Actualizado el 18 enero, 2023
Lisboa ya no es la que era, decimos muchos de los que la visitamos hace años. Como tantas otras ciudades, ha limpiado fachadas y se han sustituido comercios de toda la vida por las típicas franquicias multinacionales. Seguramente la vida de los lisboetas ha mejorado en muchos aspectos, y en otros no. Nada nuevo bajo el sol. Con todo, el centro de Lisboa sigue siendo encantador en muchos aspectos, así que aquí vengo con un relato-itinerario por los barrios más emblemáticos y por eso populares. Baixa, Alfama y Chiado son las áreas que no te puedes perder, te hayas escapado para un fin de semana o para más días. Vamos con ellos 😊
La Baixa, el puro centro de Lisboa
Creo que la gran mayoría de los turistas que vamos a Lisboa empezamos por aquí. Huyendo un poquito de las cuestas que nos esperan a derecha e izquierda, las que dominan los barrios de Alfama y Chiado o Barrio Alto. Y en sí mismo tiene un montón de atractivos que apuntarse para una escapada a Lisboa.
La Baixa o Barrio Bajo tuvo que ser totalmente reconstruido después del terrible terremoto y sutnami que asoló Lisboa el 1 de Noviembre del año 1755, el día de Todos los Santos. Más de 100.000 personas perdieron la vida.
El Marqués de Pombal, hombre fuerte del reino, fue el encargado de tamaña obra, y está claro que para esta parte de la ciudad utilizó escuadra y cartabón.
Curiosidad: muchas de sus calles llevan los nombres de los gremios que las ocuparon. Sapateiros o Zapateros es sólo un ejemplo.
El Arco de Triunfo
El Mirador de la Rua Augusta no es otro que un Arco de Triunfo que da paso a la Plaza del Comercio. Subir allí arriba y observar la plaza, por sólo 2,5 € (Febrero 2018) es más que recomendable.
El arco actual fue levantado en 1873 y lo coronan varias estatuas. En la parte más alta están representadas la Gloria, el Genio Supremo y el Valor. En una posición inferior están inmortalizados el mismo Pombal, Viriato (líder lusitano que hizo frente a la expansión de Roma en Hispania), Vasco de Gama (el primer comandante que navegó directamente hasta India) y Nuno Alvares (un destacado general portugués del siglo XIV).
Y si no me crees sobre el tema de las vistas, aquí tienes un par de ejemplos de lo que puedes ver desde allí arriba 🧐
La Praça do Comercio
Empezamos pues por la parte más llana y cómoda para nuestros pies, la que nos lleva al balcón del Tajo que es la Plaza del Comercio o Praça do Comercio. También se la conoce como la Terraza de Palacio. Y este es, ya lo he dicho en otros posts, el lugar que más me gusta del centro de Lisboa.
Me encanta esta gran plaza cuyo frente mira al río Tajo. Es amplia, bañada por el sol (si hace bueno) y rodeada de galerías porticadas en los tres lados que la conforman, listos para refugiarte en ellos si hace calor.
Más o menos en el centro se alza la estatua de Jose I, que era el rey que estaba en el trono cuando el terremoto. Dicen que desarrolló una fuerte claustrofobia (miedo a estar en espacios cerrados) después del mismo.
Recórrela, sigue las líneas del suelo, no te la pierdas al atardecer, contágiate de su vidilla y relájate ante este espacio urbano pero abierto al horizonte del río, que ya se parece al mar. Es un sitio para repetir, no digo más.
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Subiendo a la Plaza del Rossio
Las calles que parten de la Plaza del Comercio, en dirección contraria al río, han sido invadidas por las franquicias de moda que están en todas partes. Esto es verdad y me lamento por ello.
Pero siempre puedes mirar hacia arriba y disfrutar con los edificios neoclásicos, o mirar al suelo y disfrutar de los adoquines que están dispuestos formando dibujos.
También puedes salirte de las calles principales y entonces sí, encontrarás algún comercio de toda la vida, y un ambiente más lisboeta que de parque temático o turístico…
Si subes por la Rua Áurea, te encontrarás con el Elevador de Santa Justa. Este es un ascensor de hierro forjado con filigranas, que se construyó en 1902. Y ahí sigue, sirviendo a no sé cuántísimos turistas y algún local, como medio rápido y cómodo para salvar el desnivel entre el Barrio Bajo y el Barrio Alto o Chiado.
Con aires de Eiffel, a mí no me parece muy bonito, pero es cierto que las vistas desde su terraza son increíbles. Además te sirve para alcanzar la Plaza do Carmo y el convento homónimo, del que luego te hablo.
Consejo: como es probable que pases por delante del Elevador de Santa Justa varias veces, intenta subir en las horas de menor afluencia, o bien “madruga” para ver el atardecer desde arriba, que es la mejor hora (y no sólo lo sabes tú, claro). El precio del ticket es de 5,15 € (Febrero 2018).
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Seguimos adelante por la misma Rua Áurea hasta llegar a la Plaza del Rossío, o Plaza Don Pedro IV. Otra estatua subida en un pedestal altísimo te confirmará que has llegado. Y sus adoquines con forma de olas de mar, también.
En realidad ya no estamos en la Baixa, sino en el barrio de Rossio.
Este era el lugar del mercado en la Lisboa medieval, y hoy es un punto de encuentro ineludible. Sus fuentes barrocas, preciosas, son sólo un detalle.
Destaca también, en uno de sus frentes, el Teatro Nacional Doña María II, que se erigió sobre las ruinas del Palacio de la Inquisición.
Y desde el teatro, si miras hacia la izquierda descubrirás la bonita fachada de la Estación de Rossio con grandes puertas en forma de herradura.
La Plaza Da Figueria y la Iglesia Sao Domingos
Muy cerca de la Plaza de Rossio, hacia el lado de Alfama y el Castillo de San Jorge, está la plaza Da Figueria. Más recóndita, más popular, y con menos turistas, en ella destaca la Iglesia Sao Domingos.
Entré en la iglesia por aquéllo de “a ver qué se cuece por aquí”, y me quedé con la boca abierta.
Ante mí se extendía una gran nave con enormes columnas de piedra adosadas a las paredes, todas ennegrecidas. Esto es así por el hollín de un gran incendio que casi se la lleva por delante a mediados del siglo XX.
Hay algunas estatuas medio fundidas por el fuego, y el resultado es un ambiente oscuro, lóbrego, muy solemne.
Resulta que aquí hacía la Inquisición los juicios que terminaban casi siempre, o siempre, con la hoguera o el garrote vil para las pobres gentes que caían en sus manos.
💡 Una buena opción es hacer un tour guiado por Lisboa, donde te contarán la historia e historias de la misma.
Alfama, el barrio romántico de Lisboa
La Casa Dos Bicos, sede de la Fundación Saramago
El Barrio de Alfama empieza junto a la Plaza del Comercio, y una primera parada, imprescindible desde mi punto de vista, es la Casa Dos Bicos.
Puedes llegar a ella rodeando la Plaza del Comercio por el lado izquierdo, mirando al río y andando un pequeño trecho por la Avenida Infante Dom Henrique. Un poco más allá giras a la izquierda por la Rua dos Arameiros y llegas enseguida a la Casa Dos Bicos. También puedes ir por el interior, desde la otra esquina de la Plaza del Comercio. El orden de los factores no altera el destino…
Este palacio que sólo tuvo que ser retocado un poco después del terremoto, fue construido en 1522. Su fachada, decorada o rematada con piedras en forma de picos (de ahí su nombre) ha visto pasar de todo. Se utilizó incluso como almacén de sal para el bacalao.
En el piso bajo hay restos de murallas romanas que se pueden visitar de forma gratuita, pero para mí su principal atractivo reside en los pisos superiores. Allí se ubica la Fundación Saramago, cuyos objetivos fundacionales son la defensa y difusión de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la promoción de las literaturas y la defensa del medio ambiente.
Puedes visitar la exposición permanente José Saramago, la semilla y los frutos situada en el primer piso, así como la Librería/Tienda del tercer piso.
Si no has leído al Nobel de literatura Saramago, te recomiendo que lo hagas. El Ensayo sobre la Ceguera, el Memorial del Convento, y el Evangelio según Jesucristo son algunos de los títulos que más me han gustado, pero tiene muchos más. 40 libros, en concreto, entre novelas como las que acabo de citar, diarios y ensayos.
Saramago fue comunista y siempre defendió la libertad, los derechos humanos y la inclusión social. Sus libros tienen ironía, precisión, belleza… y francamente, me faltan palabras para describir a este gran hombre.
Nuestra gran tarea consiste en hacernos más humanos
José Saramago
La Catedral de Lisboa
Subir a la Sé (Catedral) desde la Casa dos Bicos, entre callejuelas llenas de azulejos y música de fado sonando desde algún restaurante o alguna casa, ya es un acierto en sí mismo. Y el premio es ver la fachada que es todo un icono de la ciudad.
La parte inferior y parte del claustro son románicos, ya que se empezó a construir en 1160, pero el resto es gótico “de transición”. Entrar está bien, pero es el exterior, su escalinata, la calle empinada y el paso de los tranvías, lo que hacen de este un rincón precioso.
Pero ¿por qué te digo que subir por ahí, y no por la calle principal marcada en todos los mapas, es un acierto? Pues porque desde ahí mismo empezarás a saborear el espíritu de Alfama en sus calles, llenas de casas rematadas con azulejos :)
El Mirador de Santa Lucía
Toca seguir subiendo, pero no lo lamentarás. Un poco más arriba el Mirador de Santa Lucía es otra parada básica de Alfama y de todos los turistas.
Una plazoleta, un pequeño jardín, y la bonita Iglesia de Santa Lucía hacen de este un conjunto precioso. Además hay dos murales de azulejos que no hay que perderse. Uno muestra la Plaza de Comercio antes del terremoto, y el otro la toma del Castillo de San Jorge por los cristianos.
Consejo: si hay mucha gente, siéntate y espera un poco a que se despeje. Te aseguro que gozarás de las vistas mucho más y mejor.
Las calles de Alfama
Te aviso, en Alfama te vas a entretener. A pesar de las cuestas, Alfama es un pequeño laberinto de calles llenas de encanto.
Fachadas encaladas, otras pintadas de colores, marcos de piedra para las puertas y ventanas, señoras que se asoman a la ventana a tomar el sol o a tender la ropa, cafés y pequeñas tiendas donde tomarte un dulce…
💡 Si te apetece hacer una visita guiada por Alfama, te recomiendo esta opción, dura 3 horas y está genial de precio.
El Castillo de San Jorge
No te lo puedo enseñar porque en mi última visita decidí no visitarlo, y las fotos de la anterior se han perdido en la memoria… ¿Te recomiendo visitarlo? Sí, porque es interesante y porque tiene un mirador muy bueno.
¿Por qué no volví a entrar? Porque me agobió la cantidad de gente que había, y eso que era el mes de febrero. Y porque confieso que estaba enganchada al callejeo por Alfama, así que no me apetecía esta visita en ése momento. Me paré ante la puerta principal, dudé, y finalmente lo dejé. Si es tu primera vez en Lisboa, no te lo pienses 😊
Sí te puedo contar que este castillo fue en origen una fortaleza romana, después visigoda, y por fin árabe.
En el año 1147 fue conquistado por Alfonso Henriques, y en el lugar del alcázar árabe construyeron un palacio. Sin embargo, el palacio fue destruido por el terremoto (siempre el terremoto ¡debió de ser horrible!) y así quedó hasta que se acometió la reconstrucción tras ser declarado monumento nacional, ya entrado el siglo XX. Lo que encontrarás es básicamente un paseo por las murallas y unos jardines preciosos, además del citado mirador.
El Chiado o Barrio Alto, el barrio más cañí de Lisboa
Bajamos a la Baixa y cruzamos al otro lado. Toca encaramarse a las colinas que se sitúan frente al castillo. Desde la Plaza Rossio puedes subir por calles bastante empinadas, o con el elevador de Santa Justa. Lo importante es que llegues a la Plaza do Carmo.
El Convento Do Carmo o Convento del Carmen y su museo
Este es otro lugar de Lisboa que me encanta: las ruinas del Convento del Carmen. Dicen que era una de las iglesias góticas más bonitas de Lisboa, hasta que el terremoto de 1755 se la llevó por delante… casi.
La estructura original y la antigua cabecera de la iglesia quedaron en pie, y así es como hoy la contemplamos. Los arcos góticos parecen desafiar al cielo. Es como el esqueleto de un animal extinguido.
Dentro hay un pequeño museo arqueológico muy chulo, que incluso tiene dos momias de Yungay, el lejano Perú, o un sarcófago del Antiguo Egipto. No te lo saltes, merece la pena pasar un rato 😊
Las calles del Chiado
Si Alfama tiene ése aire entre romántico y lánguido, el Chiado es mucho más canalla.
Este era el barrio frecuentado por poetas y escritores, lleno de cafés (el famoso A Brasileira, con la estatua del poeta Pessoa delante, está en el Chiado).
Hoy también está lleno de bares de copas y restaurantes. Si te gusta salir de marcha, aquí hay un ambiente que me encanta. La gente suele estar en la calle charlando tranquilamente, hay buena música y la atmósfera es genial. Un estilo a Malasaña en Madrid, moderno, hipster…
Durante el día todo está más calmado, claro, pero también hay muchas tiendas, cuestas y tráfico. Quizá sea lo peor del barrio, hay como mucho más ruido y tienes que andar con ojo a la hora de cruzar la calle.
El Jardín San Pedro de Alcántara, al cual puedes acceder en el Elevador da Gloria, es otro de los miradores más afamados del centro de Lisboa. Me lo encontré medio vallado por obras, pero aun así no estuvo mal asomarse y contemplar la ciudad desde allí.
En el otro extremo, hacia el río, está el mirador de Santa Catarina. Fui ex professo y la verdad es que las vistas no me parecieron muy buenas. La plaza estaba llena de gente joven empezando a beber en plan “botellón”, por el camino me ofrecieron hachís…
En fin, sin más, aunque las calles hasta allí están muy bien, con casas llenas de azulejos y ése aire a barrio de verdad que otros lugares del centro de Lisboa han perdido hace tiempo.
Y hasta aquí el resumen de estos tres barrios del centro de Lisboa, que tienen muchos más atractivos, pero es difícil abarcarlo todo en un fin de semana, sobre todo si además quieres visitar Belem, como fue mi caso.
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A finales de este mes iré allí y seguiré tus recomendaciones. La foto del edificio nocturna en La Baixa, recuerdas que calle es?? Gracias.
Hola Kike! gracias por seguir mis recomendaciones 😊
La foto está hecha en la Rua Augusta, la que sale del gran arco que da a la plaza del Comercio. Está hecha de espaldas a dicho arco 😉