mokoros en delta del okavango

Actualizado el 2 abril, 2022

Acabábamos de pasar una noche en una isla cualquiera del Delta del Okavango, pero aún no habíamos tenido oportunidad de recorrerla. Nos habíamos dedicado a pasear en mokoro por los canales de papiro. Tengamos en cuenta que allí no es tan sencillo ni inmediato dar «un paseo por la campiña». Por fin llegó la hora, y la adrenalina se disparó. Este fue sólo uno de los días en que el Delta del Okavango nos sorprendió con sus elefantes, cocodrilos, y un mar de papiros inmenso. ¿Te vienes?

Y es que el lugar (además de ser un área protegida), está poblado de hienas, elefantes, facoceros, y muchos otros «bichitos». Si das unos pasos más allá del campamento por tu cuenta puedes meterte en un lío. Una aventura de la que quizá no salgas vivo.

delta del okavango
Campamento por la noche
paseo por una isla del delta del okavango_
Dando un paseo por una isla del Delta del Okavango

Cómo es un paseo entre la fauna salvaje en la isla del Delta del Okavango

Levantándonos casi a la par que el sol, como siempre en este viaje, salimos a «dar una vuelta» con nuestros guías los mokoreros, los habitantes del Delta.

delta del okavango
Amanecer en el Delta del Okavango

Ellos tienen una vista infinitamente mejor que la nuestra, olfato y sentido de donde están. Y además saben qué hay que hacer, por ejemplo ante un paquidermo enfadado. No hay garantía de seguridad al 100% pero ¿hay algo así en esta vida? 😅

delta del okavango
Camino abierto por los elefantes en la hierba alta de la isla del Delta del Okavango

De nuevo experimenté intensamente esa sensación tan especial de estar pisando el mismo terreno que la fauna salvaje. El peligro potencial de hacer eso, y la curiosidad por ver las cosas a su mismo nivel. Y fue maravilloso, a pesar de que no vimos «mucho». No tuvimos suerte, ¿o sí?

pájaro martillo volando en el delta del okavango
Ave martillo en pleno vuelo, en la isla del Delta del Okavango

Caminamos en grupo pequeño, en fila india y en silencio la mayor parte del tiempo. Nos adentramos primero en un prado de hierbas altas que ya amarillean hasta llegar a un gran árbol de Amarula del que probamos los frutos recientemente caídos. Pequeños y dulces, no están nada mal.

delta del okavango
Flor del Delta del Okavango

A lo lejos, entre los arbustos, unos antílopes nos observan y salen pitando enseguida. Prácticamente no podemos distinguirlos. Los prismáticos y el teleobjetivo de las cámaras son nuestros aliados, pero hay que ser rápido.

La intriga y la emoción se van relajando. Aparte de huellas y excrementos de los distintos animales que habían pasado por allí, no vemos nada. Bueno, sí, aves (que no es poco).

delta del okavango
Turaco unicolor, en inglés «Grey go away bird» o sea «Pájaro lárgate gris»… y es que parece que dicen que te largues cada vez que te acercas a ellos.
pájaro martillo en el delta del okavango
Pájaro martillo posado


De repente vemos a un gran elefante comiendo

Ahí está, a escasos 200 metros de nosotros. Está de espaldas a nosotros. Paramos a observarle e incluso algunos (como yo) nos subimos a un árbol seco para verle mejor y hacerle fotografías.

delta del okavango
Nuestro guía oteando el horizonte

Entonces se da la vuelta y echa a andar hacia nosotros, empezando a levantar la trompa y abriendo las orejas (señal de mal rollo), así que nos vamos a buen paso. Desviándonos de su camino.

Más adelante vemos otros tres elefantes cruzando la misma pradera por la que habíamos venido. Uf, impresionante verles caminar entre las hierbas, y nosotros ahí con sólo nuestras piernas para salir corriendo «si eso».

elefantes en el delta del okavango
Elefantes cruzando una isla del Delta del Okavango

Poco a poco vamos volviendo y de ahí vuelta a los mokoros o piraguas. Otro gran relajante paseo y volvemos «a la casilla de salida»…

Siguiente parada y fonda: una casa flotante en el Delta del Okavango

delta del okavango
Ambulancia acuática un poco maltrecha
delta del okavango
Niños en el embarcadero del Delta del Okavango

La casilla de salida era Seronga, donde habíamos dejado nuestro equipaje principal. Allí, en el muelle, tras una espera relativamente larga que aproveché para fotografiar unos nenúfares con libélulas incluidas, volvimos a embarcar rumbo a un nuevo alojamiento en el Delta: una casa flotante.

nenúfar en el delta del okavango
Nenúfar con libélula

Estos barcos llamados «houseboat» son del estilo de aquellos barcos del Mississipi que todos tenemos en la cabeza.

delta del okavango
Houseboat en el Delta del Okavango
delta del okavango

Hoy se han convertido en alojamientos para viajeros y turistas. Las duchas y baños son compartidos, y los camarotes muy angostos, pero qué más da!

paisaje del delta del okavango
Houseboat en el Delta del Okavango
delta del okavango
Simba, tripulante de la houseboat

En el mar de papiros

La houseboat es una gran oportunidad de ver el Delta del Okavango desde cierta altura, con las grandes masas de papiros de distintos colores y los canales de agua, las aves, los cocodrilos a escasos metros, e incluso ¡nutrias! Una buena despedida de este bello ecosistema, delicado y espero que fuerte a la vez, que siempre recordaré.

papiros en el delta del okavango
Mar de papiros del Delta del Okavango
cocodrilo en el delta del okavango
Cocodrilo gigante en el Delta del Okavango
delta del okavango
Canales en el Delta del Okavango cerca de Seronga

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