policía, la televisión, y los hoteles lujosos o de estilo europeo.
En este barrio las calles son anchas y los muros altos. Puede haber calles cortadas por los militares y no se te puede ocurrir intentar pasar. Te gritarán de mala manera, como nos ocurrió a Ana y a mí, que cruzamos en su dirección por un despiste.
En ese barrio los coches y taxis circulan casi a cámara lenta entre controles militares. Tienen hasta sacos terreros y alambradas. Estos controles también existen para entrar en los hoteles, todos amurallados de cara a la calle. Si vas en un coche pasan un espejo por los bajos. Si vas andando, te cachean y miran el bolso o mochila que lleves. Resulta un poco irónico. Podría ir dentro del coche con un arma y nadie se enteraría, pero en fin.
Este es un barrio donde no apetece pasear, donde cuesta conseguir un taxi en la calle, y donde sinceramente yo me sentí mucho más insegura que en cualquier otro punto de la ciudad. Todo el Poder se concentra allí y, efectivamente, puede ser el gran atractivo para los potenciales actos terroristas.
Museo Nacional de Chad
Otro de los lugares que puedes ir a ver en Djamena es el Museo Nacional de Chad, que he podido conocer en mi segundo viaje al país.
Este museo se centra en una exposición de la evolución humana, donde afirman que en Chad se han encontrado homínidos de hace siete millones de años, el doble de antiguos que los restos de Lucy. Además hay una exposición con objetos que van desde el Neolítico hasta la época colonial, algo de etnología de los pueblos de Chad, y poco más. Hay muchas vitrinas, algunas vacías y bastante polvo, pero para darte una vuelta no está mal.
👉 La entrada cuesta 3.000 CFAs.
Palacio de Gaoui
Pero si quieres hacer una visita más interesante para llenar tu tiempo en Djamena, te recomiendo que vayas al Palacio de Gaoui.
El Palacio de Gaoui está a unos 10 kilómetros de Djamena, así que tendrás que ir en taxi y armarte de paciencia, porque diez kilómetros, sobre todo si hay mucho tráfico en la salida de la ciudad, pueden suponer una hora o más de camino. Aun así, merece la pena.
Gaoui es una palabra que viene del árabe chadiano y significa «sólido» o «fuerte», según la explicación del guía del palacio. Este es el lugar del pueblo Kotoko, que también viven en Camerún y Nigeria.
El palacio es una construcción de adobe y está muy decorado con dibujos pintados con los colores de la tierra. Personalmente, me encantó. Además el guía oficial es muy amable y tiene muy buen francés.
¿Qué hace aquí un palacio que parece un castillo? Gaoui era atacado constantemente por los que buscaban esclavos, para llevárselos a la costa. Por eso decidieron fortificarlo con murallas de dos metros de espesor, y tenía cuatro puertas orientadas a los puntos cardinales. Gracias a ello, los ataques siempre eran repelidos. Hablamos del siglo XVIII.
En lo que eran las habitaciones de la madre del sultán y sus cuatro esposas, hay un museo con objetos de la vida tradicional. Artes de pesca, cerámica con la que cocinaban, la antigua moneda… Además en el patio hay dos urnas funerarias, porque antes enterraban a la gente en dichas urnas, en posición fetal y sentados.
El 19 de marzo se celebra el encuentro anual de Kotokos. Vienen de Camerún, Nigeria y se hace un gran festival. ¡Por poco no coincidimos!
Completamos la visita dando un paseo por el pueblo, hasta llegar a un lugar donde unas mujeres fabrican cerámica como toda la vida se ha hecho. Hace un calor tremendo y los niños nos asedian pidiéndonos cadeous. Se nota que aquí vienen los pocos turistas que pasan por Djamena.
💶 Taxi: 2.000 CFAs a dividir entre los pasajeros. El precio incluye la espera para volver a Djamena, y en nuestro además nos llevaron al Museo Nacional antes de volver a la Misión de Kabalay.
💶 Entrada: 3.000 CFAs + propina para un guía que te lleva por el pueblo. Ojo, si es el mismo señor que nos tocó a nosotros, es un poco abusón y es posible que se ofrezca a posar para tus fotos y que luego te pida 1.000 CFAs o más.
Para alojarse en Djamena
- Te recomiendo la Misión Católica de Kabalay, que está muy cerca del Gran Mercado. Las monjas tienen habitaciones muy básicas pero limpias. Es un recinto tranquilo y seguro por la noche, con muros altos y vigilancia. El precio en febrero de 2022 era de 29€ la habitación individual, y en mi segunda visita en marzo de 2023 se mantenía. Tiene ducha y lavabo, pero el baño es compartido. Lo malo es que todo es muy casero y por tanto o tienes el teléfono de las monjas (no es mi caso), o tendrás que presentarte allí y ver si tienen habitaciones.
- Hotel Irrisor: este es uno de los varios hoteles que hay en la zona bunkerizada, perdón, la de las embajadas, próxima al aeropuerto. La habitación doble está en torno a los 120€ desayuno incluido, y tiene piscina además de pistas de tenis. El desayuno buffet es muy bueno. Si sólo vas a pasar una noche en Djamena y no te importa pagar, o quieres dormir cerca del aeropuerto, es una buena elección.
¿Te llaman la atención los precios de las habitaciones? Son precios europeos, sí. Allí tienen muy claro que los blancos tienen dinero… al menos tienen muchísimo más que la media de los habitantes de Chad. Y es verdad.
Para comer en Djamena
En Djamena puedes comer bien si sabes dónde ir. Aquí algunos de los sitios que conocí:
🍴 Restaurante Senegalés Chez Mama: no puedes perderte bajo ningún concepto el que seguramente sea el restaurante más popular de toda la ciudad. Todo el mundo lo conoce en Djamena, cualquier taxi o moto-taxi sabe llevarte, y por allí pasa todo tipo de gente, incluidos los funcionarios encorbatados y los militares con uniforme.
Está regentado por una mujer mayor, senegalesa, que grita a todo el mundo y es todo un espectáculo verla moverse imponiendo su autoridad entre tanto hombre.
Siempre está lleno, pero el servicio es rápido así que es fácil conseguir mesa. Tiene tres platos a elegir, siempre los mismos, y es baratísimo. No sirven alcohol, sólo refrescos. La comida está riquísima ¿lo he dicho ya?
🍴 Bar Le petit Basam: espero no equivocarme de nombre. Este bar con terraza bajo techo tiene un puesto de pollo a la brasa en la entrada que está buenísimo. Lo puedes pedir con pan y te lo traen a la mesa del bar donde consumirás las bebidas. Aquí sí puedes beber cerveza.
🍴 Espace Hanakou es un bar-restaurante junto al río Chari muy agradable, con una terraza interior y una carta donde hay kebabs entre otros platos. La comida no es nada del otro jueves, pero se está muy bien y tienen cerveza.
🍴 Jardin Béni Restaurant es otro restaurante que se asoma al Chari y también es muy agradable. De más nivel que el anterior, se come muy bien.
Abéché, capital del reino de Ouadai
Abéché es una de las ciudades más importantes de Chad, y capital del reino de Ouadai. Actualmente es la tercera en tamaño de población. Está situada en el centro-este y comunicada con la capital por una carretera de asfalto, casi la única del país, que de todas formas no está en muy buen estado en según qué tramos.
Abéché se me antojó una ciudad más limpia y ordenada que Djamena a primera vista, pero también puede ser que venía de pasar casi dos semanas en el desierto. Ya sabes, la perspectiva cambia según con qué comparas 😅
Me llamó la atención el par de avenidas grandes y que parecen recién asfaltadas, la presencia de semáforos y los coches de la ONU circulando. También un destacamento del ejército Chad-Sudán, creado cuando el país vecino se sumió en una guerra civil que terminó en la independencia de Sudán del Sur.
El gran atractivo de Abéché es el mercado tradicional, que está dentro del Gran Mercado. Se trata de un laberinto de calles estrechas sombreadas con telas y cañas para protegerse del sol. Sin tráfico rodado parece que los sonidos se amortiguan entre los puestos de especias y telas. El ambiente me recordó mucho a los zocos omaníes, un poco como de cuento. Si pasas por allí, no te lo pierdas porque merece mucho la pena.
Por cierto, allí venden goma arábiga, una de las mercancías más codiciadas durante siglos en estas rutas caravaneras.
Kalait, la última ciudad antes de Ennedi
Subiendo hacia el Ennedi la ciudad de Kalait es una parada obligada para proveerse de combustible y algunos víveres antes de entrar en el desierto.
Se trata de una ciudad desparramada, con casas bajas de ladrillos de barro y poco más que añadir.
En el barrio cristiano hay unos cuantos bares. Nosotros paramos en uno que creo que se llama Boomla, o al menos eso ponía en una de sus paredes. Es un sitio muy tranquilo donde puedes tomar una cerveza o refresco.
Por supuesto tiene un mercado, un poco a desmano de la zona de bares, pero hay muchos tuk tuk que por muy poco dinero te pueden llevar. Allí hay restaurantes donde comer. Justo antes de entrar en sus calles hay una gran explanada donde se extiende el mercado de animales.
Si tienes suerte y llevas SIM local, puede que haya cobertura móvil con conexión a internet operativa. No hay wifis públicas. En ninguna de las ciudades de Chad la hay, de hecho. Sólo en los hoteles de cuatro estrellas para arriba de Djamena.
Fada, a las puertas de la depresión de Murdi
Fada está mucho más al norte, en el valle que conecta la depresión de Murdi con el sur. Es el corazón de Ennedi y territorio de las tribus zagawa, mourdias y deyat.
Esta ciudad tiene un carácter remoto y fronterizo pero, no sé por qué, me gustó mucho. Quizá fue porque fuimos por la mañana y el ambiente estaba muy tranquilo, no siendo día de mercado.
Fada tiene una gran plaza presidida por un cuartel de bonitas murallas (no fotografiable o haciéndolo con mucho cuidado), y un oasis lleno de palmeras que la rodea. Además puedes encontrar chocolatinas y otros caprichos en las tiendas de la plaza. Quizá esto también sumó puntos a mi atracción por la ciudad, je, je.
El cuartel de Fada es, ni más ni menos, que el fortín de adobe de la Legión francesa, construido en los años 30 del siglo XX.
Por otro lado, en Fada está la sede de African Parks, la organización que se encarga de gestionar el Parque Nacional de Ennedi, y es probable que te encuentres con alguno de sus trabajadores. En general son muy amables y puedes intercambiar información sobre el parque, su fauna, etc.
De nuevo este puede ser un punto de cobertura de internet, aunque parece que la red se satura enseguida.
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Ounianga Serir y Ounianga Kebir junto a los extraños lagos del desierto
Más al norte, en un área más remota aún, están las ciudades de Ounianga Serir y Ounianga Kebir. Llamarlas “ciudad” puede ser un poco pretencioso, sobre todo Serir, pero son las poblaciones más importantes de esta fantástica región desértica.
📍 Ounianga Serir se extiende junto a un grupo de lagos que te dejan con la boca abierta. Es un conjunto de casas de barro y esteras muy humildes. En febrero nos encontramos con que muchas estaban vacías porque sus habitantes son seminómadas y no las habitan todo el año. Están muy separadas unas de otras, y vistas desde uno de los cerros que permiten dominar el paisaje, parecen pequeños cubos que se confunden con la arena del desierto. Mucho más en un día de harmatán como el que nos tocó vivir.
📍 Ounianga Kebir es un poco más compacta y es más importante, aunque tiene la misma arquitectura. Las casas de adobe cuadradas se alternan con las más tradicionales, hechas con esteras y forma de habichuela. Su interior es oscuro, fresco, y los cojines y alfombras dominan la estancia de los invitados.
En Kebir es fácil encontrarse con los camiones que vienen de Libia para vender gasoil y vuelven al país vecino con ganado e incluso agua, en una travesía por el desierto muy dura.
Por esto mismo, aquí se pueden encontrar bares muy humildes, apenas chabolas y casi clandestinos, que ofrecen todo tipo de servicios a los camioneros y a todo aquél que quiera pasar por allí.
Desde hace muy poco tiempo hay una antena que procura cobertura de datos para navegar en internet, pero como en todas estas ciudades, es bastante incierta.
Bol, la ciudad a orillas del lago Chad
Si nos trasladamos a la zona del Lago Chad, Bol es la capital de la región del lago, a 154 kilómetros de Djamena que no siempre son de asfalto.
Bol es una ciudad a orillas del Lago Chad donde se concentra un buen número de puestos militares y policiales. Están allí tratando de contener las acometidas del grupo terrorista Boko Haram.
Además hay oficinas aduaneras por la cercanía de Níger, Nigeria y Camerún, aunque no sé hasta qué punto sigue habiendo tanto tráfico de mercancías como antes.
Y por último, hay varias instalaciones de la ONU, la FAO, así como campos de refugiados desplazados de Nigeria por culpa de “los barbudos”.
Con una avenida muy ancha, en la parte central hay algunas escuelas, restaurantes donde comer buena carne de camello asada, y los servicios típicos de todas las ciudades.
Los alrededores de Bol son puro desierto viniendo de Djamena. Tierras que en su día estaban anegadas por las aguas del Lago Chad, y que hoy tienen como recuerdo los grupos de palmeras. Es muy fácil encontrarse con grupos nómadas del Sahel, con campamentos de kanembou, una de las tribus de la región, y con vida salvaje como monos y gacelas.
Pasar de Bol en dirección al Lago Chad es una cuestión un poco peliaguda por la situación de Nigeria, y desde luego hay que hablar antes con las autoridades de la ciudad. No obstante, a pocos kilómetros se puede contemplar una gran superficie de agua con islas, la reminiscencia del mar interior que llegaba hasta aquí.
Bongor, al sur de Djamena
Si nos vamos al sur de Djamena, a unos 220 kilómetros nos encontramos con Bongor, la capital de la región Mayo-Kebbi en la orilla oriental del río Logone, frontera con Camerún.
En esta zona se cultiva algodón y arroz, generalmente para exportar a los países vecinos. De hecho en 1970 aquí se inventó un sistema de riego que es el que posibilita el cultivo de estos productos.
En Bongor hay varios servicios importantes como el hospital, tiene un mercado que merece un buen paseo y ha sido un importante centro de educación secundaria desde la época colonial.
Aun así esta ciudad lo tiene difícil porque el gobierno central es musulmán, y aquí la mayoría de la población es cristiana, lo que interfiere en las ganas de invertir en la región.
Las calles de Bongor están igual de polvorientas que las del norte en la época seca, no así en la de lluvias. La diferencia, entre muchas otras, es que hay grandes árboles que aportan sombra. Por lo demás tiene casi la misma pinta destartalada de muchas otras ciudades de Chad y también carece de sistemas de canalización de aguas fecales.
La cobertura móvil de teléfono y datos es, eso sí, bastante más decente que en las otras ciudades comentadas.
Hasta aquí los apuntes de algunas de las ciudades de Chad por las que he pasado. No están todas, pero al menos te puedes hacer una idea del panorama urbano de este gran país. Si quieres curiosear en las estadísticas e información de las ciudades de Chad, puedes consultar esta página.
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