fotografia

Actualizado el 24 marzo, 2019

¿Os ha ocurrido alguna vez que no os permiten hacer fotos, estando en un espacio público? Vale, ya sé que esto puede ser entendido como una invitación a debatir sobre derechos de imagen y tal y tal. Pero no es mi intención. Me ha ocurrido muy pocas veces, pero en el viaje a Togo y Benin la situación ha sido recurrente, y especialmente en los mercados. Decidí recurrir a hacer algunas fotos sin mirar por el visor. Aquí os lo cuento. 

En Benin y Togo mucha gente no quiere que hagas fotos

Ni siquiera si lo haces sin enfocarles a ellos. Incluso, en algunas ocasiones, no te permiten hacer fotos de sus mercancías. No me cansaré de decir que no es todo el mundo, pero sí te puede pasar de manera bastante frecuente.

mujer pasando junto a puesto de cebollas en el mercado de togoville

No penséis que tiene que ver con si robas su alma o cosas así. Al menos ellos tienen smartphones y algunos cámaras, y las utilizan.

Aunque quizá, podría ser, los que son animistas recelan de estos artilugios y sí piensan que algo malo puede ocurrirles si se dejan fotografiar por otros. Nadie me contó nada al respecto así que no puedo afirmar si hay algo de esto.

Tampoco sé si es que tienen un mal día. O si alguien abusó de su permisividad en el pasado, si circulan historias truculentas acerca de lo que se hace con las fotos en el mundo de los blancos. Quién sabe.

El problema es que no puedes explicárselo o tratar de razonarlo porque la barrera del idioma está ahí. Y mucho más importante, la lógica de pensamiento y todo lo que la sustenta con la educación, cultura, creencias. Además no están dispuestos a escuchar, creedme cuando os digo cómo se ponen.

mercados africanos sin mirar por el visor

Yo «sufría»…

A ver si me entendéis. Me encantan los mercados, ver a la gente en su actividad cotidiana. Incluso observar una gran trifulca entre las vendedoras como nos ocurrió en un mercado beninés.

mercados de Benin sin mirar por el visor
mercado de Benin sin mirar por el visor

A mi gusto por los mercados, se une mi pasión por la fotografía, con la que intento ir más allá en cada ocasión.
Los mercados son una «mina» para esta práctica. Eso sí, puedo estar horas mirando y otras tantas fotografiando. No me gusta sacrificar una cosa por la otra.

dos mujeres vestidas con telas de colores junto a su puesto de verduras en un mercado de benin

Siendo además una experiencia tan intensa, me gusta recordarla después en forma de imágenes.
Y en mercados tan fascinantes como los de Benin y Togo, parecidos pero diferentes a los de otros países de la región de África del Oeste que he visitado, casi os diré que se me encogía el corazón al no poder retratarlos.

Pero los gestos y sobre todo palabras, en su lengua, que «me dedicaban» no era para tomárselos en broma. No sé qué habría pasado si los hubiera ignorado haciendo fotografías mirando por el visor (o con la pantalla, en modo live view).

Quizá me hubiera ganado una hostia, o la expulsión del mercado, o se hubiera montado una de esas broncas multitudinarias que de vez en cuando saltan en dichos mercados en los que se grita mucho, gesticulan mucho y se propina algún que otro golpe. Aunque siempre hay gente dispuesta a separar a los que discuten.

No lo sé porque los africanos son muy vehementes en sus gestos y allí la violencia es algo más cotidiana que aquí.

En cualquier caso yo respeto mucho a la gente que no quiere ser retratada. El problema es que aquí hacían extensivo el rechazo a todo, incluso a los objetos inanimados.

mujer despachando carne en un mercado de benin
chicas sentadas en un puesto del mercado de natitingou sonrientes
Se dieron cuenta…

En fin, el caso es que reaccioné de una manera instintiva rebelándome a la situación

Y decidí disparar fotos sin mirar por el visor. Sin sostener la cámara frente a mi cara. Por supuesto, sin tener activada la pantalla!!

gente andando en un mercado africano con suelo de barro por la lluvia

Como quería algún resultado, porque si no, no me juego el tipo, también empecé a preparar la cámara antes de llegar, después de la primera experiencia…

mercado de Benin sin mirar por el visor

Decidí usar el objetivo de 35 mm. que tanto por su rapidez de enfoque como luminosidad -importante en estas situaciones- y tamaño (mucho más discreto), pensé que sería mejor.

Además abarcar menos campo podría ayudar a obtener mejores resultados. Podría captar algún detalle que con un objetivo más amplio se perdería en la confusión de objetos y personas que hay en estos sitios.

En alguna ocasión incluso hice una medición muy rápida de la luz (jugándome el pellejo, sí…uh uh, al límite! :-D) aprovechando que estaba nublado y con luz bastante uniforme, y la dejé en Manual que es como suelo disparar. Pero la mayoría de las veces la puse en Automático, sin flash, y que fuera lo que fuese.

mercados de Benin sin mirar por el visor


A veces apoyaba la cámara sobre mi mochila, a la altura del pecho (la mochila la llevo por defecto colgada por delante cuando voy a un mercado, como medida de seguridad).

Otras, sostenía la cámara de manera casi casual, a la altura de la cadera y tratando de levantarla un poco.

Ja, ja, ja, un día estábamos paseando por uno de estos mercados y me dice Moussa (el guía burkinabés con el que viajábamos): me gusta cómo lo haces, vas haciendo fotos así como quien no quiere la cosa. Y aparte de reírme, pensé que si él se había dado cuenta, muchos también se la darían.

El caso es que con todas estas explicaciones quiero dejar claro que estas fotos no son producto del azar, sino que las intenté buscar. Otra cosa es que salieran bien, o más arriba o más abajo de lo que yo quería.

Tengo que decir que en alguna ocasión me pillaron, creo. Seguramente el piloto rojo de medición de luz les dio el chivatazo, o una postura menos natural tratando de alzar el objetivo para no sacar sólo pies, o la ralentización de mi paso para no mover la cámara.

mercados africanos sin mirar por el visor


Pero como también se ponían de uñas sólo con verla, incluso con la tapa puesta en el objetivo, pues es difícil saber si me pillaron o simplemente trataban de adelantarse con una bronca por anticipado.

Recuerdo cómo una mujer, en el gran mercado de Lomé, al vernos venir empezó a gritar a sus vecinas de puesto «atención, atención!!» (en francés es prácticamente igual).

Por supuesto no íbamos haciendo fotos y por supuesto lo que hice inmediatamente fue apuntar con la cámara al suelo lo más claramente posible. Al pasar a su lado le hice un gesto de calma. Se calló, pero siguió mirándome fatal.

Le di los buenos días y continué mi camino entre la gente y las mercancías, y no volví a intentarlo hasta un rato después, lejos de allí.

capital de Togo

No hice muchas fotos así, lógicamente.

Intentaba pensar en el motivo, imaginar la foto en la cabeza. También me cuidaba del momento. Que no estuvieran mirando a la cámara y mi dedo, o no estuvieran tan cerca como para oír el click. Realmente difícil porque hay muy poco sitio libre y estás rodeado de gente casi constantemente.

Pero lo intenté y lo intenté en los sucesivos mercados que recorrimos durante el viaje.

El resultado ha sido curioso en algunas ocasiones. Aceptable e incluso bueno desde mi punto de vista. Desastroso en otras.

Estas últimas no las pongo, no os quiero torturar más de la cuenta.

Bueno, esta de los pies que viene a continuación. A mi me gusta, no sé por qué, pero probablemente penséis que está en la tercera categoría.

suelo de barro y dos pies en la esquina superior
dos niñas subidas en un carro en un mercado de benin
mujer sentada bajo una sombrilla rodeada de mercancías foto inclinada
barreño lleno de chufas sobre banqueta de madera en un mercado de benin

El caso es que pensé: mira, es otro punto de vista, y me gusta.
Incluso algunas de las completamente «torcidas».

Creo que reflejan mejor, que transmiten más, como si estuviera otra vez allí

Lo que yo quería transmitir es…

La mirada de esos mercados llenos de vida cotidiana en los que los niños y bebés se mezclan con las madres y los tomates.

Los mozos, las motos, las mercancías frescas y las manufacturadas, la falta de espacio, lo abigarrado, lo colorido…

Todos a lo suyo y no posando (que esa es otra: quien te autoriza, posa. Está muy bien, pero no siempre quiero hacer fotos de posados), creo que lo he conseguido con estas fotos.

Al menos comparando con mi experiencia directa. Ya me diréis vosotros, los que no estabais allí, si he logrado transportaros a un mercado africano!

gente pasando con bandejas en la cabeza y una moto con dos hombres en el mercado de la capital de togo

¿Qué os parece a vosotros esta mirada, es distinta?

¿He conseguido transportaros a estos mercados de una forma, no sé, más natural quizá? ¿aunque no fuera un objetivo planeado sino una adaptación a las circunstancias?

P.D.1. Todas estas fotos las he hecho sin mirar por el visor, tal y como explico en el artículo.
P.D.2. Creo que voy a repetir. No sé dónde ni cuándo. No creo que todos los escenarios valgan para esto, o resulten bien. Pero sí, creo que volveré a probar esta manera de hacer fotos.

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