Cementerios del mundo

Actualizado el 9 abril, 2024

Ya he mencionado en más de una ocasión mi interés por visitar los cementerios de los de los países que visito. No responde a una razón morbosa, y casi me parece gracioso tener que hacer esta aclaración porque no he leído ni un sólo post en otros blogs en el que no se diga exactamente lo mismo 😎. Pero es cierto que hay mucha gente que sigue considerando esta «afición» como algo morboso o extraño o antinatural. Yo no lo creo. La muerte forma parte de la vida, y la forma de conmemorarla también.

Los cementerios del mundo: aquí mis argumentos para no eludirlos, sino más bien buscarlos

Está claro que el tema de la muerte y cómo nuestra cultura (venida de la religión) nos obliga a encararla, entenderla, y sobre todo a no compartirla, nos condiciona. Pero no tiene por qué ser así.

Mi interés por los cementerios, y supongo que el de la mayoría de viajeros que se declaran también interesados en estos lugares, podríamos llamarlo «antropológico» ¿Por qué?

Creo que en los cementerios se puede observar parte de la historia y de la idiosincrasia de un pueblo

Entiendo que puede dar un poco de reparo. Los cementerios que siguen en uso son demasiado cercanos a nuestras muertes, las de los seres queridos que ya nos han dejado. El dolor, el sufrimiento y nuestro propio miedo a dejar este mundo están ahí.

Pero no hay que olvidar que en los cementerios se pueden encontrar matices sobre la cultura y el carácter de las regiones o países que visitamos. Y son matices que no vas a encontrar en conversaciones con los lugareños.

Me estoy refiriendo a los cementerios que siguen en uso, claro. Los cementerios históricos son visitados por todos nosotros como cualquier otro monumento y obra artística. Al fin y al cabo el Valle de los Reyes es un cementerio ¿no? Y muchos otros, que generalmente combinan templos e incluso palacios con tumbas.

En muchas culturas hay religiones y creencias que nos llevan a conservar los restos de nuestros seres queridos en un lugar claramente identificable, reconocible, donde poder seguir situándolos. Incluso para hacerles visitas cuando les echamos de menos o cuando la tradición nos dice que hay que hacerlo, como el Día de los Difuntos. Cuántas películas hemos visto donde los personajes van a hablar con la tumba de su ser querido (o su enemigo, que de todo hay).

En otras culturas no es así.  El fuego hace volatilizar los restos físicos de aquél que ya no está y además no debe volver. Ha de seguir su camino o dejar paso a nuevas vidas. Por ejemplo en la India. O bien son los buitres los encargados de hacer desaparecer el cuerpo, como ocurre (u ocurría) en la antigua Persia y en el Tíbet.

Tipos de cementerios

Quedándonos con la opción de «conservación» y espacio de culto, he podido observar que en muchos países se reproduce la arquitectura tradicional al edificar las tumbas. En las islas griegas te encuentras con tumbas encaladas e incluso con la característica cúpula azul de las iglesias en tamaño mini. En Guatemala pintan las tumbas de vivos colores como las casas de los pueblos. Y en Vietnam encuentras tumbas con forma de pagoda y decoraciones similares a las de los templos.

Por cierto, en Vietnam y en Uzbekistán «la última moda» son las lápidas con la imagen del difunto perfectamente grabada o serigrafiada en el mármol gris oscuro. Incluso en Vietnam te puedes encontrar con que han puesto la imagen de su ídolo (un cantante como Michael Jackson o Shakira, por ejemplo). Las tiendas donde encargar la lápida las puedes encontrar en el mismo centro de Hanoi.

En los países musulmanes, en cambio, el minimalismo es el que reina. Una simple piedra señala el lugar de la tumba. Muchas veces no se incluye el nombre ni ninguna otra señal personalizada.

Replicando o mezclando el mundo de los vivos con la muerte

La creencia en «la otra vida» está presente en buena parte del mundo. Nos resistimos a pensar que esto acaba en nuestra existencia de X años.

En los cementerios de Irán la gente va a pasar el día con sus muertos, haciendo picnic. No lo hacen uno o dos días al año, sino de una forma más cotidiana. El cementerio es allí casi otro parque más donde practicar esa costumbre ancestral y popular que es la de conversar y tumbarse a la sombra. Deleitarse con la comida y el té en los días festivos. Un ocio familiar y social.

En lugares animistas como el País Lobi, en Burkina Faso, las tumbas se encuentran a la puerta de casa. Así los espíritus no se extravían y protegen a los vivos de cualquier amenaza. Son además claramente visibles, edificadas con figuras de barro antropomorfas con cauríes (conchas) que hacen la forma de los ojos y la boca. Y se añaden cazuelas de barro, parte del ajuar o riqueza del hogar.

Y en Irlanda los cementerios abundan. Las tumbas históricas se mezclan con las nuevas, que suelen seguir la «arquitectura» de las antiguas incluyendo las cruces celtas. Pero lo interesante desde mi punto de vista es que se acompañan de todo tipo de objetos. Son los objetos favoritos de los difuntos. Puede ser desde una pelota o bate de béisbol, hasta un juguetito si es un niño/a. Muchos de estos objetos son los mismos que se utilizan para adornar las casas, dentro y en el jardín. Algo que también he visto, por otro lado, en un lugar tan lejano de éste como la Isla de Pascua. 

Los cementerios populares muchas veces no tienen nada que ver con los de reyes y nobles, que suelen ser los más visitados. Y sin embargo, pueden ser igual o más interesantes… Quizá no encuentres obras de arte, pero encontrarás parte de la vida de la gente que estás descubriendo, del lugar que estás visitando. Así que, en la medida de lo posible, yo no desecharía este tipo de visitas 😊

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