Florencia

Actualizado el 24 enero, 2023

Florencia me atrajo y me repelió al mismo tiempo, y sólo ahora, unas semanas después del viaje, lo he podido verbalizar. Durante cinco días con sus noches deambulé por sus calles, por sus magníficos monumentos, por sus bellísimas obras de arte, por el rastro de grandes científicos, pintores, incluso aventureros como Américo Vespuccio -aquél que dio nombre a todo un continente-. Fue inolvidable. Aquí tienes mis impresiones 😊


Síndrome de Stendhal, síndrome de Florencia

¿Te suena esto? El Síndrome de Stendhal, también conocido como Síndrome de Florencia, o Síndrome del Viajero, es un mal al que no solemos prestar atención, pero ocurre.

Cuando fui a Florencia no tuve palpitaciones, ni sudores, ni vértigo. Pero sí algo de confusión y, en general, puedo afirmar que me superó un poco. Vamos por partes…

Florencia estaba en mi lista de «imprescindibles» desde hace mucho tiempo

Una carambola hizo que el momento llegara porque gané el sorteo de un billete de Vueling en las Jornadas de los Grandes Viajes que se celebraron en la primavera de 2013 en Madrid. Con algunas restricciones en fechas y demás, el viaje quedó definido para principios de Octubre. Dejo aquí escrito mi agradecimiento 😊

Llegué a Florencia un mediodía, en uno de los pocos vuelos directos que esa compañía tiene desde Madrid. Es decir, sin tener que pasar ocho horas en Barcelona. En dos horas aterrizaba puntual y cogía el bus a la Estación Santa María Novella, en el centro de la ciudad, pagando 6 € por el trayecto.
Luego de dejar la mochila en el Hotel Aldobrandini que reservé en Booking, a unos cinco minutos andando de dicha estación y ya en pleno dédalo de callejuelas florentinas, salí a comer y a dar mis primeros pasos.

patio interior con campanile al fondo
Vistas desde mi habitación en el hotel Aldobrandini

En otros cinco minutos estaba ante el Duomo. Grandiosa, muy muy bella, esta catedral y el Baptisterio que queda justo enfrente forman un conjunto impresionante.

duomo y baptisterio de florencia
Duomo a la izquierda, Baptisterio a la derecha

No podía apartar la mirada, ni la lente de mi cámara

Quería apresarlo todo, quería guardar todos los detalles en mi mente ¿Sabes lo que es un flechazo? pues eso. Me prometí a mí misma, y lo cumplí, visitar ese rincón de Florencia todos los días de mi estancia. Una promesa con poco mérito, porque estaba realmente cerca de mi alojamiento, je, je.

Después de dar toda la vuelta al Duomo, parar, mirar, fotografiar, parar, mirar… continué caminando.

campanile de florencia con la luz del atardecer
Duomo al atardecer

Saboreé un helado fantástico (ah, los helados italianos no tienen rival!!), y después de alucinar en la Plaza de la Signoria (a tres minutos del Duomo), cuando quise darme cuenta  estaba recorriendo los pasillos de la Galería Uffizi ya que no había cola para entrar. Ventajas de ir un miércoles de octubre por la tarde. No obstante, los 13€ de la entrada se me antojaron excesivos, y sin poder hacer fotos. Puedes ver aquí los tickets que debes reservar online, aunque si vas con una visita guiada, fíjate en que estén incluidos.

Yo no soy una entendida en pintura y además empezaba a acusar el exceso de belleza en mi cabeza.

Hasta la belleza cansa,  al menos cuando es tan perfecta y equilibrada.

El sol iba bajando y deseché la idea de encaramarme a la Piazza Michelangelo para ver la puesta de sol y hacer fotos del río Arno, los puentes y la ciudad. Sencillamente me fui al Puente Veccio, otro punto imprescindible de la ciudad y a escasos dos minutos de la Galería Uffizzi.

río arno a su paso por florencia bajo nubes de tormenta
Puentes del Arno en Florencia

Y entonces me sentí cansada, muy cansada, y también agobiada

No sé qué me pasó pero en esa primera tarde larga deambulando por Florencia tomé la firme decisión de escaparme al día siguiente. De ir a visitar uno de los lugares que me rondaban la mente, San Gimignano, un pueblo de la Toscana. Necesitaba airearme

Qué fuerte ¿qué me ocurría? no llevaba más de seis horas en Florencia y ya quería salir de allí 🤔 En ese momento lo achaqué a las emociones del día, a las pasadas semanas de trabajo intenso y estresante, pero… había más.

Estaba agobiada de tanta condensación de belleza en tan pocos kilómetros cuadrados. Cansada de tanto turismo y de la parafernalia que lo rodea.

callejón de florencia reflejado en un charco

Quizá cansada de la propia estructura de la ciudad. Calles muy largas con pocas salidas por las que escaparte y animar tu itinerario, con horizontes que parece que nunca llegan, a pesar de estar «allí».


El impulso constante es mirar hacia arriba para ver balcones, blasones, incluso pequeñas capillas. El cuello se resiente, los ojos se secan porque no pestañeas. Y pesa la sensación de que la luz del sol nunca llega. Sensación de encierro.

calles estrechas de florencia desde arriba
Vista de los tejados de Florencia y las calles estrechas que forman su casco antiguo

¡Qué dramático! Pero en realidad todo esto lo he digerido y analizado después. Allí sencillamente me agobié un poco y decidí hacer una escapada al día siguiente. Tenía varios días por delante y viajaba sola así que ¿por qué no?

mercado en el centro de florencia
Centro de Florencia

Sí, Florencia me atrajo y me repelió a la vez. Los siguientes días ni mejoró, ni empeoró. Tuve mis altibajos, mis momentos de disfrute total y también de agobio y cansancio, hasta de aburrimiento… Y sinceramente no es uno de los lugares a los que volvería una y mil veces, aunque puede que una segunda parte sea mejor 🤷‍♀️

ventanas de madera típicas de florencia
Calle de Florencia

Florencia no es ciudad de un solo día

Más allá de todo lo que acabo de explicar, has de saber que Florencia no es ciudad de un solo día. Sé que muchos lo hacen así y que otros se lo plantean hacer así, pero no lo aconsejo en absoluto.

No se lo merece, y seguramente te quedarás con una primera sensación de «lo más gordo».

✍ Si quieres evitar colas o hacer visitas guiadas, mira la oferta de Civitatis.

👉 También te recomiendo que mires la oferta de freetours de Guruwalk, especialistas en este tipo de tours.

puesto de libros en una calle de florencia
Puesto de libros en un rincón de Florencia
fachada con frescos renacentistas de florencia
Fachada con frescos renacentistas de Florencia

¿Cómo no tener tiempo para entrar en una magnífica iglesia barroca, que parece un teatro, y sentarse un rato a contemplarla, a disfrutar del silencio y de la quietud? ¿Por qué no pasar por la misma estatua varias veces, o detenerse mucho tiempo a contemplar sus detalles?

interior iglesia llena de frescos en florencia
estatuas de hermes con la cabeza de medusa en florencia
Estatua de Hermes con la cabeza de Medusa en Florencia

Tampoco creo que sea una ciudad para el verano. Debe de ser francamente horrible moverse entre las grandes multitudes de turistas. Desde luego a principios de Octubre, sin puente o festivos a la vista, la cantidad de turismo no era excesiva (al menos frente a lo que me esperaba).

mercado y calle con arcos de florencia
Alrededores del Mercado Central de Florencia

En fin, si tienes a Florencia entre tus objetivos de viaje, prepárate para andar de belleza en belleza, reserva unos días para ir con calma, y disfrútala todo lo que puedas 😊

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