Zaragoza, la antigua Saraqusta, es una de esas ciudades que pueden sorprender mucho, y además es muy combinable con lugares cercanos como el Desierto de los Monegros. Aquí tienes los imprescindibles de qué ver y hacer en un fin de semana en Zaragoza para descubrir que tiene mucho más de lo que parece ¿Te vienes? 😊
Qué ver en un fin de semana en Zaragoza para descubrir sus encantos
Voy a empezar contando qué me ha parecido Zaragoza:
Zaragoza me parece que da más de lo que promete. Que tiene lugares interesantísimos. Que la plaza del Pilar me sigue gustando tanto como el primer día. Y que la Basílica del Pilar es una de las iglesias que, sobre todo en su exterior, más me gustan de este país. Vale, pero ¿qué hay que ver en Zaragoza? Aquí tienes la lista, aunque luego te hablo de cada sitio:
Basílica del Pilar
El Pilar, para abreviar su nombre, es realmente espectacular. Sinceramente creo que es una de las palabras que mejor la definen.
Es visible desde muchísimos rincones de la ciudad. En cuanto te acercas no puedes apartar tu mirada de ella. Sus tejas de colores contrastan y armonizan con el ladrillo. Su tamaño no da sensación de «pesadez» a pesar de ser gigantesca. Pero su presencia impone y puede emocionar (avisada estás ;-P). Todo esto, amiga, para mí es sinónimo de belleza.
Ya dentro, descubrimos que tiene una historia propia. De esa historia quiero destacar el capítulo que más me sorprendió pues no tenía ni idea:
Las bombas que cayeron el 3 de Agosto de 1936
En la madrugada del 3 de agosto de 1936, casi recién comenzada la Guerra Civil, los anarquistas defendían la ciudad de las tropas fascistas. Un avión -dicen que del bando republicano- dejó caer sobre ella tres bombas. Dos de las bombas entraron en la Basílica y otra cayó en uno de los patios. Ninguna estalló.
¡Milagro, milagro, la Pilarica nos ha salvado!
El milagro estaba servido, aunque hay una explicación más mundana.
Parece ser que el avión volaba muy bajo. No pudo ser detectado por el radar y las bombas que descargó no estallaron porque requerían de más altura para activarse. Eran de esas bombas que, afortunadamente, se «arman» durante la caída a través de una serie de mecanismos, y ello requiere un tiempo.
El caso es que las dos bombas que cayeron en el interior están allí, junto a la capilla de la virgen. Unos metros más arriba está uno de los boquetes que abrieron, y que se ha decidido conservar para que no se olvide.
Aunque podríamos pensar que las razones de dicha conservación tienen más que ver con el marketing eclesiástico de los milagros, que con la triste Guerra Civil.
La Virgen del Pilar
La Virgen se cambia todos los días de vestido, así de presumida es ella. Su nombre se debe a que ahí hay un pilar que dicen es el que puso la Virgen María.
En realidad la historia fue que cuando vivía en el mismísimo Jerusalén, se apareció al apóstol Santiago. Esto fue en el año 40 d.C. El apóstol le señaló el lugar donde debía erigir un templo dedicado a sí misma, y para Zaragoza que se fue la buena mujer.
Así que ya sabéis, Pilares. Os llamáis así por una columna de jaspe que hay en la Basílica de Zaragoza.
Los fieles cristianos la tocan y hacen ofrendas a sus pies desde hace varios siglos. El trocito de pilar que está a la vista y se puede tocar (apenas un circulito) está justo al otro lado del punto donde está situada la virgen. Pero vamos, encontrarás la cola de espera sin problema.
Una Catedral llena de Arte
La Catedral atesora bóvedas pintadas al fresco por grandes artistas, entre ellos Goya. Como en la mayoría de los templos, más si son de esta categoría, toca mirar hacia arriba, hacia el cielo.
Por último, antes de irte de la Basílica puedes comprarte una cinta de tela de la medida de la virgen. Las hay de varios colores, supongo que todos los que tiene en sus vestidos. Yo visité este lugar con mi amiga Inés, que es de allí, y me contaba que muchos maños la llevan prendida en su maleta, o la tienen por casa en algún lugar visible. Y que no hace falta ser muy fiel o devoto porque ya se ha convertido en una seña de identidad.
Si quieres leer más sobre la historia de la Basílica, te recomiendo la web de Patrimonio Cultural de Aragón.
Los tejados de la Basílica
¿Cómo te quedas si te digo que puedes subir hasta el piso superior de una de las torres de la Basílica y contemplar Zaragoza a vista de pájaro?
Pagando una entrada, puedes subir en ascensor y disfrutar de las mejores panorámicas de la ciudad, con una inmejorable visión de los tejados coloridos de la Basílica. Yo no me la perdí, y no me la perderé cuando vuelva.
La Plaza del Pilar
Antes y después de esta visita es más que recomendable andar por la rectangular e inmensa plaza del Pilar, que se extiende delante de la Basílica.
Tomar el sol, charlar, mirar hacia arriba, o hacia la Catedral propiamente dicha (la Seo) que está en uno de sus extremos. Incluso comprar lotería o cupones de la ONCE en los minicarros que tanto recuerdan a los rickshaws asiáticos (tienen que protegerse del cierzo, je, je).
Un rincón que personalmente me da sensación de ancho horizonte y de calma cada vez que lo piso.
La Lonja de Zaragoza
En la misma Plaza del Pilar hay varios puntos de interés. En primer lugar, está el edificio de la Lonja.
Este es un precioso edificio renacentista que está dedicado a sala de exposiciones. No tengo muy claro si se puede visitar cuando no hay exposiciones, pero si la ves abierta no dejes de entrar. Por cierto, más tarde visité la lonja de Palma de Mallorca y es muy parecida.
Esta vez tuvimos suerte y nos encontramos con una exposición de pintura moderna que nos encantó a ambas. Se trataba de cuadros del pintor Enrique Larroy. Una obra llena de color que contrasta muy bien con los preciosos techos históricos.
Catedral de San Salvador o SEO de Zaragoza
Como he dicho, un poquito más adelante está la Seo, la Catedral de San Salvador. Aquí no pudimos entrar. Creo que fue porque la entrada nos pareció muy cara y no estábamos por la labor, pero creo que la próxima vez que vaya no me la pierdo.
Sin embargo, sí puedo hablar del muro y torre laterales. Ambos responden a la antigua mezquita y correspondiente minarete. Son preciosos porque se revisten de pequeños azulejos entre el ladrillo mudéjar, con formas geométricas. Pasear por allí de noche y redescubrirlo bajo el sol es sencillamente el mejor tándem que puedes hacer para este rincón.
Mercadillo en la Plaza de San Bruno
Los domingos por la mañana se instala ahí mismo el mercadillo de la Plaza de San Bruno. Es un mini-rastro donde encontrar antigüedades y curiosidades varias. Un buen sitio donde hacer tiempo para el aperitivo, charlar con los comerciantes, o estremecerse con alguno de los objetos expuestos.
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La Aljafería de Zaragoza
La Aljafería de Zaragoza es uno de los monumentos más insospechados de este ciudad.
El exterior nos recibe con murallas, torres de defensa y un foso que hoy es parque y por el que se puede pasear. Todo esto ya promete ¿no?
Puedes informarte de los horarios y precios actualizados para visitar la Aljafería de Zaragoza en la web de Turismo de Zaragoza.
Y también puedes reservar aquí una visita guiada a la Aljafería como la que hicimos nosotras. Muy recomendable para entender bien el lugar.
La Aljafería de Zaragoza consta de tres palacios y forma parte del Patrimonio de la Humanidad por su decoración neomudéjar.
En realidad es uno de esos edificios que a lo largo de la historia ha sido reutilizado y modificado tantas veces como gobernantes ha habido, prácticamente. También tuvo su papel en la Guerra Civil.
Palacio islámico
Empezamos con lo que queda del palacio islámico, que es la primera planta. Absolutamente precioso.
La visita comienza en el típico patio de naranjos rodeado de arcadas que nos recuerdan -cómo no- a la Alhambra y a la Mezquita de Córdoba. Ojo que la Aljafería de Zaragoza es anterior a la Alhambra y a los Reales Alcázares de Sevilla de lo que se deduce que sirvió de inspiración para aquéllos.
El patio se abre una sala de columnas que da paso al mirhab, el lugar al que mirar para el rezo, pues está orientado a la Meca.
El mirhab fue utilizado como cocina durante la época en que la Aljafería fue cuartel militar. Se quemaron sus paredes y se llenaron de hollín. La sensibilidad militar, ya sabes. Aún se pueden ver los restos de hollín.
Ah! que sepas que todo esto estaba pintado de brillantes colores: rojo, azul y dorado, aunque personalmente me quedo con la versión actual 😏
Palacio cristiano medieval
Se continúa con el palacio cristiano medieval, ya en el interior. Este es un espacio tomado por los monarcas aragoneses tras la «Reconquista» de Alfonso I el Batallador.
Las ventanas ojivales y techos de preciosas vigas policromadas son su sello de identidad.
Palacio de los Reyes Católicos
Por último, el palacio de los Reyes Católicos, que se edificó sobre la fábrica musulmana hacia el año 1492.
Se hizo para simbolizar el poder y prestigio de los monarcas cristianos, pero resulta que las obras las llevó a cabo un maestro del arte mudéjar, Faraig de Gali, que dio lugar a lo que se ha terminado llamando «estilo Reyes Católicos».
Por todas partes encontrarás el yugo y las flechas, y la leyenda de «tanto monta» (lo de «monta tanto» no existía por aquel entonces).
Muy bueno fue descubrir las «salas de los Pasos Perdidos», que eran los salones donde las visitas tenían que esperar a que los reyes accedieran a verles.
Pues eso, que tienes un 3 en 1 precioso en la Aljafería, que también fue cárcel durante la Guerra Civil española. Por allí quedan los graffitis de los prisioneros e incluso algún tablero de ajedrez grabado en el mismo suelo con mucho tiempo y paciencia.
Ah! las murallas son del siglo XVI-XVII, cuando el rey Felipe II mandó transformar la Aljafería en un fuerte «a la moderna». Y aquí también se sitúan las Cortes Aragonesas actuales… ¿será por un «por si acaso»? ja, ja, ja.
La ribera del Ebro
Por supuesto no te puedes ir de Zaragoza sin asomarte al Ebro, de noche y de día, a contemplar el Pilar desde el Puente de Piedra. ¡¡Ni te olvidéis de ir a ver las ranitas del siguiente puente!!
Dónde y qué comer en Zaragoza
Si te preguntas qué comer en Zaragoza, debes saber que es muy típico salir de tapas, y el aperitivo se lo toman muy en serio.
Entre los lugares que no te tienes que perder está El Tubo, el barrio de tapeo y copas en el centro de Zaragoza. Está a dos pasos de todos los lugares que ver en el centro, no tiene mucha pérdida.
Y si quieres probar una especialidad muy curiosa (y sabrosa), te recomiendo que vayas a la Casa Dominó. Este establecimiento de mucha solera sirve una tapa de la que dicen ser los creadores: jamón batido, aunque no es la única que tienen. Nosotras nos decidimos además por la de chorizo picante, acompañándola con un vermut de grifo que estaba delicioso.
Dudamos de si comer allí mismo de tapas y raciones, ya que la carta es variada y habíamos conseguido mesa (se llena fácilmente), pero al final decidimos ir a otro sitio mítico que también recomiendo, aunque más que la calidad de la comida (recomendables los platos de puchero, huye de la paella) merece la pena su ambiente y decoración: La Republicana.
Tienen menú de domingo y puedes pasar un buen rato cotilleando la enorme cantidad de fotografías, dibujos, y objetos antiguos que decoran el local. Todo con un aroma muy republicano 😊
Termino este artículo recordando las palabras de mi amiga Inés: «sólo has visto una pequeña parte de Zaragoza, tienes que volver a conocer el resto». Pues eso, prometo volver a pasar como mínimo un fin de semana en Zaragoza y contarte mis nuevos descubrimientos.
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Gran recorrido por Zaragoza, estuve allí poquito tiempo y sin duda tengo que volver. El Palacio de La Alafajería me pareció un gran descubrimiento, ya que no suele nombrarse demasiado y es una perla de la arquitectura mudejar.
Muy buenas fotos por cierto :)
Hola Iru! muchas gracias por tu comentario, me alegro de que te gusten las fotos! pues nada, ya somos dos, tengo que volver y visitar otros muchos rincones… completamente de acuerdo contigo, la Aljafería es una preciosidad que se predica poco ;)
Es Nuestra Señora del Pilar, no Santa María del Pilar. Saludos.
Gracias por la puntualización, no sé de dónde lo saqué en su día, corregido!!
Huesca y Jaca con dignos de ser descubiertos por ti, tanto como el Moncayo, siempre siguiendo las huellas de G. A. Bécquer .
Me encantan tus descripciones de los sitios que visitas, porque se mantienen normalmente alejadas de lo que las guías turísticas suelen aconsejar.
Sigue así, que aquí te esperamos para leer mas sobre tus muy personales descubrimientos. Por cierto, refiriéndome a tus comentarios sobre la época del llamado «descubrimiento» de América, comparto tu visión sobre las fechorías y atrocidades que se han cometido entonces.
Muchas gracias Elisa!! Aragón bien merece muchas visitas y espero seguir descubriéndola 🥰