Estambul es la ciudad de las mezquitas. Están por todas partes, muchas son espectaculares, cada una tiene su propio estilo y en cada una puedes vivir una experiencia diferente. Aquí tienes una selección de 12 mezquitas de Estambul que no te deberías perder, con información y muchas fotos 😊
Breve introducción a las mezquitas de Estambul
Exceptuando las mezquitas de Santa Sofía y Pequeña Santa Sofía, que primero fueron iglesias ortodoxas y se construyeron en el siglo VI, la gran mayoría de las mezquitas de Estambul fueron alzándose entre los siglos XV y XVII. Son los siglos dorados de los sultanes, del Imperio Otomano y de la ciudad.
Mimar Sinan, el Gran Arquitecto de los sultanes
Mimar Sinan o Sinan el Arquitecto es un nombre que te debería sonar cuando te acerques a las mezquitas otomanas. En especial, a la mezquita del Sultán Ahmed o Mezquita Azul, pero también a la de Suleymaniye o de Soleimán el Magnífico, entre otras. Y es que este fue el arquitecto principal de hasta tres sultanes, empezando por Soleimán el Magnífico.
Sinan suele ser comparado con el mismísimo Miguel Angel, no sólo porque fueron contemporáneos, también por la grandeza de su obra.
Sinan fue, en la segunda mitad de su vida, el impulsor de una escuela que creó maravillas como las mezquitas estambulíes citadas, el puente de Mostar (Bosnia), o parte del diseño del Taj Mahal de la India.
Pero además de las grandes obras diseñó muchas mezquitas, mercados, baños, hospitales, escuelas, puentes y cualquier otra obra pública que se te pueda ocurrir.
👉 Te dejo aquí el enlace al blog de mis queridos El Guisante Verde Project con un post más extenso dedicado a esta estrella de la arquitectura.
Y démosle gracias a Sinan, porque hoy podemos disfrutar de ese inolvidable skyline con las mezquitas de Estambul.
Mezquitas que son mucho más que mezquitas
Muchas de las mezquitas de Estambul no son sólo mezquitas. Son grandes complejos que ofrecían u ofrecen distintos servicios, no sólo el espiritual.
Pueden incluir hammams, madrazas o escuelas coránicas, hospitales, bibliotecas, comedores para los pobres, lugares de reunión…
Comportamiento en las mezquitas de Estambul
Estambul o Turquía es uno de los pocos países islámicos donde el acceso a los no creyentes suele estar abierto. Puede que en algunas no lo permitan en la hora del rezo, pero sí el resto del día.
Por cierto, el rezo musulmán no suele durar mucho, así que si no te permiten entrar por esta causa, espera un rato fuera porque seguro que en 10 minutos o poco más ya te dejan entrar.
La entrada es gratuita en todas las mezquitas de Estambul.
Por supuesto hay que seguir los códigos de conducta básicos que se piden a sus fieles. En el caso de Estambul, suele estar claramente indicado con carteles cerca de la entrada, pero te lo resumo aquí para que vayas preparado o preparada:
- Ni hombres ni mujeres debemos entrar “ligeros de ropa” (pantalones o faldas cortas, camiseta de tirantes o de manga muy corta).
- Nosotras tenemos que cubrirnos el pelo. Lo mejor es que lleves siempre un pañuelo a mano para ponértelo cuando entres en una mezquita.
- En algunas mezquitas piden que no lleves prendas ajustadas, incluso ponen en los carteles que lleves falda larga. Yo iba con pantalones ajustados y no tuve ningún problema ni vi a otras mujeres que lo tuvieran.
- Todo el mundo debe descalzarse antes de la primera alfombra. Suele estar bien señalizado en el suelo. Si hace calor y vas con sandalias, te aconsejo que lleves unos calcetines en la mochila o bolso. Tienes dos opciones para no dejar los zapatos fuera.
- Mi recomendación: los llevas en la mano y los dejas en uno de los muebles que en el interior, cerca de la entrada. Es gratis.
- Los metes en una bolsa de plástico para llevarlos contigo a todas partes, en la mano o en tu mochila.
- Las fotos y vídeos están permitidos, siempre sin flash. En principio no están permitidos durante la oración para no molestar a los creyentes, pero yo coincidí en alguna con ese momento tan especial y vi cómo la gente local y turistas musulmanes se hacían selfies y vídeos para sus redes sociales sin problema.
- En el interior la zona de mujeres está señalizada y separada, aunque nosotras no tenemos por qué reducir nuestra visita a esa parte. Ellas también pueden caminar por el resto de la mezquita y en algunos casos eligen rezar a la vista de todos, aunque no junto a los hombres cerca del Mihrab, el lugar que señala la dirección a la Meca.
¿Sabías que «mezquita» en turco es «camii»? En muchos mapas y en los carteles de indicación verás esta palabra. Ahora ya sabes qué es 😊
12 Mezquitas de Estambul que no te deberías perder
He organizado esta lista de mezquitas de Estambul de las más céntricas a las “más alejadas”. Lo segundo lo pongo entre comillas porque Estambul es una ciudad inmensa y las que te propongo no están tan lejos.
Empiezo por las del centro, fácilmente visitables en cualquier recorrido a pie, y termino con las de barrios periféricos, antes pueblos, que puedes visitar cogiendo los ferries que cruzan el Bósforo.
🚩 Te invito a consultar mi guía de Estambul con todo lo que necesitas para preparar tu viaje a esta gran ciudad. Puedes leerla aquí.
Mezquita Santa Sofía o Hagia Sofia
La mezquita Hagia Sofía, más conocida como Santa Sofía, es uno de los principales símbolos de Estambul. Rara pero bonita, con esos muros coloreados de rojo desvaído, impone cuando te acercas. Incluso aunque esté rodeada de vallas de obras o de seguridad, que una ya no sabe.
Fue construida como basílica ortodoxa en el año 543, después convertida en mezquita, luego en museo, y desde el 1 de agosto de 2020 es mezquita otra vez.
A raíz de este último cambio se han tapado con unas telas los mosaicos bizantinos de la virgen María que están sobre el mihrab. Además ya no se puede subir al segundo piso para admirar los mosaicos bizantinos que hay allí arriba, todos de carácter religioso. Y tampoco puedes ver el interior de la mezquita desde arriba, o las vistas de las cúpulas de la Mezquita Azul desde las ventanas. Una lástima.
Erdogan, el actual Presidente de la República, sabe que la religión vende y le importa tres pepinos el Patrimonio de la Humanidad. Veremos qué ocurre con el paso del tiempo, si mantienen bien la conservación de estos tesoros o no.
Con todo, hay un mosaico que sigue estando a la vista y es el que te muestro en la siguiente foto. Está en el pasillo de salida de la mezquita, así que lo verás seguro.
Este templo fue uno de los más grandes construidos en su tiempo.
De hecho, Santa Sofía fue la catedral ortodoxa con mayor superficie durante mil años. Y se dice que “cambió la historia de la arquitectura”. Los candelabros fueron traídos de Hungría.
No entrar en Santa Sofía es un pecado. Incluso aunque seas ateo, como yo misma.
El espacio, las cúpulas, las lámparas y el ambiente son toda una experiencia.
Si vas en fin de semana te encontrarás con mucha gente, pero no te agobies y disfruta. Y no dejes de pasear por las galerías laterales. Con suerte, te encontrarás con escenas de otro tiempo.
Mezquita Azul o Mezquita del Sultán Ahmed
Ay la mezquita Azul. La tenía que incluir en este listado pues es otra belleza y un básico de Estambul. La última vez que fui estaba muy tapada por los andamios de las obras que han hecho, pero ya se puede ver otra vez en todo su esplendor.
Obra de uno de los discípulos de Sinan, está situada justo enfrente de Santa Sofía y el Palacio de Topkapi.
Fue la única mezquita de Estambul con seis minaretes hasta la construcción de la mezquita de Çamlica, inaugurada en el año 2016.
Es considerada como la última gran mezquita del periodo clásico otomano, y mezcla elementos bizantinos y de la arquitectura islámica tradicional. Se inauguró en 1617 con el rezo del sultán.
El interior está revestido con más de veinte mil azulejos de Iznik hechos a mano y que lucen más de 50 diseños de tulipanes.
Mezquita de Rustem Pasha
Pequeña pero matona, podríamos decir, la mezquita de Rustem Pasha es una preciosidad semiescondida en los callejones cercanos al Bazar de las Especias.
Con un plano la encontrarás, no hagas como yo. Te cuento:
Resulta que la entrada es como un pasaje oscuro con unas escaleras que continúan a la derecha. No se ve nada desde fuera y no parece en absoluto que esta sea la entrada oficial a la mezquita. Es cierto que hay un cartel en la calle que indica que ahí está la mezquita, entre las tiendas, pero como yo no veía a nadie entrando o saliendo, no me atreví a meterme por ahí.
Volví al cabo de un par de días y esta vez sí entré por ahí. Es fácil que no veas a nadie porque no es de las más visitadas, lo cual la convierte en un precioso secreto de Estambul.
Al subir por esas escaleras misteriosas te encuentras con el patio porticado y una fachada de azulejos en tonos azules.
El interior no hace sino mejorar. La decoración de azulejos de Iznik es sublime, y aunque ocupan todas las paredes y techos, no resulta pesada o recargada.
Dicen que es la mezquita con más azulejos de todo Estambul. Todos están pintados con motivos florales y geométricos.
La mezquita de Rustem Pasha también fue diseñada por Sinan, por encargo del Gran Visir Rustem Pasha, y se construyó en sólo dos años, entre 1561 y 1563.
El Gran Visir Rustem Pasha era el marido de la Sultana Mirimah, que tiene una mezquita en Üsküdar también diseñada por Sinan y también incluida en esta lista de mezquitas de Estambul 😉
Ya he nombrado dos veces los azulejos de Iznik, así que puede que te estés preguntando por su historia, como me pasó a mí.
Iznik es una ciudad de Turquía que entre los siglos XV y XVI se hizo muy famosa por la producción y calidad de su cerámica. Dicen que todos los azulejos de Estambul provienen de allí, y también es donde los sultanes se proveían de platos, jarras y cuencos bellamente decorados. Aquí puedes leer su historia.
Mezquita Hobyar
Andando por una calle de camino al Bazar de las Especias, me encontré con la mezquita Hobyar y enseguida me llamó la atención por los azulejos del exterior. Me encantó.
La cúpula, el minarete, el edificio sencillo pero a la vez con un aire entre tétrico y romántico… Es un edificio de aire oriental que incluso puede recordar a la India. Una de esas sorpresas que tiene Estambul, piensas al verla.
En la puerta tiene una inscripción con unas fechas. Parece ser que su construcción original es de 1473 aunque después he leído que se fue cayendo con la falta de mantenimiento.
No la encontré abierta en ninguna de las ocasiones en que pasé por allí, así que no sé si es posible visitarla por dentro, pero no te cuesta nada acercarte y disfrutar de su exterior.
Mezquita de Suleymaniye
La mezquita de Soleimán El Magnífico o Suleymaniye Camii no es sólo una mezquita. Es todo un complejo de edificios que incluye hammam, hospital, escuela primaria, caravanserai, cuatro madrasas, una cocina pública desde la que se servía comida a los pobres, y los mausoleos donde están enterrados Soleimán, su esposa Roxelana y su hija Mihrimah.
No hay que perderse dichos mausoleos. Están rodeados de un coqueto cementerio otomano con tumbas antiguas llenas de inscripciones. Te encontrarás con este tipo de cementerios en otros sitios de la ciudad, pero probablemente este sea el más bonito.
La mezquita de Suleymaniye se construyó entre 1550 y 1557. No obstante, sufrió un gran incendio en 1660, y la cúpula volvió a derrumbarse con el terremoto de 1766.
Durante la I Guerra Mundial el patio se convirtió en depósito de armas y sufrió otro incendio.
¡Lo que no ha visto pasar esta mezquita!
Otro dato a tener en cuenta: fue la mezquita más grande de Estambul hasta el año 2019.
Uno de sus atractivos, aparte de lo bonito que es su interior, son las vistas del Cuerno de Oro y el Bósforo desde los jardines que dan a esa parte de la ciudad. Con un mar de cúpulas y chimeneas del hammam que se extiende a sus pies.
Otra buena forma de admirarla, así como las vistas, es subir a una de los cafés con azotea donde tomarte un té de manzana y unos baklabas con helado. También puedes cenar en uno de estos sitios.
Te recomiendo el café Mihri Sah por ser el más próximo, pero hay otros cerca y seguro que también tienen muy buenas vistas.
Mezquita de Nuruosmaniye o “Mezquita de la Luz de Osmán”
El sultán Osmán sólo reinó tres años, y menos mal porque por lo visto era un tipo de los que mejor que estén alejados del poder.
Parece ser que gran parte de su vida estuvo preso en el palacio de Topkapi, en la zona del Harén, viviendo con las concubinas y el resto de mujeres que habitaban esas dependencias. El caso es que se convirtió en un misógino de primer orden.
También destacó por su intolerancia hacia los no musulmanes, exigiendo a los cristianos y judíos llevar ropas distintas ¿te suena? Además odiaba la música y echó de palacio a todos los músicos. Qué mal me cae este Osmán.
Pero más allá de esta oscura historia, la mezquita de Nuruosmaniye es una de las mezquitas de las que no tenía noticia hasta que me encontré con ella al ir al Gran Bazar, porque está pegada al mismo.
La Mezquita de Nuruosmaniye es de estilo barroco y se alza sobre una gran plataforma con terraza, desde la que puedes ver las cúpulas del Gran Bazar y los callejones que lo rodean. Hasta su base está ocupada por tiendas que, en origen, se concibieron como comercios. Los beneficios de estos comercios sirvieron para financiar la mezquita. Estaba todo pensado.
El exterior es, además, muy chulo, con escaleras y las fuentes de abluciones. Confieso que no llegué a entrar así que no te puedo contar más, pero no dejes de ir 😇
Mezquita de Beyazid o Bayezid II
Otra sorpresa es esta gran mezquita que está junto a la Avda. Yeniceriler en pleno centro, cerca de la Columna de Cemberlitas, construida a principios del siglo XVI.
Aunque el exterior parece un poco más severo que otras, el patio interior luce grandes columnas de granito de dos colores, verde y rojo, además de la fuente de abluciones en el centro. Es un conjunto realmente bonito. Una vez dentro, alucinarás con el tamaño de la cúpula y las naves laterales.
Nosotras fuimos el domingo a media mañana y estaba muy poco concurrida, lo que ayuda a disfrutarla.
👉 Si quieres disfrutar de las explicaciones de un guía para visitar algunas de las mezquitas de Estambul más emblemáticas, te recomiendo este tour de Civitatis que está muy bien de precio.
Mezquita Aya Sofía o Pequeña Santa Sofía
La Pequeña Santa Sofía se sitúa frente al Mar de Mármara, en el sur del distrito de Eminönü, en una calle muy tranquila. Se llama así porque fue el modelo para construir la gran Santa Sofía, pero la verdad es que no se parece mucho.
Su origen no es de mezquita, sino de iglesia ortodoxa, mandada construir por el emperador Justiniano y su esposa Teodora. Las obras se realizaron entre los años 527 y 536. Entonces se llamó Iglesia de Baco. En 1497 fue convertida en mezquita, y en los años 50 del siglo XX fue restaurada.
Aya Sofía no es una mezquita tan ornamentada como otras, pero es muy bonita.
Creo que esta fue la primera mezquita que visité completamente a solas, si exceptuamos a un señor que entró a rezar al mismo tiempo que yo.
Precisamente por eso decidí retirarme a uno de los ventanales que hay con estanterías de libros y asientos para leer aprovechando la luz natural. Desde allí contemplé las arcadas, columnas y delicados dibujos del techo, además de las grandes lámparas que cuelgan del mismo.
No te prives de disfrutar de momentos así en las mezquitas de Estambul.
Como otras mezquitas, junto al edificio principal hay una madrasa que ha sido restaurada por una fundación y creo que hay tiendas de artesanía, aunque no entré porque me pareció que estaba cerrado. También hay un cementerio antiguo con antiguas lápidas y gatos correteando por allí. El minarete, en el otro extremo, se alza poderoso hacia el cielo.
Mezquita de Sokollu Mehmet Pasha
La Mezquita de Sokollu está cerca de la Pequeña Santa Sofía. Sólo tienes que subir un rato por las empinadas calles guiándote con el mapa.
👉 Consejo: al ir subiendo, si te das la vuelta y miras hacia la costa, verás el Mar de Mármara con grandes buques “aparcados”.
Llegué a la entrada tras recorrer un callejón muy estrecho que hay en uno de sus lados. Al final hay que girar a la derecha y llegas al acceso con escaleras que enmarcan a la perfección la preciosa fuente de abluciones que hay en el patio.
Sokollu Mehmet Pasha fue un político y militar otomano que nació en una familia serbia de Bosnia. Fue reclutado para el imperio otomano y convertido al Islam, como muchos otros niños cristianos, siendo separado de su familia para entrar a formar parte del cuerpo de élite de los jenízaros.
El interior es muy chulo, cubierto de azulejos dominando los tonos azules. No está permitido hacer fotos en su interior, aunque…
El hombre que cuida la mezquita me advirtió de que no podía hacer fotos, pero al mismo tiempo insistía en que hiciera una foto (sólo una) con el móvil, “para que el turismo la conozca”.
Hice varias, teniendo el móvil en silencio. Lo malo es que salieron movidas por la falta de luz. Tendrás que ir a verla para comprobar que lo que te cuento es cierto 🤗
Cuando me iba me pidió que aportara una donación en la caja que hay junto a la puerta, así que contribuí con 1 lira que llevaba en el bolsillo. Por eso insistía en que hiciera la foto, me parece a mí.
Mezquita de Fatih
Fui a la mezquita de Fatih más atraída por el mercado de los miércoles que se extiende en las calles de los alrededores, que por la mezquita en sí. Pero ya que estaba, entré primero a verla y oh! qué sorpresa. La mezquita de Fatih es una de las mezquitas de Estambul que más me han gustado 🤗.
Para empezar tiene un gran patio con pavimento del mismo color que los muros, lo que aporta una sensación de continuidad muy agradable.
Allí se alinean las fuentes para las abluciones, igual que en Suleymaniye y otras mezquitas, pero se ven más por el gran espacio abierto que hay al lado.
La mezquita de Fatih fue construida por Mehmet II Fatih o El Conquistador en la segunda mitad del siglo XV, pero la que vemos es del siglo XVIII. La original se derrumbó completamente después de varios terremotos.
Antes había una iglesia bizantina cuyas piedras fueron utilizadas como materia prima para la construcción de la mezquita. Como muchas otras, era el centro de un complejo de madrasas, hospederías, comedores sociales, mausoleos, etc.
El interior es enorme, suntuoso, con alfombras rojas y grandes lámparas. Dicen que es una copia del interiorismo de Sinan y por tanto poco original, sin tener además los bonitos azulejos de Iznik, pero a mí me encantó y te la recomiendo muchísimo. Si puedes ir un miércoles para combinar la visita con el mercado, mucho mejor.
Mezquita de Örtakoy
La mezquita de Örtakoy, a diferencia de otras, es de estilo barroco y fue inaugurada en el año 1854. Aunque no está en el centro precisamente, su visión desde el Cuerno de Oro a bordo de un barco es chulísima, y también desde los muelles que hay a ambos lados.
El interior es tan bonito como el exterior. Destacan las grandes lámparas de cristales que brillan con el sol y aportan una imagen un poco aérea al conjunto. Es de pequeñas dimensiones, pero si vas a una hora que no hay mucha gente, o esperas a que se vacíe un poco, te gustará más.
Consejo: si quieres fotografiarla en el mejor momento, espera al atardecer. Yo fui por la mañana y el sol hace un contraluz bastante feo desde la plaza que hay al lado. Si te pasa lo mismo, ve al otro lado. Con el sol a la espalda la cosa cambia.
Mezquita de la Sultana Mirimah (Üsküdar)
La mezquita de Mirimah se alza frente al embarcadero de ferries que llegan a Üsküdar, el lado asiático de Estambul, desde Eminönü en el lado europeo. Seguro que te llama la atención nada más poner un pie a tierra, y te recomiendo muchísimo que te acerques.
Este es otro de los grandes complejos que no son sólo mezquita.
Fue encargado por la sultana Mirimah, hija de Suleimán el Magnífico, al arquitecto Sinan, tal y como reza la inscripción en árabe que hay en la puerta. El complejo incluía mezquita, madrasa, mausoleo, escuela primaria y un hospicio, pero no todo ha sobrevivido.
Alzándose unos metros por encima del suelo, al subir a la terraza te llamará la atención la fuente de abluciones. Tiene una gran cúpula de color verde completamente distinta a cualquier otra que hayas visto.
El interior es muy bonito, y además puedes subir a un pequeño balcón que creo que es el lugar del muecín. Desde allí arriba dominas la sala de oraciones y las grandes lámparas de cristal que cuelgan de las altas cúpulas.
Cerca de la mezquita está la fuente de Ahmet III, que es como un gran quiosco de mármol con tejado de forma piramidal. Fue construida en la primera mitad del siglo XVIII. Por lo visto su ubicación original estaba a la orilla del Bósforo, pero la movieron de sitio cuando construyeron los muelles de los ferries. En cualquier caso, es preciosa.
Bonus
Me habría encantado ir a visitar la mezquita de Eyüp, en el barrio homónimo, que está “Cuerno de Oro arriba”.
Es una de las mezquitas más sagradas de Estambul y allí está enterrado el que fue el portador del estandarte de Mahoma.
¿Por qué no fui? la mañana que tenía pensado dedicar a esta visita tuve que ir al hospital, porque el día anterior me caí de mala manera en la mezquita de Fatih y me hice un pequeño esguince en el tobillo. Ya no tenía más margen de maniobra en el resto de días que me quedaban, así que la tuve que dejar para otra ocasión.
Por otro lado, no te recomiendo la mezquita de la Plaza de Taksim. Es moderna y bastante fea por fuera, al menos en contraste con el resto de mezquitas que comento aquí. Quizá el interior tenga su aquél, pero el exterior me echó tan para atrás que decidí no entrar. Si tú la conoces y crees que es muy recomendable, dímelo y me lo apunto para el próximo viaje a Estambul.
En resumen: las mezquitas de Estambul son un gran aliciente para cualquier paseo por esta ciudad increíble. No tengas pereza en entrar, siempre te pueden sorprender. Tampoco dejes de buscar las más bonitas como la de Rustem Pasha y Suleymaniye, más allá de las famosísimas. Espero que este artículo te ayude a ello.
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